Perdido y sin recuerdos fue como me encontraste bella chica de cabellera azabache y hermosos ojos azules... eres el más bello ángel Marinette.
-Gabrinette
-La imagen no es mía créditos a su autor/a.
-El edit de la portada fue hecho totalmente por m...
Ha pasado una semana desde que le arrebate sus recuerdos a Gabriel, pero hay algo que me incomoda, justo después de robarle los recuerdos sentí una corriente helada recorrer mi cuerpo. Creo que esto se debe a que Gabriel esta intentando recuperar sus recuerdos pero mientras yo siga estable eso jamás pasará.
Aunque esa es la menor de mis preocupaciones, ahora lo que deseo saber es cómo sera mi relación con Adrien. Por los pocos recuerdos que he recogido, su relación con Gabriel es muy distante —por no decir escasa— desde la ''desaparición'' de Emilie. Miraba fijamente los diseños que Gabriel había preparado a la par que seguía divagando en mis pensamientos hasta que una voz familiar me saco de mi trance, era Nathalie.
—Señor no a enviado ningún akuma para conseguir los miraculous.
—Tranquila Nathalie tengo un plan en mente —la miré de reojo—, pero para eso hay que esperar.
—Señor yo puedo ser de gran ayuda solo —no la dejé terminar, no quiero hablar más con ella. Me incomoda saber que es la ayudante de Gabriel.
—No Nathalie sera mejor que te mantengas al margen de esto —volví a mirar los diseños de Gabriel, me sorprende al gran parecido que tienen con mi antiguo estilo—. Funcionará mejor si lo hago solo.
—Pero señor... —levante mi rostro y la miré fríamente.
—He dicho que no... ahora necesito que te retires.
—Si señor. —musitó resignada. Dio la vuelta y salió de la habitación.
Ahora lo que menos deseo es dar explicaciones a Nathalie, sigo preocupado por el hecho de que no se que hacer respecto a Adrien, se que todo esto es mi culpa pero aun así estoy feliz pues si no lo hubiera hecho él no existiera; aún así creo que será mejor que este tiempo con él, para que sea mas estable mentalmente y no cometa alguna locura. Cuando Adrien llegue de la escuela iré a hablar con él.
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Salí en dirección al dormitorio de Adrien para hablar con él, mientras más me acercaba se escuchaba el final de una triste melodía abriendo paso a otra y justo antes de llegar paré en seco al reconocerla era la melodía que solía tocar con Emilie cada vez que venía a visitarme, no pude evitar recordar el dolor que sentí cuando me entere que le había pasado, el sentimiento de culpa e impotencia volvió y unas lagrimas se resbalaron por mi rostro. Pero ese no era el momento para sentirse débil, cómo iba a decirle a Adrien que no se sienta solo cuando yo no me encuentro estable.
Limpié mi rostro y me dispuse a entrar a su habitación. Apenas vio que quien se trataba su rostro mostró una gran sorpresa, incluso parpadeo repetidas veces ese gesto me pareció gracioso pero no podía demostrarlo, debía mantenerme serio. Sin decir nada me dirigí al sofá de la habitación e hice una señal para que se sentar a mi lado. Él no dudo en hacerlo, supongo que aprovecha cada oportunidad que tiene para convivir con Gabriel.
—¿Qué ocurre padre? ¿acaso hice algo malo? —el tono que uso me hizo sentir mal. Era entre respetuoso y atemorizado.
—No es nada de eso Adrien —apesar de que no quiero levantar sospechas no pude evitar suavizar mi mirada—, es solo que quiero hablar contigo de cómo te sientes.
Me miro por un segundo, luego desvió la mirada hacia su mano y comenzó a jugar con un anillo plateado que estaba en su mano. Mire con más detenimiento el anillo y un click sonó en mi cabeza, era el miraculous de Chat Noir, no pude evitar sorprenderme y mirarle el rostro —el cual mostraba mucho nerviosismo— mire de nuevo su mano y cerré mis ojos, mi prioridad es entender a Adrien y solo en eso me voy a enfocar.
El tiempo que me tomo analizar el anillo Adrien se mantuvo en silencio, parecía estar esperando a que algo ocurriera para librarse de la situación en la que se encontraba ahora. Para ayudarlo puse una mano en su espalda y otra corriente recorrió mi cuerpo, pero a diferencia de la que sentí hace una semana esta era cálida y reconfortante, en como si fuera una conexión, entonces él levantó su rostro y pude reconocer la mirada de Emilie en sus ojos, no pude contenerme más y lo abracé. Él se tensó ante el abrazo tan repentino
—Tranquilo Adrien —suavicé mi voz, en este punto ya no me importa si Adrien sospecha, solo quiero ayudarlo y que confié—, puedes decirme lo que en realidad piensas. No te voy a juzgar, solo quiero que me digas como en realidad te sientes.
Apenas termine la frase con un hilo de voz, él se parece mucho a Emilie que no puede evitar abrazarlo. Entonces un sollozo hizo presencia seguido de muchos más, Adrien estaba llorando; a pesar de ser solo un adolescente lleva mucho peso sobre sus hombros, tiene que ser el prototipo de un adolescente perfecto y no puede disfrutar de un vida normal, además de que el piensa que Emilie esta desaparecida no ayuda mucho.
—¿Por qué? —preguntó entre sollozos— ¿por qué te alejaste? ¿por qué no me apoyaste?, ¿qué fue lo que hice mal?
Su voz estaba quebrada, apenas podía escucharla; escucharlo así de indefenso me hizo un nudo en la garganta. También quería llorar.
—También me dolió la desaparición de mamá —por su voz sonaba tan indefenso—, necesitaba que también estuvieras ahí, pero solo te encerraste. Quería ayudarte pero no me dejabas acercarme a ti.
A pesar de su dolor él también se preocupó por Gabriel. No entiendo como el imbécil de Gabriel lo dejó de lado.
—Perdóname por lo imbécil que he sido —aumenté un poco la presión del abrazo—, te abandoné cuando más me necesitabas y te privé de demasiadas cosas, fui demasiado sobreprotector contigo. No tengo excusa para el daño que te he hecho pero solo hay una cosa que quiero que sepas... Estoy muy orgulloso de ti, hijo.
Hubo un par de segundos de silencio y enseguida volvieron los sollozos, pero a diferencia de los anteriores estos no sonaban llenos de dolor, más bien reflejaban una sensación de gratificación.
Planeo quedarme toda la tarde escuchando a Adrien si él lo desea, solo quiero que se desahogue y tenga más confianza en mi, esto esta totalmente fuera de mis planes para salvar a Emilie. Simplemente tengo el deseo de ayudarlo.