Cero

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En la duodécima hora de 198... Sí,sí, sí, ya sabemos todos esa historia....

Los 43 chicos y las mujeres que al empezar el día no estaban embarazadas.

¿Cuántas veces habré escuchado eso?

Quizá las veces suficientes como para perder la cuenta y ya saber de memoria como la gente reaccionaba y se sorprendía al escuchar tan peculiar historia que apareció en los periódicos durante meses.

La historia más conocida de los 80's y la que el mundo entero recuerda, pero nadie recuerda que mucho antes de aquel suceso, tres años antes para ser exactos, pero la diferencia es que este fue uno y uno solamente. Ese caso fui yo.

Todo lo que se conoce como la Academia Umbrella es apenas la punta del iceberg y desgraciadamente o quizá afortunadamente, inicio conmigo.....

Mi nombre es Cero Hargreeves. Sí, "Cero" como el número. Nombre que fue cortesía de mi padre.

Fui la primer integrante de la academia, uno de los tantos secretos de Reginald Hargrevees y la dueña de cada palabra que estás leyendo.

Seguro estás confundida o confundido y quieres saber más, pero calma, todo a su tiempo. Primero déjame contarte como es que llegué a ser parte de este circo.

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Sir Reginald Hargreeves un científico multimillonario, pocos amigos, misterioso y un genio. Fascinado por Este mundo y cansado de el al mismo tiempo, empezó su búsqueda de estos peculiares niños, conmigo.

Todo fue exactamente igual que con los 43, la misma historia que todos saben. Reginald se enteró de mi por una noticia bastante singular en el periódico:

"Mujer da a Luz a una niña, sin siquiera estar embarazada al empezar el día ¡Una anomalía total!"

Claro que mi padre no perdió tiempo y fue a buscar a esa pequeña niña.

Cualquier persona que la viera pensaría que era una bebé sana y normal, no había nada de especial en ella y mucho menos algo que indicara lo que Reginald buscaba. Era una pequeña bebé de piel rosada y suave, cabellos cafés que a la luz brillaban dorados y ojos castaños, enormes y expresivos. Así como te lo digo. Literalmente yo fui así alguna vez, una bebé normal.

Pero aun así, dando aquella apariencia que no parecia especial en lo absoluto, Reginald decidio llevarme con él y  criarme al principio como todo padre cría a un bebé, parecía que al final de todo, a pesar de ser una "rareza del mundo" por nacer "de la nada", podría tener una vida feliz y normal...pero claro que siempre tenía que equivocarme.

Toda mi vida cambió el día que aptitudes extrañas o más bien "extraordinarias" como mi padre decía, empezaron a desarrollarse. Aptitudes que nadie más en el mundo poseía y que  solo podrían verse en cómics de superheroes y películas.

No lo recuerdo, o por lo menos no todo, pero mi querido amigo y en su momento mi cuidador, Pogo, quien era la mano derecha de mi padre, me contó:

Me contó  que al cumplir mi primer año de edad, me encontraron en mi habitación con cada uno de mis juguetes suspendidos en el aire, tanto me divertía mi habilidad que llegué a hacerle una que otra broma a mi pobre amigo, haciéndolo levitar y que se uniera a los peluches que estaban volando por toda la habitación.

— ¡Telequinesis!

Fue lo que dijo mi padre, al llegar y encontrarse con tremendo espectáculo que había montado. Pogo me contaba que casi lo dijo sonriendo, pero jamás le creí. Que el humano aprendiera a volar por si mismo era mucho más creíble que mi padre sonriendo.

El diario de Cero.H ||TERMINADA|| (Reescribiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora