- oh dios - dije al ver mi reflejo, después de que el vapor se disipara.
Mire mi cabello el cual aún estaba húmedo, me recargue en la plancha del lavamanos, el color parecía como si en verdad mi cabello fuera de ese tono, se veía bastante natural, seguí viendo mi reflejo en el espejo por un momento más, empecé a examinar cada rasgo, cada detalle de mi persona.
Empezaba a desconocer a la chica que miraba, me sentía diferente, cómo si todo empezara a dejar de tener sentido.
Algo brillante llamó mi atención, miré de reojo el pantalón que llevaba hace un rato,algo sobresalía del bolsillo y daba ciertos destellos , me di la vuelta para tomar el pantalón, de el cayó un anillo de plata, doble el pantalón dejándolo en la misma plancha del lavabo.
Me agaché tomando el anillo, lo sostuve en un mano mientras salía del baño a la habitación, el cambio de temperatura hizo que me diera un escalofrío.
Mi piel se erizó al tener contacto con el frío suelo, me dirigí al termostato y apagué el aire, subí a la cama y me senté aún mirando el anillo.
Dentro tenía grabada una fecha, la leí en voz alta y un mareo bastante fuerte llegó de golpe.
La habitación de hotel comenzó a desaparecer, cambiando del color blanco que tenía a un color menta.
La escena se veía borrosa, a decir verdad como arenosa y nublada, los sonidos que escuchaba eran cómo ecos.
Escuché una voz que había estado escuchando durante el día, una silueta de un chico apareció sentado frente a mi, no podía ver su rostro con claridad.
El extendió su mano para entregarme algo, yo le extendi la mía y colocó el anillo de plata que yo tenía en mi mano; lo colocó en mi dedo anular izquierda y fijo unas palabras, al momento en el que se colocaba uno igual color negro.
- así aunque estemos separados, siempre -
- estaremos juntos - dije al unisono.
- cinco - dije casi sin voz, sentí una calidez enorme y sonreí al momento en el que la imagen empezó a detallarse mejor.
Ahí estaba el, en mi habitación en la mansión Hargrevees, sus ojos los iluminaban unas pequeñas luces que había colgado en una parte de mi habitación, ahí estaba el, frente a mi, sus labios rosas dibujando una bella sonrisa, no pude evitar unas lágrimas al verlo, tanto tiempo había pasado, lo extrañaba tanto, por primera vez en mucho tiempo, sentía mi corazón latir otra vez, mi vida volvía a tomar su camino.
- Te extraño tanto - susurré bajando la mirada.
- Cero, tienes que volver, te necesitamos- el pelinegro tomó mi mejilla, su mano era delgada y fría, pero suave, su rostro mostraba angustia y también podía sentirla.
Todo empezó a volver a mi mente de golpe, empecé a recordar todo, todos y cada uno de mis recuerdos llegaron como una ráfaga.
Caras, escenas, sonidos, colores, todo volvía a mi mente, Robert, Klaus, Diego, Luther, Cómo es que había llegado aquí, Cuál era mi misión principal.
Tomé una bocanada de aire, parpadeando rápidamente, la luz del día entraba por unas partes de la cortina, yo estaba acostada en la cama, al parecer me había desmayado o algo, otra vez estaba en la habitación de hotel, mire a todos lados cersiorandome que en verdad lo estaba, tomé el anillo el cual estaba votado en la cama y lo coloqué en mi dedo anular izquierdo, dónde pertenecía, me levanté corriendo pues no podía arriesgarme a qué perdiera la memoria nuevamente y esta vez fuera para siempre.
Tomé todo lo que había dejado en el baño y corrí a la habitación, saqué la ropa que había comprado y me cambié, guarde lo demás en la misma bolsa y lo deje en la cama.
- maldita sea - bufé enojada, más que nada conmigo misma, no podía ser posible que me haya dejado llevar.
Coloqué la placa en mi cinturón pues algo me decía que la iba a necesitar, me puse la sudadera que Cinco me había prestado pues quería devolverla y encima me puse mi chamarra que había comprado.
- Ya voy a casa por favor aguanten un poco más - mi voz era agitada, corría de un lado a otro, pues no podía perder tiempo, miré una vez más la habitación para ver qué no dejara nada de valor.
Me teletransporte al lobby del hotel y dejé la tarjeta en la recepción, el recepcionista me miró extrañado a juzgar por mi actitud, claramente no lo culpaba.
- Quédese con el dinero de las demás noches, es una emergencia policiaca - mentí al respecto, el solo guardó la tarjeta y yo salí corriendo del hotel con la bolsa en la mano.
El sol me cegó por varios segundos, mire a ambos lados de la calle ubicandome, seguí corriendo a todo lo que mis piernas daban, hasta que llegué a la zona de clubes, detrás de una cinta policiaca y aún con vidrios rotos estaba el Lux, me detuve a unos metros del lugar, y empecé a examinar el panorama, a un policía que custodiaba la entrada y varias patrullas suponía que los demás se encontraban dentro del edificio, mis ojos se posaron en una patrulla, era del detective Espinoza.
Deje la bolsa en una esquina entre dos edificios, me peiné en una coleta de caballo y dejé dos mechones sueltos como siempre, respiré hondo recuperando el aire, caminé al local y me pare frente al policía mostrando mi placa.
- Detective Hargrevees, vengo con el detective Espinoza - dije sería, el oficial se hizo a un lado dejándome pasar.
Entré buscando a una persona en particular quien sabía me iba a ayudar, había oficiales por todos lados revisando cada parte del club
Escuché la melodía de un piano y ahí estaba a quien quería ver.
- Lucifer Morningstar - me acerqué con paso firme hasta el.
Al verme esbozó una sonrisa y siguió tocando el piano.
- Hola Detective - me saludó coqueto.
- Lucifer no tengo tiempo para juegos necesito que me ayudes - dije poniendo mi mando en el piano.
El dejó de tocar y tomó un trago de su ron.
- Nos conocemos de antes ? - preguntó, mirándome a los ojos.
- Soy Cero Hargrevees, Lucifer necesito tu ayuda para volver - insistí aun más firme que antes.
- de que hablas ?- estaba absolutamente perdido en lo que acaba de decirle.
Suspiré negando, miré a Lucifer nuevamente, el tenia una expresión confusa en el rostro.
- No soy de esta dimensión un portal me trajo aquí, necesito volver con mi familia están en peligro, por favor, ayúdame - dije una vez más, ahora se notaba mi temor y tensión más que nunca.
Lucifer abrió los ojos al escuchar todo lo que le dije, se levantó y se acercó a mi, sabía que yo no mentía, tenía un poco de fe en que el podía ayudarme, sabía que el aun tenía algo de corazón.
- Está bien te ayudaré -
Por fin amigos míos queridos lectores, creen que Cero vuelva a casa ?
Espero les guste este capítulo!!! Los amo!!!!
Atte: Ale
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El diario de Cero.H ||TERMINADA|| (Reescribiendo)
FanfictionMisma hora, misma fecha, pero tres años antes, nací yo, y por si fuera poco, eso no es lo único sorprendente y extraño de mi historia..... Todo lo que se conoce como la Academia Umbrella es apenas la punta del iceberg y desgraciadamente o quizá afo...