Angustia en Do mayor

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Pasé los siguientes cuatro días ensayando aquellas complicadas partituras, Jhon se había ido a pasar los días con Sophia y el lugar me proporcionaba la paz necesaria.
A pesar de eso llegaba a desear con todas mis fuerzas volver a ver a ese idiota

Concéntrate Ann, él no piensa en tí

También era extraño no haber sabido más acerca de aquellos tres, sus departamentos parecían desiertos y no se escuchaba entrar o salir nadie (teniendo en cuenta lo tarde que me acuesto)

Traté de ignorarlo, y consumir esos pocos días de forma provechosa.

El tiempo pasó cómo flecha, y ya me encontraba empacando mis cosas para viajar al conservatorio. En medio de aquello escuché ruidos en las puertas de en frente, no pude evitar asomar mi cabeza curiosa para notar a varios trabajadores ingresando a los departamentos

- ¿Qué están haciendo? -Pregunté inspectora
- Somos de Yr.mudanza, hemos venido a recoger estas cajas -Los hombres estaban laborando en los tres departamentos
- ¿A dónde llevan todo eso? -Pregunté sorprendida
- Eso no se lo podemos decir señorita, es confidencial -Continuó con su trabajo
- ... -Volví a lo mío y recogí mis cosas

Es como si nunca hubiesen existido...
Mejor así, ¿No?

Traté de consolarme y viajé con una forzosa sonrisa

El conservatorio se encontraba en las alturas de una montaña verde y preciosa, su acceso era limitado para aquellos que tuviesen relación con  la orquesta. Después de mostrar mi invitación paré en un estacionamiento bastante copado, bajé mis cosas y divisé una terrible fila de violinistas

- Disculpen, ¿Es la fila de la audición? -Todos asintieron, silvé asombrada -Parece que estaremos aquí todo el día
- No lo creas -Contestó una chica rubia señalando con el dedo a la que entraba -Muchos no tardan ni cinco minutos, los jurados son como demonios - Y efectivamente la mujer que entró no tardó en salir con el rostro lleno de lágrimas
- Es horrible... Siento que he venido a perder el tiempo -Admití
- Tienes razón -Convino ella -Después de todo solo hay un puesto, y yo estoy delante de tí - Arrugué el ceño
- No le hagas caso -Intervino un moreno muchacho -Es muy arrogante
- Te dije que no te fueras, ya te quitaron el lugar -Replicó la rubia
- Ah disculpa, si estás delante... - Se negó con la mano
- No te preocupes, no hace mayor diferencia
- Gracias... -Los miré con curiosidad -¿Ustedes vienen juntos? -Pregunté imprudente
- Desgraciadamente -Admitió él - Me llamo Vicent -Se presentó alargandome la mano
- Ann, es un placer -Respondí sonriente
- ¿Por qué te presentas? No volveremos a verla otra vez -Sonrió con soberbia -Bueno, yo no, ya que solo hay un cupo -Ambos la miramos con fastidio

Me había informado al respecto, la orquesta era dirigida por tres reconocidos directores, y serían los mismos encargados de la audición

A pesar de que la mayoría salía con rapidez la fila no dejaba de ser monumental, faltaron un par de horas para estar a punto de pasar
- Pueden irse compañeros, el cupo se ha ido -Dijo la molesta muchacha al entrar
- ...¿En verdad es tan buena? -El muchacho asintió
- Muy buena, pero su actitud no es una buena adición
- Pero si es buena no podría juzgarla -Suspiré desanimada
- No te preocupes, algo me dice que recibirás el cupo -Lo miré sorprendida
- ¿Por qué dices eso? Tú también buscas el cupo...
- Yo recibiré el cupo -Ahora estaba confundida
- No termino de enten... -La puerta se abrió otra vez
- Siguiente -Dudé al entrar
- Pero, no ha salido quién entró... -Ella insistió con una seña -Bien...

Atravesé un blanco pasillo hasta cruzar por una puerta de madera. En el interior la habitación tenía tal acústica que podría escucharse el suspiro de un mosquito.
Nerviosa saqué mi instrumento y empecé a afinarlo, en frente se encontraban aquellos tres directores, mangeniendo caras de poker: Lorena de Aguilar, una mujer de edad avanzada pero bastante sofisticada, Joe Smart, un anciano de expresión dura con panza pronunciada, y por último el más joven Daniel Smith, que se distinguía principalmente por su tupida y pelirroja barba

¿Debería decir algo? No sé cuál es el protocolo en estos casos

- Señorita -El anciano alzó la voz -Esto es sencillo, dependiendo de cuánto se equivoque decidiremos su admisión -Asentí nerviosa

Terminé de afinar y después de unos segundos de silencio empecé a tocar, pude notar un ligero interés en sus ojos, me sentí aliviada, no había tenido tiempo suficiente de montar todas las obras y podría cometer algún error en cualquier momento...

Y sucedió

El jurado hizo señas para que parase, pero los ignoré. Continúe, poniendo más emoción en cada nota al ver sus rostros molestos por mi negativa, estaba angustiada, la obra parecía transmitir mis sentimientos de forma rasposa hasta el final. Justo al tocar la última nota de la primera obra el jurado se disponía a intervenir pero empecé automáticamente con la segunda y así mismo con la tercera, la dama parecía verme con interés mientras que el Anciano y el barbudo me miraban con pesadez, al parecer deseando salirse del protocolo y quitarme el violín. Ya solo faltaban pocos compases, las últimas tonadas eran una escalera rápida que con dificultad llegué a acertar con pulcritud, concluyendo con  el golpe brusco del último arpegio de la obra dejándolo resonar por algunos segundos en la sala.
El jurado esperó cortésmente a que la onda se disipará antes de dirigirme la palabra

- Le hemos hecho señas de que parase -Regañó el anciano -¿Por qué no lo hizo?
- Usted dijo que dependiendo de mis errores dictaría si tendría el cupo o no... -Respondi con cansancio
- Y usted se equivocó -Reprochó de inmediato
- Sí pero... Si hubiese parado me habría equivocado en todas las demás notas -Me miraron con interés
- Tiene razón, pero no deja de ser un acto rebelde ante sus superiores -Continuó el barbudo
- Me disculpo, pero si no era admitida no me abría perdonado irme sin haberles enseñado todo lo que logré en estos cuatro días
- ¿Cuatro días? -Repitió el anciano con extraña molestia
- Sí señor -Me miraron incrédulos mientras la única mujer acercó una tablet a los otros
- Lo verifiqué, fue la última en pedir las partes -Los demás husmearon incrédulos -Me has sorprendido jovencita
- Se lo agradezco -Contesté sin saber la posición en la que me encontraba
- Esto cambia las cosas -Asintió el barbudo
- Danos un momento cariño -Se excusó la mujer antes discutir un par de cosas con los otros señores, aproveché de recoger mis cosas -Muy bien, eres muy afortunada mi niña, tienes un cupo en nuestra orquesta -Los miré atónita
- Pero... Tuve algunos errores...
- Algunos sí jovencita, pero las audiciones estaban abiertas desde hace un mes y por tanto el plazo de estudio de las partes -Abrí los ojos sorprendida
- ¡Muchas gracias!
- No te emociones tanto preciosa, aún faltan muchas cosas por hacer. Continúa por esa puerta -Terminó señalandola

Crucé por ella con una sonrisa en el rostro, aún no podía creer que había pasado aquella audición.

Desearía compartir esto con el... Podría fácilmente estudiar en un lugar así... No es que quiera relacionarme directamente con él, es solo que...

Me detuve a mitad del pasillo para darme la sorpresa
- ¿No me digas que lo hicieron de nuevo? Le quita lo divertido a esto -Se trataba de la misma muchacha de la fila, quién se apoyaba con expresión fastidiada sobre la pared
- ¿También pasaste? -Pregunté sorprendida
- Claro que pasé, lo dije desde un inicio -Replicó con soberbia
- ¿Pero... acaso no era un solo cupo? -Ella chasqueó la lengua
- Sí, pero como escogen al momento consideran si llegará otra buena opción
- ¿Cuántas personas escogen como mínimo?
- Como dos o tres, tampoco son tan blandos -Miró a mis espaldas y luego cerró los ojos fastidiada -Tenias razón, hicieron múltiple selección -Me giré para ver llegar a aquel muchacho moreno que se encontraba detrás en la fila
- Sabía que también quedarías - Sonrió complacido
- No entiendo que te lo pudo asegurar -Contesté extrañada
- Por tu perfil, nadie que no fuese realmente bueno aceptaría hacer audición con solo cuatro días de estudio
- ¿Cómo sabes eso? -Pregunté sorprendida
- Vicent acostumbra investigar a las personas, y como nuestras peticiones quedaban públicas en la página aprovechó -Miró mi sorpresa -Lo sé es aterrador

Un hombre de traje nos abrió la puerta haciendo los honores
- Me han pedido que los dejase pasar de momento, por favor pónganse cómodos







Amor destrozadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora