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—Señorita Weaver, tan agradable conocerla.
Mi atención se precipitó al hombre usando vaqueros de diseñador y una camisa crema entallada. Su cabello se encontraba ingeniosamente peinado, y había delineado sus ojos celestes con kohl. Delgado y guapo, era obviamente gay y perfecto para el papel de anotar chismes.
—No habrá niños. Ni mestizos. Ni salvador. Gané.
Miré fijamente con la mirada vacía, incapaz de hacer cualquier cosa que escuchar el eco de la voz de Yoongi dentro de mi cabeza.
—Gané. Gané. Gané.
Lágrimas pinchaban mis ojos por enésima vez desde que llegamos de vuelta a Minsridge. ¿Cómo podía decir eso? Él había perdido. Ambos lo hicimos. De alguna manera, Cut había vuelto a Yoongi en su perro faldero y la conexión que compartíamos gorgoteó por un desagüe de desesperación.
¿Y si hubiera estado embarazada? ¿El anticonceptivo le habría hecho daño al bebé?
¿Cómo podría Yoongi hacer algo tan terrible?
Odio este lugar.
Con seguridad odio aquí.
Siempre había odiado aquí.
¿Cómo podría volver con tales planes estúpidos? ¿Cómo se me ocurrió que podía salvar a Yoongi y matar a Cut? ¡Qué idiota!
Yoongi ni siquiera quiere salvarse.
No después de lo que le habían hecho.
—¿Señorita Weaver? ¿Está bien?
Negué con la cabeza, sorbiendo las lágrimas no derramadas y haciendo todo lo posible para concentrarme.
La asistente del reportero gay sonrió, su pluma de peluche púrpura golpeteando su barbilla en preocupación. —¿Podemos conseguirte un vaso de agua o algo?
—Ella está bien —murmuró Yoongi con su distintiva voz suave. Había olvidado cuán tranquilo y preciso era. Olvidado cuán inflexible se mantenía a sí mismo, cuán refrenado, contenido y árticamente frío.
Le disparé una mirada llena de veneno. —En realidad, me encantaría un vaso de agua.
Yoongi frunció los labios mientras la mujer de cabello rubio que se parecía a un delicioso pastelillo en su vestido rosa pálido y curvas saltó de su silla.
Ella se rió. —No puedo creer que tenga la oportunidad de jugar a la anfitriona en este lugar. —Se movió al aparador donde una gran variedad de bebidas y aperitivos se había establecido por el personal invisible, me sirvió un vaso y regresó—. Sinceramente, es una increíble casa la que tiene aquí, señor Min.
Sonreí en agradecimiento, tomando el agua ofrecida.
Yoongi se movió en el sofá a mi lado, su temperamento reuniendo una tempestad. —Estoy tan contento de que le guste. —Juntando sus manos, fulminó con la mirada al reportero—. ¿Estamos absolutamente listos para comenzar? Tengo algunas otras citas que requieren mi atención.
El reportero gay asintió, sentándose más erguido en el sofá reflejado frente a nosotros. —Sí, por supuesto. —Revelando los perfectos dientes, comenzó su discurso bien ensayado—. En primer lugar, queremos decir que es un honor ser elegidos para la entrevista exclusiva. No tengo ninguna duda de que nuestros lectores en la revista Vanity Fair disfrutarán tremendamente de un artículo tan intrigante. Mi nombre es George, y ella es Sylvie. —Sus ojos rebotaron entre Yoongi y yo—. Pronostico que la entrevista continuará unos treinta minutos, seguido por un corto paseo por los jardines y cualquier otra cosa que deseen compartir con nosotros para el artículo. ¿Suena aceptable?
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Endeudado: Tercera Deuda//MYG Y TÚ//+18 [TERMINADA T4]
FanfictionElla me sanó. Me destrozó. Me liberó. Pero estamos en esto juntos. Terminaremos esto juntos. Las reglas de este antiguo juego no pueden ser quebrantadas. _____ Weaver ya no se reconoce a sí misma. Dejó a su amante, su coraje y su promesa. Dos deuda...