Cada una de las páginas escritas a mano del difunto dueño del fundo Carvajal rememoraban en Eliza una vida más simple donde su única preocupación era saber si podía salir a jugar o adivinar de que sabor sería la mermelada que harían las criadas del fundo en la mañana del desayuno.
Leía con cuidado y calma las letras dibujadas en tinta seca dejándose absorber por los pensamientos de su querido padre. Había escondido este descubrimiento de su hermano Oscar sabiendo que no era correcto lo que estaba haciendo, pero la posibilidad de estar con su padre, aunque sea en sus pensamientos, la hacían olvidar un poco aquella falta a su hermandad. Lo sentía mucho, pero necesitaba eso :estar con el ser que más quería de manera privada . Aquel cuaderno parecía darle un confort que Eliza habia olvidado que se podía tener, casi el mismo de aquellos brazos protectores de su padre cuando era niña.
Así aprendió algunas cosas y revivió anécdotas de su infancia.
Descubrió, en una fecha fijada como el aniversario de bodas de sus padres, el cariño y respeto que le tenía a su madre y como estaba agradecido de todo el amor, constancia y paciencia que su esposa le tenía con él.
Eliza descubrió parte de un pasado en que el patriarca Carvajal hablaba de la vida antes de que sus padres se conocieran y un inicio modesto.
"Todavia me parece extraño pensar que estoy con ella, que aceptó mi mano hace tanto tiempo atrás, que me aceptó en el altar luego de las dificultades que tuve para acercarme a ella.
Yo, un joven mozo sin una moneda en mis bolsillos que usaba sus pocos recursos para estudiar contabilidad y poder subsistir se atrevió a enamorarse de una joven doncella hija del dueño de fundo, ¡cómo me odiaba mi ahora suegro! ¿qué le podría entregar a una joven como ella si tan solo tenía mis manos para trabajar?
Estudiar, trabajar la tierra, aguantar la lengua filosa de un hombre tan cegado de la codicia y el poder que no le importaba el trato a su gente ni a su familia. Dios sabe cómo evité descargar mi puño en la cara de ese hombre tantas veces. Y aquí estoy gracias al trabajo y consejos. Mi tierra, una maravillosa compañía e hijos. Agradezco cada momento que he pasado y pasaré con ellos."
Eliza no logró conocer a sus abuelos, los de parte de su padre fallecieron cuando este era muy joven y los de su madre poco después del nacimiento de Oscar, pero si sabía que el Abuelo Pedro, padre de su madre, era un hombre complicado, de carácter duro, avaricioso y gustoso del poder.
Su padre logró entrar a trabajar para administrar los libros fundo, así lo conoció, fue testigo de malos tratos, infamias y el pecado en el cuerpo de ese hombre con sus trabajadores. Muchas veces contaba Mauricio que ver aquello le hizo entender cómo debe tratar a sus peones y la gente con la que trabaja. De alguna forma, el viejo abuelo Pedro logró mostrarle a su padre como no debe comportarse una persona sin importar el rango social y económico que tenía.
Mauricio de joven se logró ganar un sueldo modesto y comprar una pequeña propiedad, trabajaba en el día para don Pedro y en las tardes y noches cuando el cansancio se lo permitía buscaba administrar con cuidado sus propias finanzas en pequeños proyectos: comprar tierras, revenderlas, venta de frutos secos, harina... todo lo que le parecía interesante y poco a poco logró tener tierras y peones, en ese momento Don Pedro se dio cuenta de que era alguien para su hija.
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Abrazo de Alas Negras
Mystery / ThrillerEliza Carvajal siempre ha considerado su vida como un milagro desde que un extraño la salvó de morir congelada a los seis años, razón lógica para decidir servir a Dios desde muy joven y agradecerle cada noche haberle enviado "un ángel vestido de neg...