›› Final ‹‹

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Caminaba frente al espejo que tenían en el estudio, repasaba una y otra vez los pasos que le habían enseñado, y como nunca tenia mucho ánimo, y mucha fuerza. Quería hacerlo bien.

—Cruza un poco más las piernas, y levanta la barbilla más alto y no mires a ningún momento los pies—su entrenadora, una caminadora de pasarela la miraba atenta, analizando cada uno de sus pasos. Hizo caso a las indicaciones, ganándose un par de aplausos de parte de ella.—Bien, bien, un poco más de seguridad, vamos—le animó. Estaba hace ya bastante tiempo caminando con los tacones y sus pantorrillas le empezaban a doler.—Ya, estas perfecto, ¡bien!—estiró su mano para que Nathaniel la choque.

El rubio se sentó exhausto en una de las tantas sillas.—¿Crees que pueda hacerlo?

La chica le extendió una botella de agua que Nathaniel quien la tomó cansado—Claro que sí, caminas muy bien—se sentó a su lado—En cierto modo representas a la marca, tener a un chico andrógino es alguien que solo las grandes empresas tienen.

—Me pones más presión ¿sabes?—sonrió dando un sorbo.

—Lo sé—puso una de sus manos en el hombro de Nath—Siempre he pensado que eres fuerte Nathaniel, el tiempo que he sido tu entrenadora me he dado cuenta que quieres esto, que lo anhelas mucho, se te dio la oportunidad y el modelaje lo llevas en la sangre, eres talentoso y único, hazlo bien ¿ok?

Nathaniel le sonrió conmovido por aquellas palabras—Lo haré.

—Bueno...—se recostó en la silla—Amber sigue siendo mejor en la pasarela por lo que...

—¡¡Oye!!—le reclamó divertido imitando la acción de la pelirroja—Lo sé—sonrió mirando al techo—Ella también lo desea y se esfuerza mucho.

—Es muy buena—dio un trago largo de agua—Es muy hermosa, tiene futuro también, sabe sus ángulos, y cualquier atuendo le sienta bien.—se paró dejando la la botella medio vacía encima de la mesa—Confío en ti Nathaniel—le estiró la mano la que el rubio tomó con una sonrisa.—¡¡Acábalos mañana!!

—Sí.

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—Estoy tan nervioso—susurró frente al espejo de su baño que se encontraba empañado por el vapor de la ducha a la que iba entrar.—Tu puedes hacerlo—se dijo sin apartar su mirada del cristal—Tu has soñado con esto Nath, muchos confían en ti, Amber, los chicos... Castiel—sonrió inconsciente al recordarlo.—Castiel...

Se quitó toda la ropa quedando completamente desnudo, miró las marcas que aún estaban de un color morado y algunas que otras verdes. Aunque el dolor se había perdido, quería restregarse el jabón para que los moretones se perdieran.

Ya que eso reflejaba el odio, y él no quería ser odiado, no por las personas que ama, ya que no podía odiar a sus padres, le habían enseñado todo desde que era niño, lo cuidaron, y protegieron de todos... menos de ellos mismos.

Ya no iba a llorar, ya no tendría miedo, hablaron con Amber y después del desfile irían a un psicólogo por ayuda.

Cerró los ojos al sentir el agua mojar todo su cuerpo. Y se preguntaba si sería suficiente para todos, si cumpliría con las expectativas que las personas tenían de él, si llegara a fallar... no, no, no, dejó de pensar en eso y salió de la ducha.

Se secó y se puso el pijama para meterse a sus sabanas.

Tenía que madrugar.

El celular vibró encima de su mesita y lo tomó con una sonrisa al saber quien era, y no se equivocó.

(Nath)alia「casthaniel」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora