Soledad

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Pasaron varios días, Antonio continuaba prácticando aquella melodía durante las noches, yo me mantenía sentada junto a su puerta escuchando cada nota esperando poder recordar.
Nada surgía.
Me deprimía bastante, Antonio no tenía ningún interés en hablarme si no se refería a mis recuerdos...

¿Soy terca?
No tengo muchas ganas de recordar pero... Por alguna razón mi corazón se descontrola cuando estoy cerca de él y aún más cuando toca esa canción
...
Esto no es normal

-¡Abre! ¡Sé que estás allí! -Una voz chillona gritaba mientras azotaba la puerta con furia

Ahhgg, ¿Quién podrá ser?... solo quiero dormir

Aún medio dormida y con una terrible jaqueca me dirigí a la puerta
-Ya voy, ya voy -Anuncié con pereza antes de abrir
-¡Deja en paz a Antonio! -Gritó la pequeña niña con gran enfado
-Eres la mocosa de la oficina... ¿Como te llamabas?
-¡No soy ninguna mocosa! Para tu informacion ya tengo 14 años
-No pregunté tu edad
-¡Me llamo Julie! ¡Soy la novia de Antonio!
-¿Qué quieres? -Respondí indiferente
-¡Por tu culpa Antonio se vino a vivir en esta pocilga! ¡Él podría quedarse conmigo!
-Esa no es mi decisión -Susurré aún adolorida -Discutelo con él
-¡No me escucha! Deberías hacerte responsable de esto
-¿De qué? Él está bastante grande para decidir que hacer -Suspiré -Además, dudo que a tus padres les agrade que andes por alli sola
-No digas estupideces, yo vivo sola
-¿Como así?
-Mis padres murieron hace un par de años, Antonio se encargó de mí evitando que cayera en manos de servicios sociales -La miré con interés
-¿Ya desayunaste? -Ella negó con indiferencia -Pasa, prepararé algo
Nos acomodamos en la cocina, comencé a hacer el desayuno mientras ella esperaba sentada en la isla
-No imaginé a Antonio haciendo algo tan sensible
-Eso es porque no lo conoces -Replicó molesta -Es el hombre perfecto
-Con eso creo que vas muy arriba -Respondí sonriente
-No sabes nada, si no fuese por él estaría con una familia sustituta, ademas fue el único al que le interesó explotar mi talento
-Sobre eso, eres algo así como una niña genio, ¿No? -Ella sonrió con soberbia
-Vaya forma de decirlo, pero no me extraña viniendo de ti. Sí, tengo habilidades para la electrónica y la ingeniería aunque se me da mal cualquier otro... otro...
-¿Campo?
-Sí -Contestó irritada -Son pocas las materias de la escuela relacionadas a las matematicas, por eso voy tan mal...
-Bueno, yo iba mal en todas y no me deprimía así -Repliqué envidiosa
-No me compares contigo, no tienes nada que presumir en estos momentos
-Tienes razón, de eso me percaté hace poco -Mi tono pareció dejarla sin palabras
-...
-Está listo, no soy buena en la cocina pero al menos sé hacer unos buenos panqueques -Julie los recibió en silencio
-Gracias
-Dices que vives sola, ¿Ningún adulto se encarga de ti ahora?
- Solo un primo lejano, Antonio lo contactó hace tiempo pero me consiente bastante
- ...¿Cuál es tu fuente de ingreso?
-Antes era por mi trabajo en la compañía, ahora vivo de una cuenta de ahorros que me reservó Antonio
-¿Es suficiente?
-Eso creo, recién vengo de pedir un estado de cuenta -Sacó del bolsillo de su camisa un recibo y me lo entregó, lo miré boquiabierta
-Es una locura
-Antonio podría iniciar otro proyecto usando ese dinero -Añadió sin animos
-¿Y por qué no lo hace?
-Dice que es mi dinero, y que está reservado para mis estudios
-Ya veo...
-¡Es por tu culpa! Solo quiere estar cerca de tí
-Estás equivocada, él no quiere tener nada conmigo -Su expresión se volvió de sorpresa
-¿Qué dices?
-Es la verdad, ayer me lo dejó bastante claro, solo espera a que recupere la memoria...
-Eso es lo mismo -Replicó
El golpeteo de la puerta llamó nuestra atención
-Ya vengo -Me dirigí a la puerta con pesadez, estrujé mis ojos mientras la abría -¿Sí?...Ah...h-hola...
-Alguien dejó esto delante de mi puerta, supongo que era para tí -Antonio cargaba una pequeña caja de cartón
-A-ah sí... gracias -Correspondí aún sorprendida
-¡Antonio! -Julie saltó a su encuentro -¿Por qué no respondes mis llamadas?
-¿Qué haces aquí? Deberías estar en la escuela -Preguntó irritado
-Quería verte... -Respondió mansa
-¿Donde está Jacob? -Preguntó
-Abajo... en el auto... -Exclamó avergonzada
-Baja, que te lleve a la escuela. Hablaré con él mas tarde
-¿Te quedarás aquí? ¡¿Por qué no vienes con nosotros?! -Reclamó Julie
-Vete -Insistió con voz firme
-Tch, ¡Bien! -Julie se marchó con ojos vidriosos
-Todo un rompecorazones -Agregué divertida
-Beber tanto te hará mal -Respondió al marcharse

Amor destrozadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora