SIXTEEN

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— Hola...

Miré de piés a cabeza tratando de guardar en mi memoria al hueón por si me quería secuestrar o era algún tipo de acosador culiao.

— Hola

Me sonrió y quedé toa mojá, o sea, imposible hueón, estás cosas solo pasan en las películas o series, imposible que mi admirador sea tan mino por la conchatumare.

—Bueno... Me marcho.— la Maca me guiñó el ojo y se acercó a decirme al oído piola.— Cometelo hueona, está entero rico, no te agilí.

Miré como la Maca se iba y me puse un poco nerviosa, me rasqué el mate y miré al suelo como si fuera la hueá más importante del mundo.

— Soy tu admirador.

Soltó de una y subí la vista pa mirarlo,  nuevamente estaba sonriendo y eso fué mucho para mí corazón. Soy débil a más margaritas por la rechucha, no sé si la Pachamama me odia o me ama.

— lo sé, ya me habías hablado acosador.

Se puso rojo como pichula e burro y miró pa otro lao.

— Perdón por hablarte así, es que no sabía cómo hablarte y por wasáp era más fácil, una compañera tuya me lo dió cuando se lo pedí.

— Tranqui

Me invitó a tomar un café que obviamente yo acepté, la verdad es que no era para nada como lo imaginaba al culiao, era super tela.

— Bueno, aquí vivo. Gracias por traerme, acosador.— me reí y me salió mi risa de chancho.

Conchatumare, que varguanzaaa

— No me digai acosador, que me da vergüenza. Dime Tomy.

— Chela.

Escuché que me llamaron y me di la vuelta pa cachar quién era po.

— Isaías.— dije mirándolo a los ojos.

¿Que hueá hace este conchatumare acá?

— Necesito hablar contigo.— miró de pies a cabeza al Tomy.— Solos sipo.

¿y a este ahueonao qué bicho le picó? ahora se las viene a dar como protagonista de novela mexicana, como si yo fuera la típica protagonista que con que la viniera a buscar a la casa iba a quedar de rodillas a el chupandole la callampa. 

— Estoy ocupá.

— Marcela, es enserio.— habló con una voz ronca que me llegó a parar los pelos de la conejita.

— Oye, la Chela dijo que estaba ocupada, deberías ser mas respetuoso y dejar que termine de conversar conmigo.

Chucha que me salió bravo el Tomy culiao este.

— Tranquilo, no me tienes que defender, lo se hacer solita.— sobre todo con sacohueas como el Isaías. 

— No te metai vo gil culiao.— El Isaías  se puso de frente con el como incitándolo a pelear.

¿qué manía tienen los hombres con poner la cara cerca de la persona con la que quieren pelear? es como si quisieran darse un besito, igual shippeo a los cabros, aaah, no mentira, el Isaías es mio conchatumare, me corto una teta si resulta ser que es gay.

El Tomy se picó y lo empujó pa que se alejara y obviamente el Isaías culiao que no es para nada pacifico se lo devolvió y terminaron peliando a fuera de mi casa, excelente hueón. Lo mas penca de todo es que como soy ahueoná me metí a la pelea culiá y me terminó llegando tremendo combo en el ojo. Quedé por un rato inconsciente en el piso, los cabros ni se inmutaron, siguieron peleando después de mandarme un combo en seco a mi hermosa cara. 

— Chupenla simios culiaos.— dije mientras me levantaba con una mano tocandome el ojo por si me lo habían reventado.

Linda la hueá, de todas las cosas que me pudieron haber reventado, me reventaron  el ojo.

Me entré a mi casa dejándolos matarse, me fui directo al baño a verme mi carita bien preciosa y conchatumare, me habían dejado el ojo morado por la perra, ahora parecía matona, de esas culiás que se ponen a peliar en la calle porque una mina la mira mal.

— Rica me veo.— susurré mientras me veía en el espejo.

¡NO SOY CHORA!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora