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Sentía como las lágrimas quemaban su piel, las gotas se intensificaban mientras sujetaba con sus manos el filo de su falda. No le importaba el concurso ya, no le importaba nada, su corazón había dejado de latir y su respiración se había extinguido. Solo escuchaba y en su cabeza hacía eco las pisadas con las que Castiel se había perdido.

Idiota; esa palabra sentía que lo definía por completo. Muchos le aconsejaron que dijera la verdad antes de que esto ocurriera, pero el miedo al rechazo, al odio... a lo que acaba de vivir.

Quería que Castiel lo amara, era lo único que pedía, pero él lo único que hizo fue engañarlo, lastimarlo, la venganza se volvió contra si, y de nuevo se lastimaba, el mismo vacío, el mismo dolor. Esta vez no lo había golpeado, esta vez lo había rechazado y se sintió peor, hubiera elegido miles de golpes en su cuerpo, ver la sangre chorrearse, pero el corazón roto le dolía más que nada.

No sabe cuánto tiempo pasó en esa posición, no sabía cuánto había llorado, cuando Amber traspasó la puerta y fueron inaudibles gritos de su hermana al verlo en ese estado.

—C-Castiel—avanzó a susurrar a duras penas sintiendo como su hermana lo rodeaba y le acariciaba la cabeza.

—¿Castiel? ¿Qué te hizo ese imbécil?—rió para sus adentros. Él no le había hecho nada, el que le hizo daño fue Nathaniel, él lo hirió.

Negó con la cabeza. El rostro de su hermana mostraba preocupación, tocaba su rostro más él no sentía nada, solo lágrimas y dolor.

—Ven, vamos a tu habitación— tomó el brazo de Nathaniel encima de sus hombros y lo llevó a las escaleras en dirección al cuarto del rubio.

»»»»»»»»»»

Dos semanas.

Dos semanas que no sabía nada de Castiel.

Había eliminado su cuenta en amour sucre, Lysandro intentaba saber noticias, pero nada. El pecho y las ganas de llorar aumentaban cuando escuchaba a sus profesores decir "ausente" en el momento en que el apellido del más alto era pronunciado.

No contó a nadie lo que pasó, ni siquiera Amber que dejó de insistirle a los días.

Cada noche su llanto era incontrolable, aquellos ojos grises aparecía en su mente cada que la noche caía. Recordaba en la oscuridad la voz con la que le susurraba en el oído que era hermosa, que le quería. Sus besos que eran dulces y fogosos, unos labios que jamás se cansaría de besarlos, sus manos que acariciaban su mejilla mientras miraba sus ojos y le sonreía.

Todo se ha ido a la mierda.

Nathaniel nunca le importó a Castiel, cuando Castiel para él era su todo.

»»»»»»»»»»

—No estás bien, mírame—Armin, otro día mas que insistía en animarlo, era imposible no podía más. Dos jodidas semanas y nada—Tienes que verlo.

Su mirada se alzó a su amigo sorprendido mientras el mantenida una sonrisa.—No lo haré—respondió mirando a sus pies—No podría hacerlo.

—Mira no sé lo que paso entre ustedes, pero si fue grave debes hablar con Castiel.

¿Hablar con él...?

Era muy tarde.

»»»»»»»»»»

Tres semanas.

Se estaba volviendo loco.

Se encontraba recostado encima de la mesa, su mejilla tocaba la madera, mientras en su cabeza se reproducían cada vez más seguidas, y más claras las imágenes de aquel día.

"No vuelvas a acercarte a mi"

"Besaba a Nathalia"

—Nathaniel—la mano en su espalda hizo que detenga las ganas de llorar, Alexy se sentó a su lado con una sonrisa—¿Estás bien?—sacó de la mochila su cuaderno y lápices pronto comenzaría la clase de literatura.

El rubio asintió, aspirando su nariz—Bien...

—Hermanito—Amber interrumpió la conversación, llegó corriendo con una sonrisa plasmada en su rostro, acompañada de Armin que estaba caminando a rastras tras la chica.

—¿Qué pasó?—intentó sonar lo más animado que pudo.

—El sábado tenemos la entrevista en NYX.—la sonrisa le iluminó todo su rostro. Los ojos de Nathaniel se abrieron sorprendido.

—¿P-pero no habíamos perdido la entrevista?— y si, la habían perdido, ya que su hermana estuvo con él toda esa tarde, ayudando a soportar todo lo que estaba viviendo aun cuando ella no sabía lo que le había pasado.

—Sí, pero me contacté con los administradores del concurso y me respondieron que tenemos que presentarnos el día sábado, pero esta vez  no debemos desaprovechar esta oportunidad.

—Amber ¡eso es genial!—se levantó de golpe tirando la silla—No sé qué haría sin ti—puso las manos en su rostro deteniendo sus ganas de llorar.

—Vamos, ya no llores, te la pasas llorando—le dijo Armin poniendo una mano en el hombro del rubio.

—¿Irán con nosotros?¿verdad?—preguntó dirigiéndose a los gemelos.

—Por supuesto que sí—Alexy se levantó de la misma manera que Nathaniel—¿No, Armin?

—Yo ese día tenía un jueg...—el peliazul le fulminó con la mirada, y Armin suspiró rendido—Iremos.

—M-muchas gracias.

Levantó la mirada, y los tres chicos le tomaron en sus brazos.

Que sería de su vida sin ellos, y seguía mintiéndoles por no contarles lo de Castiel. Lloró en sus brazos, tenía que hacerlo no podía guardarse esto para él solo.

—Chicos—rompió el abrazo para mirarlos con sus dorados ojitos cristalizados—Tengo que contarles algo.

»»»»»»»»»»

Las clases se habían terminado, todos estaban reunidos en el parque. El rubio era un mar de lágrimas, sus dedos temblaban cada vez más nervioso, había terminado de contarlo todo.

Cuando estaba alistándose para la entrevista, Castiel en la puerta, la discusión que había tenido, y Castiel diciéndole que no quería saber nada de él.

Los tres se miraron sorprendidos, y Amber envolvió a Nathaniel en sus brazos.

—Dios, Nathaniel—a ella también le dolía, ver a su hermano así de roto, triste.

—Voy a darle una lección—Alexy frunció el ceño, arremangándose las mangas de su chaqueta.

Nathaniel rió bajo—Todo fue mi culpa—se limpió con el dorso de su mano la mejilla—Yo lo herí... yo lo engañé.

—Era una mala idea—dijo Armin—Pero tienes que decirle lo que sientes, al fin y al cabo los dos fueron los culpables en esta historia.

—¿Y qué ganaré con decirle que me dé su perdón? Él no quiere verme, él me odia.

—No lo hace—dijo seguro Alexy—Si te odiara ya hubiera vuelto a clases a ignorarte, a odiarte. Pero son tres semanas, le dolió porque te ama, y no solo ama a Nathalia, te ama a ti pero aún no lo ve.

—Habla con él—le susurró Amber en medio del abrazo—Dile que lo sientes.

Hablar con Castiel.

Sea para bien o para mal, debía decir que lo siente, y aunque él no sintiera lo mismo, decirle que lo ama, que está enamorado de Castiel.

Ya no iba a equivocarse, ya no más.

(Nath)alia「casthaniel」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora