D É C i m o - n o n o

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Un mes había pasado desde el accidente de Jimin y los padres de este llamaban todos los días desde Japón para saber como se encontraba su único hijo, Hoseok no le había permitido irse a su departamento cuando le dieron el alta, por lo que se estaba quedando en la casa de los hermanos Jung Min hasta que estuviese completamente sano.

Para la suerte y tortura de Yoongi, Jungkook iba a diario a ver como seguía Jimin. La verdad era que el menor de los hermanos no aguantaba estar a solas con su adorado hyung puesto que extrañaba tanto sus abrazos, sus besos y su sonrisa que lo traía locamente enamorado pero que ahora esa sonrisa se la dedicaba a Jungkook que en cualquier momento le sujetaría para gritarle todo lo que habían vivido juntos.

La primera sesión con el psicólogo que se encargaría de hacer recordar a Jimin todo antes del accidente fueron Yoongi y Hoseok, pero a medida que el tiempo pasaba fue Hoseok el único que acompañante del chico pelirosa.

Fue un día viernes cuando Hoseok decidió hablar respecto al tema con su hermano. Según el azabache su pequeño hermano estaba llevando muy bien la situación, pero un jueves en la noche, cuando se levantó a beber algo de agua, escuchó los sollozos ahogados de Yoongi con el nombre de Jimin en ellos. Cuando entró a la habitación descubrió que Yoongi dormía llorando por el pelirosa.

El viernes en la mañana cuando Yoongi se iba al colegio notó que no comió nada en el desayuno y tampoco llevó dinero suficiente como para comer algo en el resto del día.

También notó como en un mes adelgazó tanto, si ya bien Yoongi era de contextura delgada ahora lo estaba aún más. Aunque sonara algo imposible, Yoongi se encontraba más pálido y con ojeras debajo de sus ojos. No tenía ánimos para nada aunque siempre le correspondiera con una sonrisa decaída.

Que ciego fue.

Por su parte iba dos veces a la semana a ver a Taehyung debido a que no se quería arriesgar a que lo descubrieran ni sus colegas y mucho menos su jefa.

Hoseok estaba tan metido en sus pensamientos que cuando su celular sonó dio un brinco. Era Yoona.

—Oficial Jung. Diga.

Hoseok, estarás de nuevo en el caso. Ven a mi oficina en la noche, los tenemos al fin. Esta vez no podrán escapar.

—Allí estaré.

La llamada finalizó y él sonrió.

Taehyung estaría libre y podría hacer su vida como un adolescente normal, podría vivir con su hermana, estudiar....tener una pareja y...olvidarle...

Suspiró.

¿Quien lo diría? Un oficial enamorado de un muchacho el cual fue secuestrado y prostituido desde sus tiernos catorce años. Porque si, estaba enamorado de aquel hermoso chico castaño de ojos avellanas. El problema era que Taehyung era muy joven y posiblemente solo estaba confundido por ser la única persona que ha tratado de ayudarle.

La puerta de la entrada le hizo salir de sus pensamientos por lo que rápidamente se levantó para quedar frente a su hermano.

—Yoonnie, debemos hablar.

—¿Tiene que ser ahora? Estoy muy cansado y solo quiero dormir.— el semblante del menor lucía extrañamente enfermo, parecía que en cualquier momento caería al suelo.

—Tiene que ser ahora...¿Te sientes bien?— Yoongi negó con la cabeza en respuesta antes de desplomarse, Hoseok corrió a tomarle en brazos y notó como ardía en fiebre. —¡Jimin, ayudame!

Hoseok tomó al menor en brazos una vez le quitó los zapatos y la mochila, Jimin llegó a paso lento y al notar la situación caminó lo más rápido que su cuerpo le permitía a la habitación de Yoongi para abrirle la puerta al mayor para que dejase el cuerpo de su hermano sobre la cama.

Hoseok corrió al baño donde cogió dos toallas y las mojó con agua fría como pudo, enseguida las llevó hasta la habitación.

Totalmente desesperado abrió la camisa del colegio de Yoongi, rompiéndola por el pecho para después doblar una toalla y ponérsela en el torso, recibiendo un quejido.

Jimin salio en busca de un paño húmedo más pequeño para ponérselo en la frente. Por alguna razón su pecho se oprimió al ver a Yoongi en ese estado. Sentía incluso ganas de llorar de frustración.
Cuando volvió a la habitación vio como Hoseok tenía el cuerpo de Yoongi casi desnudo tan sólo el bóxer cubría sus partes íntimas y también tenía los calecetines.

—Minnie...sé que tu también estás algo débil pero debo ir a trabajar y necesito que cuides de Yoonnie—  ¿Por que  ese sobrenombre le alborotó la cabeza así de la nada?

—Descuida, hyung. Yo lo cuidaré.

Cuando Hoseok se fue al trabajo, Jimin estaba cansado. Aún no tenía todas sus energías al cien por ciento, por lo que se cansaba con facilidad.

Se sentó en el filo de la cama para observar como Yoongi descansaba, le había ayudado a Hoseok a ponerle la pijama una vez que la fiebre había disminuido, pero aún mantenía el paño humedo en su frente.

Después de eso se quedó detallando las facciones de un pálido Yoongi, se le comenzaba a ser tan familiar e incluso el mes que convivieron juntos se hicieron amigos o eso quiso creer Jimin.

Esa misma tarde, Jungkook le había confesado sus sentimientos y a pesar de que le pidió tiempo para pensarlo, en lo más profundo de su corazón sentía que estaba engañando a alguien.

Por décima vez quitó el paño del menor y fue hasta el baño para a mojarlo con agua fría, volviendo segundo después a dejarlo sobre la frente de Yoongi.

Suspiró.

Yoongi las primeras semanas siempre le preguntaba si realmente no lo recordaba y cuando le respondía que no  el menor simplemente agachaba la mirada para después sonreirle. Pero esa sonrisa no llegaba a sus ojos.

Era tanta la frustración que sentía que bajó la mirada cuando sintió sus mejillas empapadas en lágrimas. Y entonces las notó.

Un par de pulseras idénticas en la mano de Yoongi. La curiosidad pudo mucho más que cualquier cosa así que alzó delicadamente la mano del menor y sus ojos se abrieron ante su descubrimiento.

—Yoonnie....Mi Yoonnie te extrañe tanto...

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Hasta aquí llega esto

HABITACIÓN 1 2 1 «HopeV»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora