8. Bajo las Maderas

178 24 4
                                    


Los niños de la nieve parecían poco a poco adaptarse a su nuevo hogar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Los niños de la nieve parecían poco a poco adaptarse a su nuevo hogar. La sonrisa de Ayelen no desaparecía de su rostro entre los juegos con los niños, Nahuel, por el contrario se mantenía tosco y silencioso. Algo que asustaba a la novicia creyendo que el pequeño había sufrido algún trauma causado por su pasado, pero más bien parecía causa de su naturaleza.

Sus movimientos lentos, junto a su rostro de malas pulgas parecían ahuyentar a los niños mayores, pero Eliza veía como con los niños más pequeños que él era amable y siempre estaba dispuesto a ayudar, más de una vez lo vio subirse a tejados y árboles para bajar una pelota o un avión de papel y extrañamente las aves no se asustaban de su presencia. Los gorriones, chincoles y zorzales no les tenían miedo como ocurría con los otros niños y personas, más de una vez vio como las aves imitaban sus sonidos guturales o se posaban en su mano.

Nahuel, en menos de un mes, bajó su ansiedad con la comida. Antes devoraba lo que llegara a su plato con un hambre rabiosa producto de tantos días sin comer, pero cuando descubrió que siempre tendría un plato de comida a horas específicas bajó sus estados de alerta y aprendió, poco a poco, a mantener el ritmo de la mesa en donde se sentaba.

Eliza, por el constante monitoreo de los niños, sentía algo cálido en su corazón. Los muchachos rescatados se habían adaptado muy bien a la gente y podía sentir algo especial junto a ellos. Los abrazos de la pequeña eran como un regalo para su alma, era un lazo puro y agradable por más que su piel se mantenía fría al tacto, Nahuel también con sus ojos pequeños y su tacto frío pero que transmitía una gran energía.

Mientras ocurría eso, vio como Luciano se paseaba con distintos planos y textos. Le incomodaba dejar de lado su asistencia al cura, pero él comprendía las razones.

Habían parado la limpieza de la Iglesia para revisar con más detenimiento la información del piso y del altar mayor, todavía no tenían respuesta de la agrupación a la cual la novicia había escrito, por tanto Luciano se ayudaba con los escasos documentos que tenía en ese momento.


Una tarde, Luciano apareció corriendo en el patio, sus ojos estaban iluminados de alegrías, tanto que casi no vio cuando una pelota casi impacta en su cara lanzada por Nahuel

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Una tarde, Luciano apareció corriendo en el patio, sus ojos estaban iluminados de alegrías, tanto que casi no vio cuando una pelota casi impacta en su cara lanzada por Nahuel.

Abrazo de Alas NegrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora