(Nath)alia「casthaniel」

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La sonrisa se había plasmado en su rostro, parecía una careta entumecida de la que utilizan en las obras de teatro. Castiel, su Castiel había venido a verlo, a pedirle lo que el jamás hubiera pensado... perdón, el perdón que él también le dio.

Su corazón latía extremadamente rápido, ni el flash de la cámara se podía comparar con la velocidad que este lo hacía, estaba enamorado, demasiado, a decir verdad.

Ya que sabía que Castiel lo amaba, la dulzura y la sinceridad que sus palabras salían de sus labios era todo lo que necesitaba para comprobarlo.

Las imágenes vividas hace unos momentos se repetían en su cabeza como una película, como de aquellas escenas cursis que le encantaba ver. Y es que Castiel se había convertido en su propio galán y no podía expresar la felicidad que le daba.

—Buen trabajo—la jefa miró a Amber y Nathaniel mientras ellos se bajaban de las plataformas con cuidado.—Saben que pasara después de esto, ¿no?

—Clases de modelaje—susurró el rubio pasándose una toalla desmaquillante por el rostro.

—Exacto—se cruzó de brazos—Ambos tienen mucho potencial, no quiero que lo desperdicien, en un mes como fue anunciado con anterioridad, será la pasarela de una reconocida marca de ropa de nuestro país, así que ustedes los principiantes serán tomados en cuenta, por eso les pido que den lo mejor de ustedes y todo saldrá perfecto, ¿de acuerdo, Amber y Nathaniel?

—¡Nos esforzaremos mucho!—gritó la chica muy emocionada, algo diferente al estado de animo de Nath.

—Les esperamos en dos días, pueden retirarse. —Los dos hicieron una pequeña reverencia antes de traspasar la puerta.

—¿Cómo estuvo?—preguntó Alexy apenas llegaron a su lado.

—In-cre-í-ble—respondió Amber con una gran sonrisa.

—Eso es genial—Armin a su lado elevó las dos cejas al ver la expresión de Nathaniel algo perdida.

—¿Estás bien?—Nathaniel sintió un escalofrió cuando Alexy tocó su hombro.

—Perfecto—rió un poco nervioso—¿Castiel?—sonrió—¿Saben dónde está?

—Abajo supongo—el peliazul encogió los hombros despreocupado.

—Gracias—Corrió bajando los escalones con sus altos tacones, con cuidando para evitar cualquier accidente.

—¿Qué le pasa?—preguntó con el ceño fruncido Alexy dirigiéndose a la rubia. Amber llevó su mano a su mentón pensando.

¿Qué le pasó a Nathaniel? En otras ocasiones él hubiese sido el primero en reaccionar extremadamente feliz, pero ahora, ahora actuó muy extraño.

—No tengo idea—suspiró—Pero al menos está un poco más feliz porque Castiel vino a verlo, espero... que esté bien.

—Tranquila—le sonrió el azabache—Pero ¿quieren ir al McDonald's para celebrar? Digo porque Castiel y Nathaniel no sé tal vez tengan que "arreglar" sus diferencias

—Yo me apunto—respondió Amber con entusiasmo, antes de que se retiraran de la habitación.

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Si antes su corazón estaba desbordándose de la emoción ahora estaba peor al verlo sentado, con la cabeza gacha, su rojo cabello cayendo por los lados de su rostro, sus codos descansando en sus rodillas y sus dedos jugando con un anillo de que reposaba en el dedo medio de su mano izquierda.

Castiel lo esperó "siempre lo haría"

Sonrió para sí mismo como un loco. Se acercó despacio, caminando de puntitas para que sus pasos no se escucharan, pero fue inútil cuando los iris grises del más alto se levantaron para verlo.