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Narra Lynn.

Finalmente, se había llegado el día, era tiempo de ir al campamento. Dentro de dos semanas se definirá al campeón definitivo en el campus, y el campus del bosque realmente era enorme y como cada 2 años se llenaba por los partidos.

Debía admitir que estaba nerviosa, después de todo iba a hacer una de las mayores trampas de mi vida, solo suspire mientras tomaba la pelota que Lisa me había dado, era la pelota especial.
—Iremos a ir a verte en la final Lynn, con esto tienes los juegos asegurados. —Sólo sonreí, confiaba en ella plenamente y en sus inventos, por lo cuál solo guarde la pelota en un lugar de mi mochila.
—Mucha suerte, aunque no la
necesitas.—Dijo la de cabellos alborotados, sonreí mientras chocaba los cinco con ella.

El camino al campamento realmente fue corto, pues quedaba a un lado de la ciudad, en un sitio accesible, era el campus central de todo royalwoods

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El camino al campamento realmente fue corto, pues quedaba a un lado de la ciudad, en un sitio accesible, era el campus central de todo royalwoods. Las estructuras del campamento variaban, en el centro estaba el comedor y a sus alrededores cabañas que tenían de una a dos habitaciones, y los cuatro equipos de béisbol convivían para mantener a raya las trampas o el odio que se pudiera generar mediante el partido, era mucho mejor así, ya que se generaba menos tensión. Con el tiempo este campamento se fue expandiendo y ya era una costumbre hacerlo en este campus del campamento.

Los mejores 4 equipos que habían pasado los Juegos estaban aquí y disfrutarían de una semana antes de que iniciaran los Juegos de semifinal y finales, y bueno, el equipo de Lynn había entrado sin trampas, por el momento.

Los mejores 4 equipos que habían pasado los Juegos estaban aquí y disfrutarían de una semana antes de que iniciaran los Juegos de semifinal y finales, y bueno, el equipo de Lynn había entrado sin trampas, por el momento

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Al cabo de algunas horas se habían repartido todos el número de cabañas, con ellos podrían ir a su cabaña correspondida y toparse con su compañero de cuarto en cada cabaña numerada. Pronto la deportista guio su paso hasta la cabaña cinco, estaba vacía por el momento a excepción de una mochila de colores.

La oji-verde solo se encogió de hombros mientras colocaba sus pertenencias en su lado de la habitación, y volvía a salir de la cabaña, pronto una voz la saco de sus casillas. —¡Lynn! ¡Tienes que cambiar conmigo!—Hablo Luan quien agitaba a su hermana menor. —¿Qué? ¿Por qué? ¿Qué haces aquí?—Trató de interrogar hacia la de brackets.
—Oh, es que soy locutor deportivo de este juego, quieren poner mis chistes entre los tiempos y partidos.—Dijo con orgullo — Y los entendió, después de todo tengo un hilo de chistes, ¡JA JA JA! ¿Entiendes? Literalmente tengo uno.—La castaña mostró su hilo de chistes, eran varios los cuales estaba preparando para ensayar.

—Bueno, supongo que entiendo, ¿para qué quieres cambiar?—Luan sonrió, pero se negó a dar detalles. —Solo lo quiero, cambiemos.—Lynn pareció extrañarse, y antes de darle el papel con el número se arrepintió.—No, lo quieres por algo, debe tener algo especial. —Luan solo hizo una mueca. —Pues, supongo qué sí, estará Emaline ahí, y quisiera estar con ella, ya que ustedes se odian taaanto, no quiero que le vuelvas a jugar otra broma pesada.—inmediatamente la líder de los kangaroos se arrepintió de haber pensado en darle el papel. —No, es mío, además, no quiero, la puedo molestar mejor.—Luan pareció extrañarse, por la explicación tan tonta que había escuchado por parte de la oji-verde.

—No Lynn. —Luan le quitó el papel de las manos, pero se arrepintió al momento de sentir que era tecleada por su hermana, quien le había quitado nuevamente el papel. —Dije que no.—Luan alargó la cara levantándose del suelo y sacudirse.

—Bien... Entonces paz. —Luan extendió su mano hacia Lynn, quien la apretó con fuerza, pero Lynn a los pocos segundos sintió como se descargaba una corriente eléctrica por su cuerpo, fue una de esas bromas pesadas. —Envidiosa.—Dijo Luan antes de irse, dejando a Lynn con el cuerpo un poco paralizado.

—Parece ser que nos tocará juntas

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—Parece ser que nos tocará juntas.—Se pronunció Emaline mientras acomodaba sus cosas. —¿No quisiste cambiar con Luan? Según yo no podíamos hacer eso, pero, me dijo que te preguntaría.—Su mayor escuchaba con atención, dejándose caer en aquella cama que parecía piedra. —Bueno, no me pregunto de buena manera, además, no lo veo necesario, solo es una semana.—Mentía, quería mantener a Emaline cercas de si, que Luan se acercara de esa forma a ella no le gustaba mucho.

—Pues, es una semana de soportarte, Lynn.—Dijo la de ojos achocolatados, captando la atención de la que estaba usando gorra. —¡No soy tan mala!—Lynn le había lanzado en el rostro una almohada a la castaña, causando una risita de su menor. —¡Si lo eres! ¡Eres horrible!—¡No!—En cuestión de minutos la habitación se había llenado de risas y una pelea de almohadas que había dejado plumas por todos lados.

—No lo soy, soy tolerable, acéptalo.—Lynn había sostenido ambas muñecas de la más jóven, la diferencia de fuerza era muy notoria. La castaña solo relamió sus labios nerviosa de tener a Lynn tan cercas, la contraria solo se acercó un poco más a la castaña, la tensión y las ganas de querer unir sus labios en un beso por parte de ambas era muy notoria, solo hacía falta coraje.

G R I Z Z L I E SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora