El diario de Cero.H ||TERMINADA|| (Reescribiendo)

capitulo 2

—¡Carajo! — vocifero — ¿Ya fue suficiente, no?

No más poderes. Ya me bastaba lidiar con los que tenia, ahora no había tiempo de acostumbrarme a otro más.

El viento comenzaba a soplar con ferocidad, me golpea con fuerza y siento que con otro poco más, saldré volando por los aires, protego mis ojos con una mano, de la tierra que levanta del suelo y hojas que se arrancan de los árboles y van directo hacia mi rostro.

— ¿¡ Qué es eso ?!

Allison aparece por la puerta trasera y también se protege del viento. Tras ella llegan mis hermanos, apenas salen admiran aquel vórtice que se hace más y más grande y ahora desprende rayos de la misma energía azul del que está hecho.

— Hay dos opciones — brama Luther y sw abre paso al frente de nosotros — Es un mini hoyo negro ó es un vórtice.

Definitivamente es un vórtice, que se expande a cada segundo y amenaza con tragarnos.

— ¡Detrás de mi! — Ordena Luther y rápidamente Diego da un paso a su lado
intentando cubrirnos.

Lo cual es inútil comparando su cuerpo y el de Luther.

— ¡Si detrás de nosotros! — también ordena Diego.

Más que hacerlo por protegernos, lo hace para competir e irritar a Luther y empieza a conseguirlo.

— ¡A un lado! — Klaus me empuja a mi y a Allison, lanza un extintor que sabrá dios de donde sacó y el vórtice lo absorbe como si nada.

— ¿Es enserio? — apenas escucho yo misma mi voz.

— ¿Tienes una mejor idea? - Klaus me grita.

Quiero responder, pero algo sucede con el vórtice. Una figura aparece del otro lado...es....es un hombre, intenta atravesar el vórtice.

¡Claro! Un viajero del tiempo. Eso explica porque apareció derrepente ese hoyo en el cielo y el temblor.

El hombre lucha por pasar a nuestro lado, pero algo sucede con él. Poco a poco empieza a transformarse en un niño. Un niño que me empieza a ser familiar, pero aun no logro distinguir su rostro con exactitud.

Logra atravesar y cae boca abajo al suelo, vestido de traje que ahora le queda bastante grande. Empujo un poco a Klaus para ver bien al niño.

— ¡Mierda! — maldice y se levanta del suelo.

No....no puede ser él.

— ¿Todos ven al pequeño Cinco ? — Klaus señala al niño que está en el suelo y me confirma lo que no quiero creer.

— No — confirmo con seriedad — yo también lo veo. No tengo tiempo para esto tengo algo que hacer.

Aprovecho que ahora puedo teletransportarme y antes de que siquiera Cinco note mi presencia vuelvo a mi habitación en menos de un segundo.

No es mentira que tengo algo que hacer.

Mi memoria sigue algo nublada por el coma en el que estuve, pero logro recordar la última visión que tuve hace 17 años.

Me dejo caer en la silla de mi escritorio y pongo manos a la obra, abro un cajón y saco un bolígrafo, abro otro y saco uno de mis cuadernos. Sin perder el tiempo, comienzo a hacer algunos cálculos.

La última visión que tuve me mostró un apocalipsis, en el año dos mil diecinueve, según mis ecuaciones, menos de una semana. Pero algo me falta, algo muy importante....

— La causa.

Me recargo en el respaldo de mi silla y dejo caer el lápiz que rueda por el escritorio un para de centímetros de donde estoy.