HABITACIÓN 1 2 1 «HopeV»

S E G u n d o

-Hoseok, debes tener mucho cuidado estamos a punto de atrapar a esos hijos de puta que prostituyen niños - Las mismas palabras resonaban una y otra vez en su auricular, el azabache podría jurar que ya se las sabía de memoria.

-Jefa, tú no te preocupes. Con tan solo una pequeña grabación de lo que hacen, estaremos listos. - Dijo Hoseok tratando de no mover sus labios para que nadie se diera cuenta de que era un infiltrado.

Jung Hoseok. Policía experto en trabajos cubiertos. Con tan solo 25 años de edad, ha logrado atrapar a una gran cantidad de traficantes, ladrones e incluso mafiosos.

Y su nuevo objetivo era atrapar a la banda que le hacia falsas esperanzas a «niños» para que trabajasen en un burdel y así, ganar dinero de pedófilos millonarios, puesto que las mujeres ya no eran tan solicitadas.

Cuando llegó aquel sitio, que se parecía a una especie de hotel, la sensación de asco nació en su interior.

"¿Como pueden hacer cosas como estas, a jóvenes y niños inocentes?" Era lo que pensaba el azabache.

-Estoy entrando- Fue lo último que dijo antes de abrir la puerta color marrón oscuro y dar unos cuantos pasos. Si no supiera cual es su misión, diría que el burdel era un hotel común y corriente.

-Sé frío y recuerda que eres un millonario que solo pide una noche - su jefa le avisó por décima vez, recibiendo como respuesta un sonoro suspiro.

-¿Le puedo ayudar en algo, señor? -Una recepcionista de cabellos rojos y piel extremadamente pálida le saludó con una leve inclinación.

-Quiero una habitación juvenil, fresca y con aspecto elegante. Por una noche- Musitó con seriedad; cada adjetivo que usaba para describir la habitación, en realidad eran códigos para pedir un muchacho.

-Tengo justo lo que necesita. Dígame su nombre o apodo para registrarlo- La chica se inclinó para que sus pechos fueran vistos por el azabache, pero este lo ignoró.

-Solo escribe 'Hobi'

-Bueno Hobi, su habitación es la "121" y si necesita servicio a la habitación, no dude en llamar.

Las llaves le fueron entregadas al joven y luego se dirigió al ascensor, la sensación de asco seguía en su pecho.

Al llegar al segundo piso, salió del ascensor y caminó a pasos lentos hasta detenerse en una puerta negra con el número 1 2 1 en color dorado. Tragó saliva pesadamente.

Abrió con la llave que le dieron y su sorpresa fue más que grande. Hoseok estaba que tenía un infarto.

La habitación de color rojo oscuro, luces tenues y una enorme cama negra le daba un toque sensual, pero eso no fue en lo que se fijó el policial. Sino que se fijó en el joven que estaba de rodillas sobre la cama, completamente desnudo.

La piel morena aterciopelada del muchacho contrastaba con las oscuras sábanas. Los labios rosados, pero lastimados de ese chico lo hipnotizaron al igual que su mejilla derecha que tenía un moretón.

-Dime tu nombre- Demandó Hoseok.

-Llámame Tae.