Fin del primer arco

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Subí al auto que me esperaba, la división entre asientos me impedía ver la cara del chófer haciendome sentir prisionera
"La curiosidad mató al gato"
Esa frase se paseaba por mi mente, fastidandome todo el camino. Miraba el celular de vez en cuando, pensando si debería haberle dejado algún recado a Patrick, luego lo guardé recapacitando, él no entendería nada de esto
- Llegamos señorita -El chófer abrió la puerta y me acompañó hasta la entrada de una casa imponente de aspecto antiguo, allí esperaba con un hermoso traje blanco Francesco, estirando su mano para recibirme
- Buenas noches -Ignoré su saludo, dejando su mano extendida
- Es de madrugada -Repliqué
- Era la única forma de citarte desocupada -Se excusó sonriente, comenzando a recorrer los pasillos para guiarme
Parecía el castillo del conde Drácula. Su aspecto antiguo resaltaba por los tonos oscuros de la decoración y también por la tenue iluminación. Él combinaba perfectamente con el lugar ya que si entrara lo primero que esperaría es a un vampiro de lindo y mentiroso aspecto
- ¿Te gusta? -Me sorprendió mirando distraída las diversas estatuas que adornaban el ancho pasillo
- Es interesante
- Me alegra que te parezca así -Sonreía con tanta dulzura, no parecía un hombre capaz de hacerle un juego sucio a nadie -Llegamos. Hice que preparan está habitación solo para esta reunión -Abrió las puertas mostrando el interior, una habitación con luz amarilla tenue, decoración de flores adornando a la  única mesa que figuraba en el centro
- ¿Aquí? -Pregunté incómoda
- No te preocupes, no te propondré matrimonio -Respondió en tono burlesco. Apartó la silla para yo sentarme, y luego se sentó -¿Qué te parece?
- Es muy bonito, aunque dudo que esté a juego con nuestra conversación
- Puede ser -Sonrió divertido
- Además, comer a estas horas es mucho más que algo excéntrico... Mejor, empecemos a lo que vinimos
- Bien, es una lastima que no pruebes la comida -Dijo mirando los platos -Escogí personalmente la receta
- Te escucho -Sonrió con malicia mientras acomodaba su posición, entrelazando sus dedos y apoyando su barbilla sobre ellos
- ¿Segura? No quisiera sentirme culpable por hacerte sentir mal
- ¿Con quién crees que hablas? No vine a verte la cara -Ignorando mi mal genio cerró los ojos para continuar
- Tus jefes no confían en tí -Estuve en silencio algunos segundos antes de responder
- Explícate
- Cierta información llegó a los oídos de mi hermano, puede que yo forme parte de ello pero tampoco pretendo ahogarte con los detalles. Desde hoy, tu vida cambiará completamente, puede que ya hayas empezado a ver los cambios
- Eso suena espectacular, cuéntame de que manera -Pregunté escéptica
- No lo sé, todo depende de que medidas tome mi hermano. Tú eres inteligente, seguro que lo notarás pronto
- ¿No es más sencillo decírmelo?
- Sería complicado explicar algo así, más cuando no me creerías
- Tsk, entonces haces que pierda el tiempo -Me puse de pié y tomé mi bolso
- Por eso quería invitarte a comer también, sabía que nuestra charla sería corta
- No tengo interés en comer con alguien como tú, buenas noches

Vaya noche. Tuve que solicitar un taxi y por la hora pagar una gran cantidad de dinero, claro que él ofreció traerme pero quedaría como estúpida después de lo que le había dicho
- Pareces cansada Ann -Patrick me miraba esperando a que terminara de hacer el desayuno
- Sí... No pude dormir bien anoche
- Ya...
- Patrick... ¿Sabes que tienen los demás?
- ¿A qué te refieres?
- No sé, por alguna razón siento que actuaban extraño -Patrick se inclinó en la silla sujetando su cabeza con ambas manos
- Ni idea, ellos nunca me cuentan nada -Eso tiene sentido ya que no he visto que Patrick me tratara diferente en lo más mínimo
- Ya veo... -Me miró preocupado
- ¿Por qué lo preguntas? ¿Crees que pasa algo? -Ignorando su pregunta me apresuré a tomar mis cosas
- Oye ya esto está casi listo, terminalo tú. Voy tarde -Él no hizo mayor caso a mi movida para evitar responderle
- ¡Vale! Mientras vuelves me encargaré de arreglar la casa

Llegué al trabajo. Allí el resto del día parecía un sueño, mi cansancio me dominaba y apenas podía mantenerme despierta
- ¿Durmiendo en el trabajo? -Tony me sorprendió recostada a uno de los estantes
- Disculpa, no pude dormir bien -Me miró desinteresado
- ¿Terminaste?
- Aún no, me impresiona que las secretarias hagan toda esta revisión todos los días...
- Es su trabajo, y el tuyo -Sonreí divertida
- Tampoco me estoy quejando -Se marchó sin prestar mayor atención a mis palabras

Amor destrozadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora