Parte 6

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—Entonces... ¿cómo va todo?— preguntó Frank a Eddie. Ambos estaban desayunando en una cafetería cercana a la escuela de Amber.

—El trabajo va bien... aunque estoy atrasado con algunas cuentas...

—¿Cómo es eso?

—De nuevo estoy comiendo mucho y pues... no guarde para los gastos.

Frank se cruzó de brazos claramente molesto. ¿Eddie tenía problemas y estaban desayunando fuera? No dudo en darle un golpe en la cabeza por irresponsable.

—Te creo eso de mi hija, ¿pero tú?

—No me recrimines tu también— dijo bastante cansado.

—Bien...— dijo luego de soltar un bufido. —¿Estás comiendo como esa vez cuando nos conocimos?

Eddie abrió los ojos sorprendido, no pensaba que Frank se acordaría de ese detalle. Al parecer el otro era demasiado observador, debería tener cuidado de ahora en adelante.

—Pues... si...

—¿Y eso está bien? ¿No tienes alguna enfermedad con la tiroides? ¿No quieres que le pregunte a Dan de algún médico general?

—Tranquilo...— Eddie apoyo su zurda en la mano del otro. —Es solo... ¿como decirlo?, cosas que ocurren, me pasan por periodos, en unos días me verás comiendo sano, lo prometo.

Sabía que con aquel comentario se ganaría unos días sin poder sentarse debido a la actitud de Venom respecto de Frank. El simbionte ya de por si le provocaba hambre y ahora había que sumar la ansiedad por la situación entre ambos. El estar juntos era un sucio secreto, pero era necesario para no hacer sospechar a Miller, si tenía de cómplice a Frank sin que este supiera, tanto Anne como Dan deberían dejar de preguntar sobre algunos cambios notables.

El fin de semana anterior se juntó con ellos y la rubia ya lo había notado diferente y Dan por su parte le felicito por el cambio en su rutina ya que se notaba en el tono de su piel claras mejoras. No podía decirle a ninguno que nuevamente se encontraba con Venom, menos aún que se acostaba con el simbionte, por lo que el slim debería regresar con Thompson por algunas semanas.

Aquello no era lo más grato para Venom y ponía muy celoso a Eddie, pero era necesario. Ambos estaban celosos de Frank y Flash respectivamente.

—Tendré que asegurarme entonces...— Frank sonrió de medio lado y le regaló un suave golpe en el brazo al periodista.

Luego de eso su vista se perdió en la calle tras el ventanal de la tienda, hace algunos días notó al mayor un poco extraño pero solo ahora lo veía en persona.

—¿Pasa algo?— se inclinó un poco al otro. Después de compartir de varias formas, incluso en la intimidad, el tocarse o rozarse resultaba algo muy cotidiano para ambos hombres. —Te noto... ¿preocupado?

—Puede ser... también estoy entre un poco nostálgico y bastante molesto.

Se levantó y buscó la billetera en uno de los bolsillos interiores de su chaqueta, tomó algunos cuantos dólares y los dejo a un costado del plato, el dinero era suficiente para pagar por ambos hombres.

—No quiero hablar acá... ¿salimos?

—Claro... ¿pero no debes trabajar en el taller?

Hasta hace poco más de un mes más o menos fue que Eddie finalmente conoció el trabajo fijo de Miller, era un taller mecánico que trabaja con todo, desde autos antiguos, eléctricos, bicicletas y patinetas, prácticamente cualquier cosa con ruedas... Lo único particular era que no trabajaban con motocicletas.

Vuelve a mí, VDonde viven las historias. Descúbrelo ahora