(Nath)alia「casthaniel」

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—Tenía catorce— comenzó, arrugando la sábana que los cubría entre sus dedos que temblaban a causa de los nervios. La mirada de su hermana era atenta al chico que olía a jabón de flores.—Aunque siempre me ha gustado la ropa de niña, no fue hasta esa edad que de verdad sabía lo que quería. Empecé a trabajar en la papelería y de ese sueldo compraba cosas como maquillaje, faldas, blusas. Los días viernes son en los que me visto así...

—Ok, ok, para ahí— dijo la rubia poniendo sus palmas al frente de Nathaniel— Si son los viernes en los que te vistes de ella, ¿qué estás haciendo todas las noches?

Nathaniel, no pensó antes de hablar.

—B-bueno las noches yo—respiró profundo para desviar la mirada de Amber—Salgo con Castiel— apenas susurró, sintió como la chica a su lado bajaba los brazos. La miró de reojo y vio como fruncía el ceño sin entender.

—¿Tú... con Castiel?— balbuceó— Espera—lo sacudió de los hombros para que levantara la mirada a ella— ¿¡Tú eres Nathalia!?

—P-pensé que ya te diste cuenta—el rostro de la chica no cambiaba de expresión, estaba volviéndose loca.

—¿¡Te gusta Castiel!?— gritó, Nathaniel puso su dedo índice en la boca en señal de que callara— Dios... esto es tan extraño. ¿¡Pero te gusta!? ¿¡sales como ella para gustarle a Castiel!?

—No es eso— bajó de nuevo la mirada— Recuerdas a Debrah ¿no?— Amber asintió— bueno, lo que  pasa es que todo lo que había pasado fue una manipulación.

—Lo sé— lo cortó con una expresión seria.

—¿Lo sabes? pero... ¿cómo?

—Eso es diferente, pero sabía la clase de chica manipuladora que era. Supe que nunca amó a Castiel como decía hacerlo, supe que solo lo utilizó, y de la pelea que tuviste con Castiel y de que él nunca te creyó.

—¿Ella te lo dijo?— preguntó. La chica asintió.

—Pasó algo así como advertirme de que por más que quisiera Castiel nunca se fijaría en mi. Que tan solo era una barbie barata y que aunque ella se vaya con lo que siempre ha querido, Castiel nunca me hará caso.

—¿Te gusta Castiel?—Nathaniel se sintió cupable al punto de querer llorar.

—Gustaba— sonrió para tranquilizarlo—Ahora no me gusta nadie, en cambio a ti...— lo codeó amigablemente— ¿Te gusta Castiel, no? ¿porqué otra razón lo harías?

Suspiró al fin y al cabo era su hermana, y sentía que con eso se podría convertir en su mejor amiga.— Fue por lo que pasó con Debrah, me sentía tan frustrado que utilizaba mis "poderes" de delegado para hacerle la vida imposible, pensé que iba a durar así hasta que no graduemos. Pero, un día me creé una cuenta en amour sucré, y de verdad que no era mi intensión, pero de la nada Castiel empezó a escribirme, de repente una idea de vengarme por medio de Nathalia sonó tan bien... consistía en enamorar a Castiel para después romperle el corazón, pero las cosas no surgieron como creía, porque, Castiel empezó a gustarme más y más a medida que hablamos, salimos en una cita y pude comprobar lo mucho que le gustaba. De ahí, me llama para ir a nuestro lugar favorito en el precipicio del bosque. En la primera noche me dijo que le gustaba, me sentí tan feliz que le dije todo lo que sentía también. Me beso, nos besamos, de ahí cada vez que podemos nos vemos en ese lugar, para estar juntos, para querernos. 

La chica miraba las expresiones que hacía el rubio, unas reflejaban felicidad, otras tristeza. Pero notó que a Nathaniel de verdad le gustaba sus ojos brillaban y sonreía como un bobo apenas un "Castiel" salía de sus anchos labios.