Sugar ʚ₍ᐢ. .ᐢ₎ɞ ¡minsung! (EN EDICIÓN)

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O2 | Jisung

Esa noche, de repente, me sentí eufórico. La lluvia había cesado y el cielo estaba despejado, lleno de las estrellas más brillantes que había visto. Mientras observaba una estrella fugaz, deseé que ese sentimiento de calidez se quedara conmigo.

Después de unos diez minutos de aire frío, regresé al edificio y subí las escaleras a mi apartamento. Dejé mis cosas y me tumbé en la cama pensando en lo que significaba para mí que un chico se acercara a mí, preguntara mi nombre y diera a entender que iría a verme la próxima semana. Se sintió bien y significaba mucho para mí que alguien se interesara en mi música.

Por supuesto, también pensé en todas las cosas que podrían salir mal. ¿Y si nunca volvía a aparecer? El pensamiento me hizo sentir vacío, así que traté de ignorarlo.

—Pareces deprimido —dijo Felix, mi compañero de cuarto, con una sonrisa burlona en su rostro mientras se apoyaba en el marco de la puerta.

—No estoy deprimido, idiota —respondí con un suspiro mientras me sentaba en la cama–. ¿Acaso nunca has visto a alguien pensar?

—Pues al menos aquí no –dijo sarcásticamente para luego preguntarme con una expresión preocupada en su rostro–: Entonces, ¿qué pasa?

Dudé antes de responder, sabía que Felix a menudo se burlaba de mí por estar soltero y no salir mucho. Todo lo contrario a él que se la pasaba comiéndole la boca a su novio, Changbin.

—Tuve un show esta noche en Blues' y después del espectáculo, un chico vino a hablar conmigo. Parecía estar interesado y me preguntó mi nombre. Dijo que vendría a verme la próxima semana.

Felix se rio.

—¡Vaya, coqueteaste con un tipo! No puedo creerlo.

—No es como si hubiera sido intencional, simplemente... sucedió —dije sintiendo cómo sus mejillas se ponían rojas.

—Suena genial Jisung, ya es hora de que dejes de deprimirte aquí solo. ¡Buenas noches!

Y se fue.

Cerré los ojos y dejé que mis sueños me dominaran, pero esta vez, estaba seguro de que serían más dulces.

Al día siguiente
9:03 PM

Cuando entré en el callejón, noté a alguien caminando a través de la nieve. Era Minho, con las manos en los bolsillos y los ojos entrecerrados para protegerse del viento helado. Sus zapatos estaban empapados, al igual que su cabello oscuro.

Corrí y sostuve mi paraguas sobre él. Observé cómo abría los ojos, probablemente notando cómo ya no era atacado por la lluvia. Hicimos contacto visual, lo cual me tomó por sorpresa y por instinto miré hacia otro lado.

—¿Jisung? —Minho estaba claramente conmocionado. Sentí su mano sobre la mía en el mango del paraguas. Me lo quitó para sostenerlo, ya que era un poco más alto que yo.

—¿Qué haces aquí? —le pregunté, todavía un poco desconcertado–. Vas a resfriarte.

—Voy saliendo de la universidad –dijo–. ¿Y tú?

–Solo dando un paseo –respondí–. Vamos, te acompaño a casa para que no te mojes... más.

—No tienes que hacer eso por mí —me dijo un poco avergonzado.

—No digas eso, ¡estás prácticamente empapado! —lo miré de arriba hacia abajo.

—Bueno, gracias. En ese caso podríamos conocernos un poco más.

Comenzamos a hablar, Minho haciendo la mayoría de las preguntas. Descubrí que tenía 19 años y que se había mudado hace poco. Yo le conté sobre cómo comencé a tocar en la cafetería, entre otras cosas.

Finalmente llegamos a su edificio.

—Gracias por acompañarme—. dijo Minho en la puerta—. Regresa con cuidado y no te enfermes antes del próximo martes.

—No fue nada, ¿pero por qué el próximo martes? —pregunté.

—Tocas ese día, ¿no? —dijo con una leve risa—. Iré a verte.

Sonreí, sintiéndome cálido por dentro–. Me encantaría, entonces te veo el martes.

Mientras caminaba a casa, pensé en Minho y en su sonrisa cálida. A pesar de la lluvia y la nieve, me había hecho sentir seguro y apreciado.