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—Detenga el auto. Por favor, detenga el auto.

El policía sacudió la cabeza, agarrando el volante y llevándome más lejos de Yoongi.

—Lo siento, señorita Weaver. El siguiente lugar en el que nos detendremos es Londres.

El balanceo del vehículo envió escalofríos por mi piel. Cada giro de los neumáticos llenaba mi sangre de temor.

¿Qué hará Cut con él?

¿Cómo podía irme?

Estirándome contra mi asiento, me estremecí. Los moretones en mi caja torácica por el RCP, el calor ardiente en mi garganta por el ahogo, y el dolor de cabeza por la confusión todo competía con la sensación aplastante alrededor de mi corazón.

Palmeé al policía en su hombro. —Por favor, todo esto es un gran malentendido. Lléveme de vuelta. Quiero regresar.

Ahora. Inmediatamente. Antes de que sea demasiado tarde.

—No se preocupe. Relájese. Todo es como debe ser —dijo el oficial.

¡Simplemente me marché! ¿Cómo podría hacer eso?

—No, no lo es. No tengo tiempo para explicar, pero necesito que me lleve de vuelta. —Las deudas, la muerte y los diabólicos Mins ya no me asustaban.

Sólo el pensamiento de lo que  enfrentaría Yoongi me asustaba.

No dejaría que sufriera solo.

¿Qué puedes hacer para ayudar?

No le hice caso al pensamiento ni al pánico que trajo. Yo era inútil, pero tenía que intentarlo. Era lo menos que podía hacer. Él se preocupaba por mí. Me envió lejos y se puso en mi lugar.

¡Maldito sea por enviarme lejos!

El oficial perdió su carácter cordial, volviéndose rígido con fastidio. —Señorita, tengo entendido que ha atravesado por mucho, pero los Mins no son una familia con la que se pueda jugar. Hemos actuado sobre los deseos de los medios de comunicación y de su familia, así que no diga que no desea ser rescatada cuando el mundo sabe en qué está enredada.

Mis ojos se desorbitaron. —¿Qué es lo que sabe el mundo? —Cuando no respondió, pregunté—: ¿Cómo hizo mi padre para lograr que viniera?

Me miró por el espejo. —Su padre y su hermano no nos hicieron hacer nada. Nosotros fuimos a ellos… teníamos que hacer algo. Su hermano estaba fuera de control.

Mi corazón dolía. Mi cabeza dolía. No le podía dar sentido a este lío.

Presionando los dedos contra mis sienes, le rogué—: Por favor, lo que sea que haya escuchado, no le preste atención. Se han equivocado. Solo… por favor, lléveme de vuelta.

Llévame de vuelta así puedo salvarlo. ¡Él me necesita!

Mi alma gritaba por mentir sobre mi hermano, la única persona que tenía mi bienestar en su mente, pero mis lealtades habían cambiado. En algún momento, elegí a Yoongi sobre todos. Era mi maldición, mi reto, mi salvación, y no iba a dejarlo cuando más me necesitaba.

Lo obligué a fijarse en mí. Lo obligué a apoyarse en mí.

Y ahora lo he dejado sin ninguna ayuda.

El auto no se detuvo. Seguimos conduciendo... kilómetro tras kilómetro de colinas, pastizales de ciervos y bosque denso. El auto se quedó en silencio.

Endeudado: Tercera Deuda//MYG Y TÚ//+18 [TERMINADA T4]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora