D É C i mo - p r i m e i r o

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Kim NamJoon, alto, moreno, guapo, serio, sub oficial. Apenas tenía experiencia en el campo pero eso no quitaba que fuese profesional en su trabajo.

Su cabello gris lo hacia ver mas maduro con solo 23 años, pero por dentro era un chico por demás inocente.

Era día viernes cuando estaba de pie frente al "hotel", apoyado en su motocicleta. Esperando las ordenes para poder entrar.

—NamJoon recuerda que el número de la habitación es 121, suerte.— para NamJoon esa fue la señal para comenzar a caminar hasta el vestíbulo donde una muchacha pequeña, al parecer china, le atendió

—¿Que necesita, joven?

NamJoon de pronto se puso nervioso, nunca antes había entrado a uno de esos lugares, casi olvida sus líneas

—Alguien me recomendó este lugar y me dio el número de una grandiosa habitación— La chica mostró una sonrisa torcida y asintió.

—Dime ese número y tu nombre.

—Namjoon..y el número de la habitación es...212— Cometió un grave error al haber dicho su nombre verdadero, pero ya lo había hecho, incluso creyó haberse equivocado de número.

La chica le pasó las llaves y le tiró un beso antes de volver a mirar la pantalla de su ordenador.

—¡NamJoon, esa no es!— Yoona le gritó por el auricular y el nombrado suspiró. Otro error a su lista— Idiota, era la 121. Mejor sigue, quizás encontremos a otro chico.

Otro suspiro y siguió caminando hasta la habitación que había escogido por equivocación.

En cuanto encontró la puerta,  la abrió  lentamente y se adentró, al notar que las luces estaban apagadas, buscó el interruptor y al encender la luz se llevó una grande sorpresa.

Sentado sobre la cama había un chico de piel más clara, largas y definidas piernas, sus labios...Dios, sus labios eran hermosos y apetecibles, esos bellos ojos  que no tenían luz, a pesar de ser un hermoso chico, sus ojos parecían vacíos.

Namjoon se acercó y se sentó sobre la cama, el chico se sentó y le rodeó el cuello por detrás, pasando sus manos por el pecho, el más alto lo detuvo.

El chico rubio dijo algo bien bajito que el mayor no pudo alcanzar a escuchar, con un movimiento de cabeza le dio a entender que no le había entendido.

—¿No te gusta que te haga esto?— preguntó el chico sensualmente y NamJoon se giró para poder verle— ¿Eres virgen?

—No, pero no vengo precisamente a buscar tus servicios. Mi nombre es Kim Namjoon oficial de policía. He venido a sacarte de este lugar.

Por un segundo, solo por un segundo los ojos del hermoso desconocido brillaron pero luego negó con la cabeza.

—Nadie puede sacarnos de aquí.

—¿Sacarnos?— preguntó el policial haciendo que en su mejillas apareciaran hoyuelos.

El muchacho bonito asintió con una sonrisa pero luego le miró con seriedad a medida que se levantaba de la cama y se sentaba en el regazo de Namjoon, empujando a este mismo, dejándolo recostado.

—Eres un mentiroso, no vayas por ahí dándo falsas esperanzas, solo porque me ves indefenso en este maldito lugar. Aquí solo se viene por sexo, ¿comprendes o no?

NamJoon abrió muy grande sus ojos , tenía a un chico de edad ilegal, hermoso, delicado por fuera pero con cierto carácter sentado sobre su entrepierna. En su corta vida nunca antes había deseado tanto algo, en este caso alguien.

—¡Espera! No te estoy mintiendo— El mayor se subió la camiseta y el muchacho rodó los ojos hasta que se dio cuenta del aparato que su "cliente" tenía pegado en el pecho.

—¿Ese es...un micrófono? — preguntó el más bajo, recibiendo un asentimiento por parte de Namjoon— ¿Por que no lo dijiste antes?

—Traté de hacerlo...—Murmuró el moreno mientras quitaba al otro de su cuerpo y se levantaba, a estas alturas prefería estar de pié.— Tu nombre

—Kim SeokJin.

(...)

Taehyung se encontraba ansioso, tan solo había pasado un día y ya extrañaba al policía de linda sonrisa.
Por lo general siempre llegaba a las once de la noche.

—Son las doce y treinta, talvez hoy se retrasó un poco...— Se decía el pequeño así mismo para tratar de convencerse de que Hoseok si iba a llegar.

A las dos de la mañana la puerta por fin fue abierta de un solo golpe. Taehyung no podía estar más feliz, pero al ver que un hombre de metro ochenta, barba, de traje y con olor a alcohol entró, la brillante sonrisa en el rostro del castaño desaparició.

—¡Hola preciosura! Mira quien ha venido a jugar contigo esta bella madrugada...—aquel tipo apenas podía hablar, arrastraba cada palabra, además del fuerte olor a trago que desprendía, hacía que el vacío estómago del menor se revolviese.

—No...¡Se supone que no debería ser así!— gritó el pequeño que lo único que sintió luego fue un golpe en su mejilla izquierda, haciendo que cayera en la cama.

—¡A mi no me vengas a gritar, perra! —Aquel hombre abrió su pantalón y Taehyung solo se dejó llevar como siempre que un desconocido abusaba de su cuerpo, solo que esta vez dejó que sus lágrimas resbalasen por su rostro sin pena alguna.

Luego de horas interminables, Taehyung terminó semi inconsciente sobre la cama donde aquel tipo había dejado el dinero esparcido por todo el cuerpo del pequeño castañito.

Hace una hora que había dejado de llorar, sentía ardor en cada marca de mordida que el hombre había dejado en su cuerpo, algunas incluso sangraban.

"Me mentiste" pensaba el pequeño mientras caía en los brazos de morfeo junto a la tierra de los sueños, donde una vez más sus pesadillas lo perseguían. "Hoseok, me mentiste"

HABITACIÓN 1 2 1 «HopeV»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora