Parte 3

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Eddie se encontraba corriendo por los alrededores de su departamento. No es que deseara pasar sus mañanas haciendo ejercicio, pero necesitaba distraerse mentalmente de diferentes cosas; una de ellas era la manía que últimamente tomó Anne para saber como se encontraba; otra era esa extraña convivencia que generó con Frank estas últimas semanas y de esto se deriva lo tercero, esa extraña sensación de que alguien lo observa.

Generalmente aquello ocurría cuando se topaba con Frank, lo que le molestaba de sobremanera. ¿Podría ser alguien que quería vengarse de algo que hizo como Venom? Debería tener cuidado, aunque nunca antes se preocupó de aquello... ¿Por que no lo atacaron cuando recién se separó de Venom?

Sí, Eddie podía hablar del tema sin alterarse como antes. Brock en verdad pensaba que lo estaba superando.

—¡Hey, Brock!— un grito le hizo sacudir la cabeza y buscar a quien lo llamaba.

La sensación de ojos en su espalda apareció antes de encontrar a Frank sentado en la entrada del edificio de departamentos.

—¿Qué pasa?, te noto ido...

—Tengo una sensación extraña— ante la duda en el otro decidió aclarar. —Como si alguien me observa.

Frank se mostró interesado en ese detalle, ¿Podría ser el tal 'V' o Vernon como Dan le mencionó?, si es así entonces debería hacer un movimiento con el menor. Eddie por otra parte en verdad creía que alguien deseaba venganza.

Una canción captó la atención de los hombres.

—¿De quién es...?— preguntó Eddie ya que no había escuchado esa canción antes y le pareció interesante.

—Dame un momento— le dijo Frank mientras se levantaba y atendía la llamada. —¿Qué pasa cariño?... pero si iban a pasar todo el día juntas... ¿quién se molestó primero ella o tú?... ya... lo imaginaba, si pe-pero... Amber— dijo cansado. Eddie podía notar la tensión en sus hombros. —Estoy ocupado y sab-... bien, pero estas castigada jovencita. Estaré en treinta.

—¿Qué pasó?— preguntó Eddie preocupado por lo que escucho aunque al parecer la hija de Frank se había metido en algún problema.

—Amber se peleó con su amiga, le cortó el pelo a sus muñecas y casi incendia la habitación— dijo cansado. Al parecer esta no era la primera vez que ocurría.

—Oh...— Eddie se notaba sorprendido.

—Lamento irme tan rápido, pero prefiero ir a buscarla antes que Lorenza me corte las bolas.

—Parece que la madre es de temer— bromeó Eddie.

—Créeme que sí— dijo en parte asustado. —No sé como la aguanta su marido si son dos polos completamente opuestos, pero dicen que el amor es ciego, sordo, mudo y también muy propenso a subir de peso... vendré otro día.

—Bien, adiós...— se despidió Eddie para ver a Frank marcharse. —¡Espera, Frank!— el mencionado volteo. —¿Por qué viniste?

—Pasaba por acá y es entretenido hablar con alguien que no sea sobre sarampión o como aliviar dolores de estómago...

—¿De verdad?— Eddie se mostraba escéptico. Frank era feliz cada vez que hablaba de su hija.

—Nah, solo quería pasar tiempo contigo... Vendré otro día. Adiós, Eddie— con eso dicho fue que Frank se fue caminando hasta el paradero más cercano.

Eddie se quedó despidiéndose con la mano alzada mientras pensaba en lo dicho por Frank, dos sensaciones tenía en el cuerpo, una en la boca del estómago y otra a su espalda. Quien sea que lo esté espiando sería capaz de dejar un agujero en su nuca.

Vuelve a mí, VDonde viven las historias. Descúbrelo ahora