Segundo Capitulo

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Magnus, sonrió mientras caminaba con una copa de la bebida que tanto amaba, sus labios estaban rosados y húmedos, se movía de forma suave creando una sintonía celestial con sus labios, sus ojos se cerraron pensando en cosas hermosas, sus recuerdos de años atrás donde aquel hombre le había acogido cual hijo vino a su mente, abrió la foto solo para mirar la foto postrada en la mesa que se encontraba en uno de los sillones, un marco blanco era lo más a corde a todo lo que eso le daba, pureza, porque sin duda ese al que ahora llamaba padre era lo que podría describir, era el hombre más puro, la foto era de él, sus ojos gatunos y sus labios en una sonrisa apenada, estaba joven, el hombre le miraba con adoración mientras lo cargaba en alto, el recuerdo era tan hermoso que llenaba su corazón.

Su puerta fue tocada y con paso lento camino hasta ella, abrió esta para encontrarse a una señora ahí, le miro y esta sonrió agradecida de haber encontrado al chico.

—Señorita, ¿en qué puedo servirle? —pregunto con dulzura.

La mujer parpadeo, siempre había escuchado pestes de ese omega que olía tremendamente dulce, de una forma tan adictiva que, aunque ella era omega tenía la necesidad de enterrar su rostro en el cuello del omega y aspirar el olor.

—Solo, siento mucho molestar, pero de verdad necesito ayuda —suspiro mirando la copa del chico —, mi hermano mayor está siendo atacado por los de la mafia dueños de los mayores antros por meterse con el novio de uno de ellos y simplemente no sé a quién más recurrir que pueda con ellos —soltó de manera rápida y haciendo que el chico procesara todo después de un rato, notaba la preocupación de la chica ahí.

Él pensó un poco si era correcto meterse en asuntos de otros, pero al ver la mirada suplicante de la chica no pudo decir que no, pues el a fin de cuentas era omega y un omega muy dulce.

Camino y dejo a la copa en la mesa, miro el lugar repasando por unos momentos las paredes grises por unos segundos y sus muy lujosos muebles. Se volteó y fue hasta la puerta, la chica sonrió y tomo de su brazo asiendo que el cuerpo del omega estremeciera por tal acto no estando acostumbrado a tales actos, sonrió un poco incómodo y cerró la puerta.

La chica le jalo con impaciencia no queriendo encontrar a su hermano moribundo todo por sus estúpidos calentones, el menor fue jalado por varias calles hasta por fin llegaron a un llamativo antro, el olor potente de un alfa le alteros, sus ojos se cerraron al sentirlo, tan atrapante, como una droga, apretó sus puños para lo que venía.

Las puertas grises estaban sucias, el omega abrió y entro a lo lejos pudo ver a como 15 alfas golpeando a uno que apenas lograba distinguir por los cuerpos que le cubrían, el omega camino lentamente con su mente un lio y su omega rasgando en su interior de una forma dolorosa, pero el necesitaba soportarlo.

Los omegas le vieron, uno de los hombres que jamás había visto le miro como si lo estuviera desnudando, respiro hondo sintiendo el olor de un alfa en específico, hizo una mueca y miro a ese alfa acercarse.

—¿Qué te trae por aquí hermoso omega? —hablo mirándole mientras lamia sus labios de una forma asquerosa, el omega gruño bajito y miro el lugar, eran 14 hombres vestidos en su mayoría negro, sus ojos eran amenazadores y a casi todos ya los había visto sabiendo lo mucho que les desagradaba, suspiro.

Mostro sus ojos gatunos y con un movimiento de manos aventó a los alfas lejos del chico, los sostuvo contra la pared mientras seguía usando su magia, el ates mencionado le vio siendo el único en quedar libre, miro sorprendido al omega y sonrió.

—Que caliente —intento acercarse por el alfa antes sometido le dio un golpe fuerte tumbándolo, miro al omega con enojo y lo tomo de la mano saliendo del lugar, su hermana siguiéndole hasta que detuvo en la esquina, la chica exploto entonces.

—¡Ya me harté de ti! ¡No puedo creer que tuve que pedir que salvaran tu estúpido rasero por el simple hecho de no poder tener tranquilo solamente un día lo que tienes entre las piernas! —le miro molesta —olvídate de ir a casa hoy —menciono, camino hasta el omega quien había dejado la mano del alfa, sonrió a la beta quien le abrazo y murmuro un suave gracias.

Ella se fue y ambos se quedaron ahí, Alec le miro como si fuera un bicho raro.

—No creas que por ser mi omega estere cuidándote todo el tiempo —hablo con molestia.

¿Cómo demonios tenía un destinado omega?



siento mi demora pero la uni esta siendo pesada, además estoy en exámenes... pero termino el viernes y quería ver si quieren que haga maratón doble (esta y destiny) de solo dos caps solo díganme y lo hago. 

Destino ; Malec - omegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora