Destino ; Malec - omegaverse

Decimo Capítulo

Calor, calor por todas partes, no agradable ni nada que soportase, sus labios trataban de emitir una queja, pero nada salía, sentía como si todo le estuviese quemando, todo en él se sentía en llamas, ardientes llamas desgarrándole la piel y quemándola, tan doloroso.

Respirar ardía.

Magnus quiso usar su magia par pararlo, pero nada sucedió, la persona que debía estar a su lado no estaba, podía sentirlo, como pudo ya que necesitaba demasiado esfuerzo se movió hasta sentarse, lo cual solo causo un dolor mas agudo, miro su mano para buscar alguna razón del porque estaba así, nada había nada que, suspiro lentamente y sintió el ardor mas intenso en su cuello, con algo de miedo llevo su mano ahí.

Carne viva, latente y caliente, con eso se encontró, se sintió desfallecer hasta que todo se empezó a sentir mejor, su cuerpo se calmaba poco a poco y logro suspirar de alivio ante ese suceso sin saber a que se debía, se acomodo en la cama ya que su cuerpo pese a la ida del dolor se sentía agotado, completamente sin energías y cero los ojos relajándose poco a poco.

La puerta principal sono, sin percatarse su omega empezó a olfatear intensamente para que el olor del alfa, su alfa le llegase, entonces un leve olor llego haciendo que sonriera sin pensar tanto en los hechos del día anterior, solo podía sentir la necesidad de su omega por tener la atención del alfa. Como si el alfa supiera de eso entro a la habitación con un conjunto de cosas que le dieron a entender que era el desayuno, aún seguía un afectado por el enlace, así que su cordura no se había sentado.

—Alec —pronuncio mientras estiraba sus manos pidiendo atención, el alfa dejo todo en la mesita del costado y fue a donde el omega, se agacho besando la frente de este y después bajar su mirada a la marca que estaba a un rojo vivo, hizo una mueca y tomando las manos del menor con las suyas entrelazándolas, llevo sus labios a ese lugar, chupando y besando hasta que la piel se torno de un color normal.

—Te traje un desayuno, uh, espero te gusté el desayuno de Starbucks —el omega asintió con los ojos brillosos —, te traje un Focaccia tres quesos y un Mocha Frappuccino.

Alec le dio las cosas y el de olor dulce no demoro en empezar a consumir el desayuno que su alfa le había llevado, sonrió al terminar y dejo el vaso a un lado, gateo hasta el mas alto, quien se había sentado en su lado de la cama y se acurruco en él.

—Quiero un beso —susurro como si tal cosa fuera una travesura, el alfa rio y tomo las mejillas del menor hasta chocar sus labios, unos roses suaves y placenteros fue lo que ambos obtuvieron, al separarse el omega sonrió y el olor estaba mas dulce de lo normal, recargando su cabeza en el pecho del mayor suspiro lentamente.

Todo estaba bien ahora que eran una pareja enlazada con un vinculo fuerte y lleno de amor ¿o no?