~Yoongi~
El Callejón Diamante.
Apodado hace siglos por un antepasado que, sin duda, adornaba las paredes Minsridge con una pintura deprimente. Obtuvo su nombre debido a los cuatro almacenes grandes uno frente al otro, creando un estrecho camino entre ellos.
Conducir aquí tomaba un par de horas, pero valía la pena tener nuestro puerto, sin vigilancia y sin ser molestados, un ejemplo más de estar por encima de las leyes rigiendo las masas.
No entraba luz, sólo sombras. Cercos eléctricos, tarjetas magnéticas y contraseñas fortificaban la entrada. Situado en la costa entre las ciudades costeras tranquilas, donde la fuerza policial era totalmente propiedad de nosotros, custodiaba nuestro dominio con cuidado. Bolsillos engrasados y bonificaciones anuales pagaban los oficiales generosamente pero requerían estricta lealtad.
Había ensangrentado mis manos un par de veces en los últimos años enseñando a uno o dos traidores que no siguieron las reglas una lección.
Desacelerando para introducir un código de llave en la puerta principal, la conversación siguió siendo escasa mientras conducía a través de las instalaciones y aparcaba el Ferrari. Los únicos coches y motos aquí eran los de los empleados de confianza. No turistas o veraneantes. Nadie tenía ninguna razón para visitar, y no estaba en ningún mapa. Las dos largas extensiones de almacenes parecían abandonados en el exterior, pero sobre la línea equipos de seguridad, sensores de calor, y vidrio antibalas vigilaban sus contenidos.
Protegíamos nuestra inversión.
Lástima que los Weavers no hicieron un buen trabajo protegiendo los suyos.
En el momento en que el coche se detuvo, Tae tocó el hombro de _____. —¿Vamos?
Ella desabrochó su cinturón y se deslizó fuera del asiento sin mirar atrás. Tae salió y cerró la puerta.
Me quedé solo.
Jodidas gracias por eso.
Estiré mis brazos frente a mí, rodando mi cuello y exhalando la magnitud de las emociones que absorbí en el viaje hasta aquí. No habíamos hablado desde que dejamos Minsridge, pero los pensamientos de _____ me bombardearon kilómetro tras jodido kilómetro.
_____ y Tae se alejaron en dirección al almacén. Con manos temblorosas, busqué mis pastillas y tomé otra antes de bajar del vehículo y bloquearlo.
Tuve un pensamiento horrible que necesitaría un tranquilizante con el fin de sobrevivir a través del viaje a casa. Me hizo contemplar el recurrir al alcohol y la nicotina para otros escapes, encontrando respiro en productos químicos y falsas elevaciones.
Pasando mis manos sobre mi cara, me arrastré tras mi hermano y la pequeña Weaver. Hoy era una simple transacción de supervisar una nueva llegada. Normalmente, Jimin se encargaría de eso, pero había algo más programado. Algo que accedí a espaldas de Cut y totalmente sobre mi propia cabeza si no funcionaba.
Mi chaqueta de Diamante Negro mantuvo alejada la brisa del mar, y el sol hizo todo lo posible para calentar el día fresco. Nubes grises fibrosas ensombrecían el hormigón tedioso bajo mis zapatos. No importaba que fuera sombrío y tedioso en el exterior, dentro del Callejón Diamante, no necesitábamos sol.
Hicimos nuestro propio sol.
A pocos metros de distancia, Tae extendió su brazo para que _____ lo tomara. Esperé a que lo aceptara. Esperé a ver qué sentiría. Pero negó con la cabeza y se mantuvo a distancia, prefiriendo mirar el murmullo del océano suave a nuestra derecha e inhalar el olor de algas marina de las rocas cubiertas de ellas.
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Endeudado: Tercera Deuda//MYG Y TÚ//+18 [TERMINADA T4]
FanfictionElla me sanó. Me destrozó. Me liberó. Pero estamos en esto juntos. Terminaremos esto juntos. Las reglas de este antiguo juego no pueden ser quebrantadas. _____ Weaver ya no se reconoce a sí misma. Dejó a su amante, su coraje y su promesa. Dos deuda...