Gedächtnis Esser POV
Luego de la charla con Adrien, me sentí mejor, quería pasar mas tiempo con él. Era como si lo conociera de toda la vida, pero a la vez no supiera nada de él. Hablamos mucho, más bien lo escuche desahogarse. Es un buen chico, pero reprime demasiado sus sentimientos, es lamentable que no pueda ser tal cual es; por eso creo que Chat Noir es tan extrovertido, es la única forma en la que Adrien se siente libre.
Llevo con la apariencia de Gabriel nueve días, y es extraño para mi comportarme de manera fría y cortante, me siento como un hipócrita pues yo prometí que jamás cambiaría mi actitud alegre. Pero si así es como podre descubrir la manera para traer de vuelta a Emilie y sanar el corazón de Adrien estoy dispuesto a soportar esto. La verdad no me importaría si después de traer de vuelta a Emilie la tengo que dejar ir otra vez con Gabriel, solo quiero que esté sana y con vida... y... feliz.
—Señor —Nathalie interrumpió mis pensamientos—, Félix ha llegado ¿desea hablar con él?
—Hazlo entrar y déjanos a solas necesito hablar con él.
—Esta bien señor —se marchó y a los pocos segundos volvió con Félix— el señor Agreste desea hablar con usted.
Fue lo último que escuche por parte de Nathalie junto con el sonido de la puerta cerrándose, estaba de espaldas a todo esto pues me encontraba mirando la pintura de Emilie.
Me dí la vuelta y mire a Félix a los ojos.
—¿Sucede algo tío?— habló con su característico tono frío y serio.
Conozco a Félix porque le lleva cinco años a Adrien y antes de que ¨desapareciera¨ Gabriel nos presento a su familia...
—Apresúrate Nath —esa forma de llamarme con su dulce voz me enloquecía y me hacía sentir que mi corazón daba un vuelco— sabes que a Gabriel no le gusta esperar.
—Hago lo que puedo —reí para molestarla un poco— no soy tan veloz como tú.
Ella me dio y un golpecito en el brazo mientras tenía una bella sonrisa plasmada en su rostro, Dios esta mujer me va a dar un paro cardíaco con lo dulce que es.
Salimos corriendo de mi casa para ir al parque en el que quedamos con Gabriel.
—Llegan tarde —habló un poco serio.
—Lo sentimos —hablamos al mismo tiempo, nos regresamos a ver y reímos juntos. Emilie y yo nos conocemos desde hace muchos años que ya estamos sincronizados.
—Esta bien pero debemos apresurarnos que mi madre nos esta esperando.
Cada vez que Gabriel habla me da un escalofrío, su tono de voz es tan serio y frío que a veces da la sensación de que no siente nada, y para mí el hecho de no ser capaz de sentir es algo que me da miedo. ¿Qué seria de nuestra vida si no tenemos sentimientos como el miedo y el amor?
Caminamos un largo rato hasta llegar a una casa medianamente grande. Gabriel saco unas llaves de su saco y abrió la puerta. Primero le dio paso a Emilie y luego a mi.
—Ya llegue madre, traje a unos amigos.
Una señora mayor de cabello un poco canoso se nos acerco y abrazo para posteriormente pedirnos que nos dirigiéramos a la sala con el resto de la familia.
Al entrar había un chico de tez pálida, rubio cenizo, alto y de ojos azules oscuros al que reconocí como el hermano de Gabriel, Dean. Estaba acompañado de una mujer castaña, de ojos marrones, tez bronceada, delgada y de mediana estatura que se presento como Ivette Feraud, esposa de Dean.
—Es un gusto saber que Gabriel si tiene amigos y no se la anda de antipático con todos —soltó riendo un poco, su esposa se llevó la mano a la boca al igual que Emilie para reprimir una sonrisa al ver como Gabriel miraba molesto y avergonzado a su hermano. Yo también quise reír pero soporte las ganas hacerlo.
—Padre tengo hambre —una voz infantil nos llamó la atención a Emilie y a mi. Miramos en la dirección de donde provenía la voz y vimos a un niño pequeño de cabello rubio cenizo, ojos azul oscuro y tez pálida, una copia en miniatura de Dean.
—Félix ven y preséntate con los amigos de tu tío —pidió su padre, creo que trata de hacer lucir a su hijo por el tono socarrón que uso.
—Buenas tardes, es un gusto conocerlos. Mi nombre es Félix Agreste y tengo cuatro años. —para ser un niño usa un tono muy formal y respetuoso.
Mire a Emilie y note que se contenía para no abrazar y picarle la mejillas al pequeño Félix. Sonreí enternecido, ella lo notó y me devolvió la sonrisa; yo enrojecí y mire en dirección contraria. En serio Emilie es tan dulce y amable que no puedo evitar sentir cosquillas en mi estómago al estar a su lado, enrojecer cuando me sonríe y ponerme nervioso cuando me abraza; estoy tan enamorado que me tiene perdido en sus encantos involuntarios.
—Ese es mi hijo... nuestro hijo —dijo mientras abrazaba a su esposa por los brazos y ella asentía.
Me pregunto si podre tener algo así con Emilie. Cuando tenga un hijo quisiera que se llame Cédric o Adrien y si fuera una niña me gustaría Norah o Melissa.
Toda la tarde que estuvimos en la casa de los Agreste fue divertida, pero me intrigaba el hecho de que Félix permaneció callado casi todo el tiempo y las pocas veces que hablo lo hozo con un tono frío y serio como para ser un niño.
—Quiero pedirte un favor Félix. —el recuerdo terminó y volví a la realidad.
—¿En qué le puedo ayudar tío?
—Quiero que vayas a ver a Adrien al instituto y le digas que tiene la tarde libre.
—¿Solo eso tío? —el semblante frío que mantiene me sorprende.
—No —hice una pequeña pausa— salgan juntos y ayuda a Adrien a distraerse un poco, esta estresado por lo de las sesiones de fotos.
—Esta bien tío... si eso es todo me retiro —vi como caminaba en dirección a la puerta. Justo antes de que salga hablé.
—Ah y Félix... sean ustedes mismos.
Una ligera mueca de incredulidad se formó en su rostro, que al instante cambió por ese típico semblante frío; asintió con la cabeza y salió de la oficina.
Solo puedo desearles que su tarde sea alegre y sin preocupaciones.
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Lost [MLB]
Fiksi PenggemarPerdido y sin recuerdos fue como me encontraste bella chica de cabellera azabache y hermosos ojos azules... eres el más bello ángel Marinette. -Gabrinette -La imagen no es mía créditos a su autor/a. -El edit de la portada fue hecho totalmente por m...