No hay mal que por bien no venga

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Cuando todo marchaba bien para aquellas jovencitas sucede un imprevisto demasiado devastador para ellas, un día como cualquiera necesitaban hacer un censo y levantar un inventario del recurso humano porque debía ser presentado a las autoridades competentes, resulta que había algo que no encajaba bien, resulta que las jovencitas que poseían aquella gran capacidad  serán destituidas de la empresa por la razón que legalmente ellas eran migrantes irregulares y por falta de documentación no podrán seguir en la empresa, con dolor en su interior Sebastián el presidente de la empresa tuvo que despedirla por esa razón, visto que estaba incumpliendo con la ley, pero Sebastián buscaba la forma de cómo ayudar aquellas amigas.

Sebastián: -con una cara de suspenso y admiración- lamentablemente no podrán seguir en la empresa, pero rogaré a Dios para que todo salga bien con ustedes.
Renata: no se preocupe señor, nosotras buscaremos la forma de cómo salir adelante.
Sarahí: seguiremos nuestro rumbo, ya que nuestra misión era cumplir el sueño americano, nosotras estaremos bien.
Sebastián: solo les aconsejaré de que sean muy pacientes y no se desesperen por la situación, al igual sus familiares en su país que sepan asimilar la situación.
Sarahí: ya verá señor que todo estará bien con ellos también, Dios nos ayudará a salir adelante.
Sebastián: recuerden que han ganado un amigo y espero que no se olviden.
Renata: -con mucha emoción responde- uy para nada señor sabemos que usted se portó muy con nosotras y estuvo apoyándonos cuando mas necesitábamos, vamos muy agradecidas con usted.

Al pasar el tiempo Sarahí con Renata encontraban empleo para poder sobrevivir y pasar la situación, ellas como vulgarmente dicen eran de hacha y machete, sabían hacer de todo y al momento de buscar un empleo no se les dificultaba, lamentablemente no eran permanentes y solamente trabajaban por semanas, un miércoles ellas estaban en casa cuando cae una llamada y sin perder oportunidad Sarahí contesta y era la noticia de que las necesitaba como edecán para un evento, era Sebastián que la llamaba, se pusieron de acuerdo para poder asistir a dicho evento; el evento no tenía pinta de ser un evento común, era una reunión de altos ejecutivos y con los directores de de la comisión de empresas privadas.
Sarahí muy nerviosa porque sabía que se trataba de servir a personajes muy importantes en el ámbito de empresarios, pero Sarahí como de costumbre haciendo el trabajo con demasiada dedicación siguió sorprendiendo a propios y extraños. Al finalizar el evento Sebastián le pidió a Sarahí que no se fuera sin antes conversar con él, pero antes Sebastián debía de despedir, ya que él era el anfitrión, uno de sus amigos lo intervino y le preguntó por la edecán que lo había atendido que le pareció alguien que amaba su trabajo

Sebastián: ella se llama Sarahí, ella solo la contraté para el evento, no trabaja para la empresa, antes si era parte del equipo de proyección social.
Ernesto: ¿qué? ¿Cómo es posible de que ella no trabaje contigo? -muy sorprendido-
Sebastián: ella tiene problemas con la documentación, es hondureña y no tiene documentación en regla.
Ernesto: dile que llegue a mi empresa la otra semana, yo le ayudaré a conseguir una residencia mexicana para que ella pueda trabajar
Sebastián: yo le diré, pero lo más seguro que te pedirá un favor, que ayudes a su amiga con la documentación.
Ernesto: muy bien, te propongo que le demos empleo a las dos, tu te quedas con la amiga de Sarahí y yo me quedo con Sarahí.
Sebastián: eres muy listo Ernesto -ambos con carcajadas- muy buena esa jugada, acepto tu propuesta, sé cómo trabaja Renata y es muy buena, solo te pido que respetes a Sarahí.
Ernesto: tranquilo Sebastián todo será con un trato profesional.

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