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Luan estuvo ayudando a ambas, tanto a su hermana y a su amiga Emaline, pero no pudo quedarse por mucho tiempo, ya que tenía un show que hacer en el asilo de ancianos, solo esperaba que no los matara de la risa con sus chistes.

-Bien, ya está limpio el pasillo, hace falta el gimnasio- Dijo la pálida mientras se levantaba del suelo, la pintura ya se había secado, por lo cual ella se quitó su chaqueta, si no sería complicado moverse, parecerá una piedra andante. Al llegar al gimnasio Lynn repitió el mismo proceso que Emaline, quitándose su jersey de beisbol, solo dejando su playera de tirantes blancos que usaba, esa playera marcaba demasiado bien su cuerpo tonificado y Emaline era prueba de ello, pues no podía despegar su vista de ella y su perfección. -¿Qué tanto me ves? ¿Tengo alguna mancha o algo?-La pregunta era irónica, ya que estaba repletamente manchada por pintura y pastel.
-Idiota...- Soltó Emaline generando que Lynn soltara una risa superior, sabia que tipo de efecto tenía en las chicas, pero esas cosas no le interesaban.

-Ya cállate y ponte a limpiar.-Dijo Lynn mientras acomodaba los balones de basquetbol en su lugar. -¿Por qué no me callas mejor tú?-Se pronunció Emaline, Lynn se acercó lo suficiente a ella para quedar a escasos centímetros de sus labios. -¿Qué?-
-Nada-Lynn había escuchado a la perfección lo que Addario había dicho, y había entendido la indirecta, en su mente solo pensaba en besarla, pero era muy cobarde para poder hacerlo.
-Entonces ya cállate.-

-Bien, acabamos, y son las nueve de la noche, así que no es tan tarde

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-Bien, acabamos, y son las nueve de la noche, así que no es tan tarde.- Dijo Emaline guardando las últimas cosas en el armario. -Está cerrado...- Dijo Lynn tras tratar de abrir las puertas del gimnasio. -¿Qué?-Inmediatamente la pálida se acercó a la de ojos claros y tratar de abrir la puerta, sí, estaba cerrado. -Te lo dije, probablemente en un rato nos abran la pue...-No término de hablar, pues las luces habían sido apagadas, así que ahora estaban a oscuras. -Nos olvidaron aquí, ¿no es así?-Sí, definitivamente-Dijo Lynn rendida, a los pocos segundos y como si estuvieran conectadas comenzaron a jalar con fuerza la puerta del gimnasio y golpearla pidiendo ayuda, probablemente no se soportarían otro minuto más. -¡Ayuda por favor!-Gritaron al unísono.-¡Deja de copiarme! ¡NO! ¡Tú deja de copiarme! ¡Te detesto!- Ambas habían dicho estas diez palabras al unísono, generando confusión en ellas mismas.

-Tratemos de llamarle a nuestros padres.-Buena idea. -Ambas habían sacado su teléfono celular, notándo la notoria falta de señal que había dentro del gimnasio. -Sin señal.-Volvieron a decir al mismo tiempo generando esta vez una risa por parte de ambas, era una conexión tan extraña e intrigante para las dos. -La única opción es esperar aquí o buscar una salida.- Mencionó Emaline mientras ambas miraban hacia las paredes tratando de buscar alguna ventana por donde pudieran salir, pero no había rastro de algo así. -Genial... estoy atrapada aquí contigo- Dijo Emaline empezando a deslizarse por la pared hasta caer sentada en el suelo, Lynn no tardo en hacerle compañía.
-Estar conmigo no es tan malo, que yo recuerde hace días tratabas de hacer una amistad conmigo.-contestó Lynn incrédula.-Sí, eso fue antes de que me llenaras los ojos y nariz de pastel-Dijo ocasionando que Lynn se sintiera algo culpable. -Luan no me haría algo así, solo la pusiste en mi contra porque me detestas por un estúpido juego.- Se defendió Emaline mirando hacia los ojos de su contraria.

-Esa no era la intención, quiero decir, Luan no tiene nada que ver, ella no sabía que la broma era para ti, y no pensé que fuera a llegar tan lejos, además tú tienes la culpa por haber hecho trampa ese
día.- Emaline rodó sus ojos ya cansada de la misma historia, Emaline no había hecho trampa ese día, por unos segundos había logrado llegar, y aunque la razón del porqué Lynn estaba tan distraída, ese juego era un misterio.
-Como te decía, no es tan malo estar conmigo.-Aggh...-Emaline se quejó generando que Lynn sonriera, era divertido ver su comportamiento, para Lynn no era más allá que una broma.

Hubo varios minutos de silencio hasta que Lynn volvió a preguntar. -Oye Emaline... Siempre he sido grosera contigo, desde aquella competencia hace dos años, y aun asi eres agradable conmigo, ¿por qué?- Cuestionó mientras trataba de encontrarse con aquellos ojos rasgados que tanto le gustaban aún jamás lo admitiera. -Si te soy sincera, solamente quería conocerte, vi que te gustaba tanto el beisbol como ami y por todos lados escuchaba tu nombre, Lynn, y pensé que tal vez podríamos llevarnos bien, trate de ser tu amiga aquellos días antes del partido, pero solo te interesaba ganar.-La respuesta que dio hizo que Lynn se sintiera algo tonta e incluso culpable.
-Lo siento, es solo que me pongo muy competitiva.-Dijo rascándose la nuca de manera nerviosa, ocasionando que Emaline riera un poco de su comentario obvio. -Se puede decir que me di cuenta.-Dijo haciendo reír un poco a Lynn, esta estaba por hablar hasta que Emaline logro percibir algo en las alturas del gimnasio, era una cortina que estaba tapado una de las ventanas. -¡Mira ahí! ¡Hay una salida!-Rápidamente Lynn se levantó, ayudando a la castaña de igual forma a levantarse, para asi mismo sonreír. -Es cierto, creo que podemos salir por ahí. -Dijo Lynn acercándose a donde estaba aquella ventana, bastante alto, pero no para Lynn quien con solo un brinco logro subir y salir, tenía un cuerpo bien formado.

-Bien, ahí te quedas Addario.- Dijo sonriendo ampliamente y asi mismo desaparecer de la vista de la menor de las dos. -Idiota, idiota..., idiota. -Dijo entre dientes; decepcionada de aquella idiota que tanto le gustaba. Pocos segundos después, Lynn se volvió a asomar extendiendo su brazo. -Deja de estar lloriqueando, vamos. -Emaline no tardo en tomar el brazo de Lynn quien sin mucho esfuerzo logro subir el cuerpo de los ojos castaños, al lograrla subir Lynn había perdido algo el equilibrio ocasionando que la castaña quedara encima de sí.-¿Aún quieres que te
calle? -Dijo la de ojos color verdes con un tono coqueto, ocasionando que el rostro de la líder de los Grizzlies se tiñera rojo al instante. -¡NO!- dijo rápidamente mientras se levantaba de golpe del suelo, sentía que el corazón se le iba a salir del pecho al escuchar aquello, solo se dio media vuelta ignorando los llamados de la de cabello amarrado, Lynn no podía continuar jugando con sus sentimientos asi.

G R I Z Z L I E SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora