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Narra Lynn.

Los días pasaban, cada vez se alargaban mucho más, no había encontrado noticias acerca de Emaline o como se encontraba, solo Luan mantenía contacto con ella.

No culpaba el insignificante hecho de que me había borrado de su vida, después de todo había puesto en peligro su brazo, pero cada segundo que pasaba sentía que me carcome la angustia de no saber cómo está, de no poderla ver, yo sé que no estoy deshidratada, pero había algo que me ataba a Emaline. ¿Por qué él querer a alguien duele así?

—¡¿Puedes creerlo!? Emaline tiene piscina y un tobogán, ¡en casa!—La voz de Lana había llamado mi atención, las dos gemelas se encontraban adentrándose al igual que Luan, quien cerraba la puerta detrás de ella.
—¿Fueron a verla? ¿Ella está bien?—Pregunté en cuanto habían entrado, Lola se cruzó de brazos viéndome con desaprobación. —¡Eres un monstruo!—Mi cara nunca había cambiado tan rápido al escuchar la exageración de Lola. —¿Qué? ¿Por qué?—Lola cambio su expresión nuevamente. —Oh no, tú no, Emaline me enseño a actuar, ¿lo hago bien no?—Dijo sonriendo, deje salir un largo suspiro, en ocasiones me llegaban a frustrar bastante.

—Ella está bien, pintamos sus vendas y parece iron-man ahora.—Hablaba Lana mientras se colocaba una lagartija sobre la gorra que siempre usaba.—Y a ella la encontré en su piscina, se llama María Antonieta tercera, ella me lo dijo.—Lana y Lola se fueron conversando sobre lo bien que la habían pasado con Emaline.

—Insistieron en verla. Así que deje que fueran para que se conocieran mejor.—Se pronunció Luan tomando asiento a mi lado, sonrió un poco, esa sonrisa me había calmado. —Se encuentra mucho mejor, aunque creo que en francés te estuvo maldiciendo.—Hice un gesto ante lo que había dicho, sabía que ella tenía descendencia francesa, pero, me dolía saber que me odiaba.

—Por el momento no te quiere ver, así que lo mejor será que mantengas distancia. —Explicó.—Pero bueno, quien te manda a hacer malas bromas.—No era una broma Luan, Lisa había creado una pelota especial para ganar, aunque sea humillante para mí decirlo…—Me quedé en silencio unos segundos, era complicado. —Lo sé, Lisa me lo contó todo, no te quiero culpar por todo Lynn, estuvo mal que hayas hecho trampa, pero estoy segura de que Emaline te perdonará.—Sonreí, Luan era un ser de luz, cualquier ser humano que tenga la oportunidad de conocerla se daría cuenta de que es una persona maravillosa, a excepción del día de los inocentes, es el diablo en ese día.

—Bueno, ahora nuevamente tengo oportunidad con Emaline después de que casi la dejas sin mano, jajaja.—Mi semblante cambio, olviden todo lo bueno que había pensado de ella. —¡Es broma!, anda, ve a hablar con ella.—Me había pasado su dirección en un papel escrito, la, observe unos segundos, pero en esos segundos me había perdido mentalmente.

—Olvidaba que eres mala con direcciones… Te llevaré yo. —

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Luan había dejado a la atleta delante de la casa de Emaline, Lynn hizo un gesto antes de ver a su hermana retirarse, solo esperaba que las cosas salieran bien.

Lynn tocó el timbre de aquella “humilde casa” esperando ansiosamente que fuera Emaline la que abriera. —No quiero volver a escuchar la palabra de Dios, gracias…—Emaline había dicho a través de la puerta antes de abrir, generó una pequeña sonrisa en Lynn, pero no en Emaline al verla en su hogar.

—¿Qué haces aquí? Es mejor que te vayas Lynn.—Dijo tratando de cerrar la puerta, pero Lynn lo impidió. —Por favor, escúchame, déjame explicar.—Trataba de hablar, la insistencia de Lynn siempre había sido agobiante.

—¿Explicar qué? Qué la tramposa eres tú y no, yo como siempre andabas difamando.—Lynn relamió sus labios, se sentía humillada justo ahora. —¡No! Emaline, ya entiendo que tú no hiciste trampa en ese juego.—Emaline dejó de tratar de cerrar la puerta para escuchar mejor a la atleta, se sentía enojada y traicionada, pensaba que Lynn solo la había utilizado para ganar su confianza.

—Escucha, no tenía opción.—La castaña solo soltó una carcajada incrédula por aquello. —Siempre hay opciones, si tu plan para ganar ese estúpido premio era enamorarme pues, felicidades, lo lograste.— Emaline se adentró a su hogar, Lynn paso detrás de ella tratando de explicarse, pero fue detenida al sentir como fue empujada por aquel objeto, era el trofeo. —Toma, ya vete.—Emaline, por favor, escúchame, aceptó que me equivoqué al hacer trampa.—Trataba de hablar, pero la de ojos cafés solo se hacía la de oídos sordos. —Fue un error conocerte Lynn.—Como una daga las palabras habían herido el corazón de la deportista, la habitación se había llenado de silencio por unos segundos, un silencio hiriente para Lynn.

—Incluso tu orgullo no te permite disculparte y aceptar que te equivocaste.—Lynn trago en seco, sentía que estaban pisoteando su orgullo, él poco que podría tener. —Escucha…—Emaline negó con la cabeza, con su mano sana señalo la salida. —Vete por favor. —Lynn trago saliva, vaya que hacía un esfuerzo por tratar de disculparse cada vez que hacía algo mal, era complicado para ella escoger las palabras.

Solo asintió con la cabeza, antes de salir dejó el premio sobre la mesa de Emaline y así mismo ir de por aquella puerta señalada, no se rendiría, pero debía admitir que se apresuró en disculparse.

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Me estoy quedando sin ideas, así que estas últimas partes estarán medio raras, ya está por terminar la historia y me ando enfocando en la historia de Luan, así que pues tengan paciencia.

G R I Z Z L I E SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora