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O1 | MinhoMartes

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O1 | Minho
Martes

Odiaba los martes, y eso era algo que las personas cercanas a mí sabían. Siempre me preguntaban la razón de mi odio, y solía responder lo mismo:

«Es de mala suerte».

A casi nadie le importaba lo suficiente como para seguir interrogándome, y si acaso lo hacían, dejaba muy en claro lo poco que me importaba responder.

Sin embargo, este nuevo año decidí probar algo para intentar mejorar los martes. Al principio me sentía desesperado porque nada podía mejorarlos, pero supongo que comencé de forma lenta, poco a poco.


Martes16 de junio

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Martes
16 de junio

Intenté ir a una cafetería diferente todos los martes, ya que un café nunca venía mal. Lamentablemente, la mayoría eran particularmente malas.

Después de dos experiencias decepcionantes en el último mes, no tenía muchas esperanzas de encontrar algo mejor. Pero algo en el nombre "Blues' Coffee" me hizo pensar que esta vez podría ser diferente.

El exterior de la cafetería era impecable, con líneas limpias y una simetría que la hacía encajar perfectamente con las otras dos tiendas cercanas. A pesar de haberse inaugurado hace casi tres años, parecía ser muy nuevo. Yo lo sabía porque me había mudado aquí al mismo tiempo que abrieron la cafetería. El único signo de envejecimiento era la leve decoloración de la pintura marrón oscuro en la fachada del local.

Entré y una sensación cálida y repentina envolvió todos mis sentidos. Por un momento me quedé de pie, absorto en la suave música de fondo y el aroma a café recién hecho que flotaba en el aire. En el amplio espacio, varias mesas se distribuían de manera desordenada, mientras que a la derecha se alzaba un imponente mostrador. Cada detalle de la decoración parecía estar meticulosamente planeado para crear una atmósfera cálida y acogedora.

Una vez que regresé a la realidad, me di cuenta de que estaba parado sin hacer nada al lado de la puerta, sentí como el calor subía a mi cara; así que me dispuse a ir y pedir el mismo café helado que en todas las otras tiendas. Con extra azúcar.

Tomé asiento en una mesa en la parte trasera de la cafetería y esperé mi pedido. Mientras tanto, revisé mi celular y disfruté del aire cálido, que contrastaba con el amargo frío del exterior.

Eran las 8:47 PM.

Wow, no me había dado cuenta de lo tarde que era. Este café probablemente me mantendría despierto hasta la una de la mañana, pero francamente no me preocupaba.

Dirigí la mirada hacia la ventana, apoyando mi barbilla en la palma de la mano mientras observaba el paisaje que se extendía más allá del cristal. Justo cuando estaba a punto de hundirme en mis pensamientos, mi pedido fue anunciado y tuve que ir a recoger mi café.

En este punto, ya no sabía qué esperar de la calidad y sabor de la bebida, para mi sorpresa, resultó ser el mejor que había probado desde que empecé mi búsqueda. Superó mis estándares y me hizo sentir que mi búsqueda había valido la pena.

Pero no es por eso que ese martes en específico fue especial.

Tomé otro sorbo de mi bebida y miré de nuevo por la ventana. El cielo estaba oscuro y gris, como se esperaba; sin embargo, el paisaje era muy hermoso con las tenues luces que alumbraban las aceras, las parejas que caminaban de la mano y el toque decorativo que daba la nieve. Se sentía como un sueño.

Justo cuando estaba listo para salir de esa acogedora cafetería, noté a un chico, probablemente de mi edad, caminando hacia el pequeño escenario del local con una guitarra sobre su espalda. Llevaba una chaqueta encima de una sudadera, unos jeans y una gorra de béisbol negra. Por lo que podía percibir, su cabello era castaño al igual que sus ojos.

No estaba seguro de qué decirle, así que solo le di un leve golpecito en su hombro para llamar su atención.

—Disculpa —dije, tratando de sonreír con naturalidad. El chico se volteó y, con solo su mirada, hizo difícil hablar.

—¿Sí? ¿En qué puedo ayudarte?

—Yo... solo quería saber tu nombre, realmente me gustó tu canción.

—Oh, gracias. Soy Han Jisung —su pequeña sonrisa hizo que mis mejillas ardieran—. ¿Vienes aquí seguido? No te había visto por aquí antes.

—No, de hecho esta es mi primera vez aquí —y no sería la última.

—¡Genial! Vengo aquí a tocar cuando puedo, pero usualmente lo hago los martes, ya que tengo más tiempo —dijo mientras se metía las manos en los bolsillos y su sonrisa se extendía por todo su rostro. Sus palabras eran tan agradables al oído como su voz al cantar.

—Entiendo... entonces creo que vendré aquí la próxima semana —mi esfuerzo por conversar amablemente resultó mucho más coqueto de lo esperado, y creo que él lo tomó de la misma manera. Probablemente, mi cara roja se podía ver desde el espacio, pero no pude dejar de sonreír.

—¡Perfecto! Espero verte aquí la próxima semana... —me miró esperando saber mi nombre.

—Minho, Lee Minho —dije, aun sin dejar de sonreír.

—Fue un gusto, Minho. ¡Hasta luego! –con una sonrisa se despidió y se dirigió hacia la puerta trasera.

Me sentí tonto por no haber venido aquí antes, pero también emocionado por lo que el futuro podría traer. Me levanté para irme, pero me detuve un momento para mirar la cafetería una última vez. Sabía que volvería aquí, no solo por el café, sino también por la música y, quizás, por la oportunidad de ver a Jisung de nuevo.

Sugar ʚ₍ᐢ. .ᐢ₎ɞ ¡minsung! (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora