Hermano de niebla

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- Niños, arreglense. Tenemos una visita importante
- Ese maldito viejo, ya me tiene harto
- Cállate Patrick, nos meteremos en problemas por tu culpa -Louis me dirigió la mirada -Ya oíste Antonio, vamos
- Nos dicen que estudiemos y luego que lo ignoremos, estoy cansado de ser un robot
Nos arreglamos y salimos a recibir a las visitas, ordenandonos para saludarlos al entrar
- Esto es ridículo, ¿Acaso viene la reina Isabel? -Patrick se esforzaba por acomodarse el nudo de la corbata
- Es el protocolo, no te quejes -Louis se había acostumbrado rápido a todo el sistema, Thomas también parecía haberlo hecho pero se notaba más el fastidio en su rostro
- ¿Estos son los niños? Dios mío... ¿Por qué les hacen usar traje a esta hora? -Un hombre de aspecto sencillo y rostro honesto fue el primero en entrar, nuestro supervisor poca atención le prestó
- Señor, seamos breves -Se limitó a decir. Los tres terminamos de presentarnos -¿Qué hay de su hijo?
- Ya viene, estaba haciendo una llamada -Contestó en tono de disculpa
- Bien -El supervisor nos devolvió la mirada -Ustedes esperen y preséntese también -Ambos se marcharon de la sala
- ¿Tenemos que estar aquí de pié? ¡Es ridículo! -Patrick no paraba de quejarse
- ¡Ya estás otra vez! Thomas, ¿Por qué no le dices algo también? -Preguntó Louis
- No soy su niñera
- Que fastidio, ¿Quienes se supone que son? -Siguió quejándose Patrick
- Parece que son campesinos, tienen algún tipo de relación con la familia -Añadió Thomas
- ¿Eh? ¿Como sabes eso? -Preguntó Louis
- Porque se lo escuché decir al supervisor
- ¡¿Que?! ¿Estuviste espiándolo? ¿Estas loco? ¡Nos vas a meter en problemas
- Callense, alguien viene -La silueta era difusa por estar contra la luz, se acercó hasta nosotros sin decir una sola palabra
- Entonces... ¿Eres el hijo de ese hombre? -Louis codeó a Patrick
- Somos las cabezas de familia que continuarán con la empresa, mi nombre es Louis. Él es Patrick
- Mi nombre es Thomas -Yo me limité a desviar la mirada
- ¿Antonio? Eres más pequeño de lo que imaginé -Aquel chico habló con voz suave, y con extraña familiaridad
- ¿Tienes algún problema con eso? -Repliqué
- En absoluto, te ves realmente lindo -Alborotó mi cabello, el resto lo miró atónito
- ¿Qué crees que...? -No me dio tiempo de quejarme
-No hace falta ser tan formales, los supervisores ya no están cerca
- Menos mal, necesito mover los músculos -Comentó Patrick mientras hacia una improvisada serie de ejercicios
- ¿Quién eres tú? -Louis se acercó curioso -Parece que ya conocías a Antonio
- Ah, lamento mi torpeza -Puso una mano en su pecho e inclinó ligeramente la cabeza -Mi nombre es Francesco Appelby, es un placer -Todos lo miraban con un ligero rubor en sus rostros
- ¿De verdad es hijo de campesinos? -Susurró Patrick
- ¿De donde me conoces? -Interrumpí
- Acerca de eso, puede que esto sea repentino pero desde ahora -Se inclinó un poco para mirarme a los ojos -Tienes un hermano mayor
- ¿Qué? -Louis estaba atónito, Thomas sólo miraba con aquellos ojos sorprendidos y Patrick estuvo a punto de caer por la impresión
- Si es una broma no me causa gracia -Me di la vuelta
- No bromeo, ¿Quien querría ser el hermano de un chico tan rebelde?
- ¿Qué dijiste?
- Parece que debo hablarte mal para atraer tu atención -Se acercó con aquella refrescante sonrisa -Verás, me costó mucho trabajo convencer a mis padres de traerme a conocerte así que... Por favor, se un poco más amable
- ...¿Lo que dices es cierto? ¿Por qué no supe nada de ti?
- Es por que, sólo somos hermanos por parte de nuestra madre. Ella me abandonó antes de que tú nacieras, no me extraña que no supieses nada -Lo miré con curiosidad, era bastante alto por lo que la idea de que fuese mi hermano...
- ...¿Qué edad tienes? -Tardé en preguntar
- Vaya pregunta, ¿Cuantos me calculas?
- ¿18? -Volvió a alborotarme el cabello
- Sin dudas eres un chico lindo, ¿Tratas de ser amable? -Lo miré extrañado -Tengo 23
- ¿De verdad? No parece tenerlos -Comentó Patrick sorprendido -Es genial
- ¿Tú crees? Debido a mí condición no puedo salir mucho y tampoco puedo hacer trabajo físico en casa sin exponerme al sol, no creo que sea realmente bueno -Era evidente que lo decía debido al albinismo, y pensándolo de forma detenida, al ser hijo de campesinos debía suponer una carga
- ¿No vas a entrar? -Preguntó Louis
- La verdad es que sólo vine a hablar con Antonio, mi padre saldrá en cualquier momento y entonces tendremos que irnos. Sólo vino para darme esta oportunidad
- No entiendo tu interés -Repliqué -¿Para qué vienes si sólo podrás hablarme unos minutos?
- Desde que supe de ti me propuse conocerte, es algo normal entre hermanos -Se inclinó ligeramente para igualar mi mirada -Además tengo pensado encontrarme contigo cuando ya seas formalmente uno de los dueños
- ¿Por qué?
- Bueno, será más sencillo hablar contigo -Volvió a incorporarse
- Es verdad... Cuando ese día llegue podré dejar de recibir órdenes del bastardo de mi supervisor -Comentó el entrometido de Patrick, Francesco rió con ligereza
- Tienes buenos amigos, me alegra mucho
- Tú... Cuando llegue a ser uno de los dueño, ¿Querrías tomar mi lugar? -Todos me miraron atónitos
- ¡¿Qué estas diciendo?! -Louis fue el primero en reaccionar -¿Después de que pasemos por esta tortura vas a abandonarlo?
- Louis tiene razón... ¿Como puedes decir eso? -Comentó Thomas, sereno -No puedes hacer algo así
- Según entiendo puedo hacerlo... Yo no tengo interés en esto -Louis estaba pálido
- Antonio -Francesco acarició mi cabello con suavidad, y con una refrescante sonrisa me habló -No tienes que hacer eso, esto se les dará a ti y a tus amigos. No tienes que dejarlos solos
- ¿No quieres entonces? -Pregunté
- No me gusta recibir nada por lo que no haya trabajado, si llego a obtener la compañía... Será porque me esforcé en ello -Todos lo miramos extrañados -Bueno, ahora soy muy feliz trabajando junto a mis padres, no tengo interés en algo tan importante -Su mirada cambió ligeramente al dirigirmela otra vez -También las opiniones cambian a medida que uno crece -Nos mantuvimos en silencio, al cabo de un rato él volvió a reír -Lo lamento, parece que me puse algo serio -De la sala principal ya regresaban tanto su padre como nuestro supervisor
- Lamento haberle hecho perder el tiempo -Se disculpaba aquel hombre a medida se acercaban
- Parece que ya nos iremos -Alborotó por última vez mi cabello y se despidió con una sonrisa -Nos veremos después
- Fue gusto señor Francesco -Se despidió Patrick bastante rígido, él rió divertido se acercó a ellos
- Ustedes parecen ser muy cercanos a mi hermano, por favor, cuidenlo bien -Patrick y Thomas asintieron ligeramente enrojecidos, Louis miraba a un costado con expresión amarga
- No veo por que tanto alborto -Murmuraba entre dientes
- Louis, ¿No? -Francesco se inclinó frente a él -Sé que eres muy buen comerciante, eres el orgullo de tu familia -Acercó bastante su rostro al de él haciendo que éste se inclinaba ligeramente hacia atrás -¿En el futuro podríamos trabajar juntos?
- A-ah... Pues... Claro...Sí... -Apenas pudo contestar. Desvío la mirada con tremendo rubor en su rostro, Francesco volvió a sonreír y alejándose igualó el paso de su padre
- Hasta luego -Se despidió a la distancia.
Su padre, el supervisor y él salieron de la casa cerrando la puerta a sus espaldas
- A-ah, lo... Lo siento.. No... No sé hablar -Empezó a burlarse Patrick
- ¡No es gracioso! -Louis empezó a perseguirlo
- ¡Tenías que ver tu cara! ¡Estabas muy avergonzado! -Gritaba Patrick mientras huía
- ¡Fue sólo porque estaba muy cerca!
- Debes estar feliz de saber que tienes un hermano así -Comentó Thomas
- Me da igual
- ¡Eres un cubo de hielo! -Gritó Patrick mientras evadía a Louis a través de una mesa -Ese muchacho hizo que hasta Louis se quedara mudo
- ¡TE VAS A ENTERAR!
- Hmmm... Ambos parece que no madurarán -Thomas se acercó para acabar con la disputa

Después de aquello pasaron un par de años. Louis y yo seríamos los legítimos dueños a partir de ese día mientras que Thomas y Patrick esperarían a ser adultos.
Una vez nos establecimos en la empresa me dediqué a buscar a Francesco, pero poco encontré. Había hecho que la granja de su familia creciera y fuese una de las más cotizadas por los supermercados de mayor renombre. Su rostro aparecía como cara en algunas propagandas pero poco más.
Aunque continué buscando, la información que ya había hallado empezaba a desaparecer, los anuncios, su rostro... Como si esa persona estuviera desapareciendo de este mundo.



Amor destrozadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora