Décimo Octavo Capítulo

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Ver el gran edificio le hizo pensar que realmente no conocía a su alfa.

Podría adivinar que por lo menos 40 pisos había en ese lugar, sus pies caminaron inseguros a las puertas de vidrio, justo en la entrada había una recepcionista y se acercó con timides, mas al ver a la apenas que pasaban por ahi, de prendas caras y cuerpos hermosos.

Pensar que su alfa se la vivía rodeado de personas por mucho más hermosas que el le hacía sentir una inseguridad creando un ardor en si cuello, sin más se acercó a la chica que le miraba con una sonrisa amable.

—Buenos días, ¿Eres Magnus? —cuestino el asintió con la cabeza levemente intimidado por la alfa ahí. —Bueno, me avisaron de tu visita, te doy tu gafete y ve al piso 55.

Le entrego el gafete y tomo dirección a el asesor, su magia estaba haciendo que su piel brillará por sus nervios y trato de controlarse cuando entreno y más personas ingresaron.

Los olores estaban siendo muy fuertes para su olfato y la mayoría era alfa así que su Omega se removía incómodo, con su magia se mantuvo al margen hasta que llegó a su piso deseado.

Suspiro de alivio viendo el lugar, había una chica que por el lugar donde estaba intuía era una secretaria, se acercó a ella.

—Hola, ¿Se encuentra Alexander?

Se quedó estancado, realmente no sabía el apellido de su alfa, su Omega se deprimió, justo en ese momento la puerta al costado del lugar de la chica se abrió.

Alec siento el fuerte olor a tristeza, el de su Omega, miro y justo lo vio con la cabeza en el piso, sus orejas habían salido a la vista y estaban inclinadas, corrió a el y lo abrazo.

—¿Qué paso? —le pregunto a la beta, está solo hizo una seña de no saber y el enterró la cabeza en el cuello de su chico, sus labios empezaron a besar la marca y en un impulso hizo que esté enredara sus piernas en sus caderas y lo llevo a su oficina.

Cuando se sentó en el sillón el Omega se aferró a él con mayor fuerza.

—Bebe —susurro en su oído, el alfa miro como se alejaba de su pecho lo suficiente para que si rostro fuera visto por el más alto.

—Lo siento —susurro el Omega, sus ojos rojos y su cuerpo temblando ligeramente.

—No bebé, no pasa nada —hablo el alfa y se acercó a besar los labios del menor, suavemente mientras sus manos abrazaban el cuerpo del Omega que empezaba a relajarse.

Cuando al fin el Omega se calmo sus cuerpos seguían Unidos y el lazo vibraba fuertemente, el Omega decidió hablar.

—Tenemos que conocernos más, siento como si ya lo hiciéramos pero cosas tan simples como tú apellido no las sé —hablo con su vos baja y un poco teñida de tristeza.

—Claro bebé, nos conoceremos y después vamos a organizar la boda —los ojos del Omega se abrieron y se separó del cuerpo del alfa sorprendido.

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Siento la demora, pero apenas y tiempo tengo :c
Igual no duden en seguirme y estaré trayendo un cap pronto.

Destino ; Malec - omegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora