Parte 1: Recuerdos "maduros"

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NOTA DE LA AUTORA: ¡Buenas! aquí os dejo otro fic larguito, muuuy divertido, con un cambio de profesiones poco habituales para las personalidades de los personajes que estáis acostumbradas a leer ¡¡espero que lo disfrutéis y os echéis unas risas!!


*Lenguaje y sexo explícito. Es un AU.  Lo publiqué en amor yaoi en julio de 2016.


"Pantalones del revés"

1-Recuerdos "maduros"

**Yhwach**

Cada vez que me miro al espejo no puedo dejar de pensar lo perfecto que soy. Mi porte siempre es majestuoso, incluso vestido con harapos. Aunque claro, gano mucho mejor al desnudo obviamente. Mmm....lo malo son estas arrugas alrededor de mis ojos...las de la boca he podido disimularlas con mi lustroso bigote del que estoy muy orgulloso por cierto, pero esas....tsk! vaya faena.

-¡Niños me voy a comprar!!!- cojo mi abrigo negro echándomelo sobre los hombros cuando oigo unos pasos por la escalera que me obligan a alzar la vista para ver a mi hijo adolescente.

-Ya somos un poco mayorcitos para que sigas llamándonos así-

-Mm...que cutis tan terso tienes malaje, como echo de menos tener tu edad. Eres mi viva imagen, Tensa- mi hijo abre sus ojos celestes de par en par al oírme y sube corriendo a su habitación. Cría hijos para que luego no estén orgullosos del hombre que les dio la vida. Hice mucho esfuerzo con cada uno. Inseminaciones legendarias.

Voy fumando un puro habano por la calle tranquilamente viendo como algunas personas me miran con miedo o incluso desprecio. No he olvidado que fumar en Japón está prohibido, pero ya tras tantos años viviendo aquí, me importan tres narices lo que opinen de mí y mis costumbres.

Doy una última calada cuando llego al centro comercial de Karakura, el distrito sur de Tokio donde actualmente resido que, como de costumbre, está abarrotado. Paso directamente al pasillo de belleza masculina y cojo algunas cremas anti edad con aversión. Madre del amor hermoso ¡qué precios!! ¡Ni que fueran para mujeres!

-¿Desea que le haga una muestra del producto, señor?- una dependienta se me acerca cortésmente y enseguida la regalo una de mis sonrisas de conquistador.

-Creo que salta a la vista, hermosa mujer, que no necesito cremas de ningún tipo-

-Le enseñaré varias marcas, espere aquí-

Y...es por eso por lo que ya no me acuesto con mujeres. Sacan los defectos a la vista como el que saca punta a un lápiz. Que bruja...su sinceridad me ha dolido. Mucho.

Decido alejarme de esa zona antes de que la susodicha vuelva y me caliente los cojones, pero antes de abandonar el centro comercial, veo que al fondo del pasillo, hay otra dependienta frente a un hombre de largo cabello gris perfectamente peinado hacia atrás que está serio escuchando las explicaciones de la joven.

-Como verá tenemos diferentes productos y una promoción si se lleva también la loción de afeitar y el bálsamo reparador-

-No me afeito, le tengo demasiado cariño a mi bigote. Solo la crema y dese prisa-

-¡Hombre Ginrei! Dichosos los ojos de verte por aquí- reprimo una carcajada al ver que le he espantado tanto que ha abierto sus ojos de par en par al verme.

-¿Qué hay viejo amigo? Y recalco lo de viejo, porque estás...ya sabes...-

-¿Qué demonios haces aquí, Yhwach?-

-Venía a comprar vino, claro que no esperaba encontrarte aquí. En esta zona. Con una crema anti-arrugas en la mano- Ginrei pestañea un par de veces mirando el bote que tiene en la mano y lo suelta con cortesía en el mostrador despidiéndose de la dependienta.

"Pantalones del revés"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora