"Pantalones del revés"

Parte 4: Como "moscas" a la miel

4-Como "moscas" a la miel

**Ichigo**

Me llevo a la boca otro trozo del pastel que estoy comiendo mientras Haruka y Chad me miran con una gotita de sudor recorriéndoles un costado de su cara.

-¿¿Qué? ¿Queréis un poco?- ambos niegan al mismo tiempo haciendo que me encoja de hombros y sigo comiendo hasta relamerme los dedos.

-Ichigo, te vas a poner gordo como sigas comiendo tanto dulce-

-Joder Haru, no seas tan pestoso, sabes que me pirro por el chocolate-

-Pero siempre traes pasteles para cuando salimos de clases-

-Mi hermana los compra en la mejor pastelería de Karakura ¡están de muerte!! La pastelera que lo hace debería ser famosa y todo-

-Ya, lo que tú digas.- a veces pienso que Haruka y Chad deberían ser más abiertos, porque normalmente son muy muermos si no les espabilas, pero como compañeros para asistir a nuestras clases de música, son los mejores. Llevo tocando la guitarra eléctrica desde que mi padre me la regaló tras fallecer mi madre y tengo suerte de compartir esa afición con dos de mis mejores amigos, aunque Chad prefiere la guitarra española y Haruka como yo más o menos ya que está probando distintos instrumentos.

En cuanto llegamos a la casa de nuestro profesor, Haruka llama al timbre y Coyote Starrk sale a recibirnos como de costumbre, con una camisa abierta que nos deja ver algo del vello de su pecho, unos pantalones de pinza oscuros, el pelo ondulado recogido en una coleta, gafas de ver y el cigarro caído sobre su labio inferior. La verdad es que está tremendo, tiene un sex-appeal de hombre "macho" extranjero con una dejadez propia de su estilo. Creo que Haruka piensa lo mismo, aparte que Starrk es buen amigo de su padre. De Chad no sabemos, creo que a él el rollo gay como que no le va.

-Puntuales como a mí me gusta. Pasad chicos- dejamos los instrumentos en la habitación donde solemos ensayar ya que Starrk tiene montado su propio estudio con una mesa de mezclas, micrófono, un piano, un violín e incluso varias guitarras, tanto eléctricas, como españolas. Cuando conocí a mi sensei, nos dijo que llevaba el arte de bailar en las venas, aparte que su padre le obligó a aprender a desenvolverse en todo tipo de bailes, canto y acompañamiento de instrumentos. Pese a la pinta de vago que tiene a veces, sobre todo cuando se duerme mientras ensayamos, no hay nadie mejor para enseñarnos a apreciar la música.

-Coged las partituras con las que ensayamos ayer. Seguiremos donde lo dejamos. Haruka ¿quieres seguir tocando el piano?-

-Hai. Me siento cómodo con ello- sonrío con malicia a Haruka porque se ha sonrojado un poco y él me devuelve una mirada típica Kuchiki. Vamos, de esas que me dan ganas de acojonarme y descojonarme al mismo tiempo.

-¡Eh Starrk!!! Cuando termines con los mocosos, te recuerdo que vamos de citas- el que faltaba por aparecer es uno de los compañeros de piso de Starrk, Grimmjow Jaegerjaques, alias "gato estúpido, pitufo, chulo o baka" simplemente. Al verle por primera vez, sentí como mi corazón latía tanto que podría haber marcado el compás de una melodía solo con el latido. A pesar de su carácter, Grimmjow es un hombre guapísimo y me pone mucho. Aunque solo se dirija a mí para hacerme rabiar, la verdad es que disfruto de nuestras peleas.

-¿Qué tal nenitas? ¿Vais a afinar bien vuestros instrumentos?-

-Grimmjow no les jodas. Vete-

-¡Pero si saben que soy muy bromista! ¿Verdad fresa? Eh...fresa...freesaaa-

-¡me llamo Ichigo, pedazo de idiota!!!-

-Oh, es cierto se me había olvidado. En fin Starrk, no te escaquees que si hace falta te llevaré a rastras ¡me largo!-