3- Parte (Todo bien por un segundo)

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Yo me quedé ahí, inmóvil. Chloe se acababa de ir llorando, y no estaba dispuesta a dejarla así. Cuando me di cuenta de la situación y salí del shock, corrí a su habitación. Cuando llegué, pique, pero no me abrió nadie. Abrí la puerta lentamente, pero no veía nada. Encendí la luz, y me encontré a Chloe tumbada en la cama, boca abajo, llorando.
- Chlo... Dios, como odio verte así. - Dije acercandome a la cama. Me arrodille en frente, pero ella estaba mirando a la pared. - Chloe... Lo siento muchísimo. He sido una amiga horrible, y encima he hecho que tu novio te deje, no se como sigues aguantandome. - Ella se dio la vuelta, de manera que se quedó mirando hacia mí. Yo le quite suavemente un mechón de pelo que caía por su cara. - Lo siento. - Sabía que ya se lo había dicho, pero es que me salió así.
- No fue sólo lo de Mark, a parte de eso, fue el mero hecho de que no estabas aquí, a mi lado, apoyandome, lo que más me dolió.
- La he cagado Chlo, pienso en como lo debiste de pasar y se me parte en corazón... - Entonces, ella me abrazo, y yo la correspondí. - No sabes cuanto lo siento, y lo digo mucho, pero es verdad y... - Me interrumpió.
- Beca, ya está, déjalo, todo está bien. - Dijo, separándose del abrazo, poco a poco, quedando muy cerca de mi, y poniendo una mano en mi mejilla. Yo la mire a los ojos, y ella también, pero poco a poco, ambas fuimos cambiando la vista de nuestros ojos a nuestros labios. Todo parecía indicar que lo hiciéramos, y yo nunca había tenido tantas ganas de besar a alguien como a la pelirroja en ese momento, pero entonces alguien picó a la puerta. Yo me sonroje enseguida, como pasa a menudo, y ella también. Me levanté, ya que seguía arrodillada en frente de Chloe, y fui a abrir la puerta y me encontré con una chica desconocida.
- ¿Está Chloe? - Preguntó.
- Si... ¿Quién eres?
- Soy una persona que no va a hacer un trabajo sola. - Y paso aunque yo no le había dado permiso, echándome a un lado, lo que me pareció fatal, por cierto. - A ver pelirroja, tu parte del trabajo, bueno y mi parte, hazla, me da pereza. Más vale que te salga bien o nos suspenderán. - Cuando acabo de decir eso, le tiró unos papeles a la cara a Chloe, y uno de los papeles, que iba con más fuerza, le hizo un corte en la mejilla. En cuanto vi eso, me interpuso entre la chica y Chloe, aunque ella seguía sentada en la cama.
- ¿Pero de qué vas? ¿Has visto lo que le has hecho? Hay mejores maneras de dar cosas. - Acto seguido la eché de la habitación. Cuando cerre la puerta, dejando a la chica está fuera, corrí a la cama, donde estaba Chloe, y me arrodille mirandola. - Madre mia Chlo... Espera aquí. - Y fui a por el botiquín, obviamente.
- Beca, no te preocupes, estoy bien. - Dijo ella desde la cama donde estaba sentada.
- ¿Qué no me preocupe? ¿Pero tu has visto lo que ha hecho? ¿Por qué te parece tan normal? - Dije mientras le limpiaba suavemente la herida y le ponía una tirita. Ella ponía a veces expresiones de dolor, pero se daba cuenta enseguida y las cambiaba, intentado no preocuparme.
- No lo se, llevamos en la misma clase mucho tiempo ya, siempre ha sido así, supongo que me he acostumbrado. - Me dijo la pelirroja con total naturalidad.
- Chloe esto no está bien... ¿Siempre ha sido así? Si no haces tú algo, lo hare yo, no puede ser que te trate como quiera. - Dije bastante molesta.
- Beca tranquila... - Dijo esbozando una sonrisa y acariciendome la mejilla.
- No lo estoy... No me hace gracia. Te trata como le da la gana, no puede seguir así. - Dije levantandome molesta.
- ¿Por qué te pones así? No es para tanto, es un corte, no me está torturando.
- Pues... Pues porque te quiero, y odio que te hagan daño, no quiero que sufras por nada del mundo. Ya no más. - Dije sinceramente, dándole la espalda.
- Beca... - Dijo con una sonrisa triste, acercándose y poniéndose delante de mi. Me miro a los ojos y me acaricio la mejilla, cosa que le encantaba hacer, y que a mi me encantaba que hiciera.- Yo también te quiero, Becs. - Y me abrazó. - No me faltes nunca. - Dijo muy muy bajito, como para que yo no lo oyera, pero lo hice.
- Nunca, lo prometo. - Ella se sonrojo un poco, estaba claro que no quería que yo escuchara eso, pero en seguida sonrió como siempre.
Le di un beso de buenas noches y está vez fui yo la que miro si había monstruos debajo de la cama.

Qué Haría Yo Sin Tí // BechloeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora