(Nath)alia「casthaniel」

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—¿A donde iremos?—preguntó pasándose el cepillo por su pelirrojo cabello.

—Dime algo ¿Estás preparado para decir todo, tus disculpas...?—dejó de peinarse y suspiró.

¿Está preparado? era un buena pregunta.

—Si te soy sincero no lo sé, tanto tiempo negando lo que me decía, sin creer a ninguna de sus palabras, que después darme cuenta que dijo la verdad, ademas de que es Nathalia y reconocer que lo amo, que amo todo de él... es muy complicado, pero eso no responde a mi pregunta, ¿a donde iremos?

—A un lugar en donde tienes que estar preparado

—A veces odio que seas así de misterioso.

Lysandro sonrió y le lanzó la chaqueta que yacía encima de la cama del pelirrojo—Muévete, que no recuerdo muy bien la dirección.

Castiel rodó los ojos—Eres increíble.

—Lo se.

»»»»»»»»»

Estuvieron caminando por más de una hora. Lysandro no recordaba donde quedaba el edificio y es que también había olvidado el celular en su departamento.

Dando vueltas y vueltas encontraron el edificio de "NYX" cada vez el rostro de Castiel se cambiaba a uno más y más confundido.

—¿Qué hacemos aquí?

Lysandro no respondió la pregunta y se adentró a la gran edificación. El silencio reinaba en aquel lugar.

—Buen día, señorita— Lysandro se acercó a recepción donde una chica muy linda le sonrió en respuesta a su saludo.

—¿Cómo están?, ¿Les puedo ayudar en algo?

—Esto, sí—hizo un pausa antes de continuar—Estamos buscando a un chico llamado Nathaniel hoy tenía una entrevista...

—Oh sí, ese... chico—miró al cielo como recordando algo—Está en el cuarto piso, pero no pueden pasar así qu-

Escuchó como Castiel corrió a las escaleras del edificio apenas escuchó donde se encontraba Nathaniel. Era un loco llevado por sus impulsos, pero debía hacerlo no podía esperar mas.

Los pasos mientras corría se le hacían cada vez menos pesados. Estaba ansioso de verlo, después de tanto tiempo quería decir todo lo que este tiempo había callado.

Debía verlo, no, quería verlo.

—¡No puedes pasar!—los gritos de una chica se escuchaba a sus espaldas, pero él solo escuchaba la de su cabeza que le decía que se apure, que no puede soportar más.

Una vez en el cuarto piso, buscó con la mirada algún rastro que le enseñe donde pueda estar Nath, hasta que los encontró; Armin y Alexy estaban sentados en la sala de acompañantes en la Oficina 1.

—¿¡Donde está!?—agitada sonó su voz cuando llegó donde los gemelos se encontraban.

Los dos lo miraron extrañados, y solo pudieron señalar con la mirada una puerta que estaba más al fondo.

—¡¡Oye!! ¡¡para!!—La chica que usaba unos muy altos tacones llegó a donde Castiel—No puedes pasar, y si no quieres problemas es mejor que te apresures en bajar.

—Solo deme un  minuto—rogó caminado pero siendo detenido por la delgada pero fuerte mano de la chica en su hombro.

—No, no puedes, ¿quieres que me echen del trabajo?