Capítulo 2: El encuentro

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POV Marinette 

En lo que va del día no ha pasado nada extraño. Oh claro, lo más extraño en mi día fue que Chloé no me molestó en ningún momento. No se si alegrarme o preocuparme. Sacudí un poco mi cabeza para dejar de pensar en eso, ya estaba por llegar a mi casa. Como siempre voy a entrar desde la panadería.

—Hola tesoro, ¿cómo te fue? —apenas entro en esta mamá me recibe de forma cariñosa desde el mostrador

—Hola mamá — le devolví el saludo de igual forma—, no me lo vas a creer pero hoy Chloé no me molestó en ningún momento. Tuve un día muy tranquilo.

—Me alegro tesoro —me miró y pareció recordar algo por su expresión—. Ah por cierto, la entrega de la levadura se retrasó hasta pasado mañana y ya no tenemos levadura para los panes de mañana ¿puedes ir a comprar un poco?.

—Claro mamá, alguna marca en específico.

—Tranquila, cualquiera esta bien. —mencionó haciendo un pequeño gesto con su mano indicándome que me acercase. Rápidamente me entregó un poco de dinero y yo le di mi mochila. 

—Entonces, enseguida vuelvo mamá

—Ve con cuidado.

Me gusta salir a caminar, pase por el parque cerca de mi casa el cual estaba completamente vacío, no me extrañó, a esta hora todos deben estar almorzando. Apresuré el paso y llegué rápidamente al supermercado. Me decidí por comprar un paquete mediano de levadura.


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Después de comprar me encaminé a mi casa, volví a pasar por el parque que aún seguía desierto a excepción de un chico tirado en el suelo.Me sorprendí al verlo porque eso no es nada normal en esta zona, antes de acercarme al chico miré alrededor en busca de alguien que lo conociese, pero no había nadie. 

—Marinette —la voz de Tikki me asustó por su repentina aparición—, deberías ayudarlo.

—Claro que lo haré —dije mientras miraba a Tikki—, era solo que me sorprendí al encontrar a alguien aquí a esta hora.

—Tienes razón —dijo mientras se acercaba para reposar en mi hombro—. Usualmente todos se encuentran almorzando en sus casas a estas horas.

Asentí mientras me acercaba totalmente decidida al chico, al llegar a su lado noté que estaba un poco pálido. Antes de que pudiera tocarlo despertó de un salto asustándonos en el proceso. Por suerte Tikki logró esconderse rápidamente.

—¿Quién eres tu? —su tono de voz denotaba una evidente confusión. Como si no recordase como fue que llegó ahí.

—Eh... yo... mi nombre es Marinette —mencioné un tanto insegura—, ¿y tu cómo te llamas?.

—Yo...—hizo una pausa donde dejó de verme para mirar el suelo— no lo se... no recuerdo quien soy y que hago aquí.

—Creo que sera mejor que te levantes de ahí el suelo no parece que sea cómodo. —quería quitar este ambiente tenso, y no hay mejor manera que con una pequeña broma.

—Tienes razón, no es nada cómodo. —me siguió la corriente, parece simpático.

No pude evitar soltar una pequeña risilla, luego me di cuenta que eso fue un poco incómodo pues no tenia ni idea de quien era. Ambos nos miramos un momento y nos quedamos en un silencio muy incómodo; decidí ser la primera en hablar, o más bien preguntar:

—¿De verdad no recuerdas nada, ni siquiera tu nombre? —mencioné mientras le extendía la mano para que se levantase.

—La verdad, no. Además me duele mucho la cabeza, como si me hubieran golpeado. —respondió mientras se tocaba la cabeza, donde supongo que estará la zona afectada.

—Creo que deberías ir al hospital, tal vez te estén buscando. —tenía la intención de marcharme pero él me detuvo.

—Se que esto puede sonar tonto e inapropiado, pero ¿podrías acompañarme?, eres la única persona con la que he hablado y sería muy incómodo para mi estar solo en el hospital.

Al preguntarme eso rasco su cabeza avergonzado por la petición. Me quede en silencio, estaba pensando en que responder y él se puso aún mas incómodo, incluso se puso rojo.

—Lo lamento eso fue muy estúpido de mi parte, lamento si te incomodé. Creo que lo mejor es que me vaya. —ahora él tenía la intención de irse pero yo lo detuve

—¡No!... quiero decir, claro que te acompañare, pero tengo que dejar esto en mi hogar —señale la funda con la levadura—. Acompáñame a dejarla y nos vamos juntos al hospital.

—Oh claro creo que debería ayudarte con eso. —se acerco con la intención de tomar la funda.

—No te preocupes solo es levadura no pesa nada, además ya lo he hecho varias veces —la levante para probar lo que decía—. También no es como si mi casa estuviera muy lejos.

—Un caballero ayuda a una dama hasta en lo más mínimo. —lo mencionó forma burlona mientras tomaba la funda con levadura.

—Oh, gracias apuesto caballero.


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—Aquí es, si quieres puedes entrar. —habíamos llegado a la entrada de la panadería.

—Por supuesto, debo ayudar completamente a la bella dama ¿no? —mencionó un tanto burlesco mientras levantaba la funda con la levadura.

—Gracias, apuesto caballero adentro esta su recompensa por su valor. —abrí la puerta de la panadería mientras le seguía el juego. 

—Oh y qué gran recompensa le espera a este humilde caballero.

—Mmm... no lo se... tal vez sea unos pastelillos. —hice un gesto con las manos para que me diera la levadura para entregársela a mamá

—¿Quién es ese muchacho? —esta bien, aquí se viene una extraña e incómoda explicación

—La verdad es que... —hice una pausa para regresar a ver al chico, que estaba tenso— ni el sabe quién es.

—¿Cómo es eso posible? —se sorprendió y se llevó una mano a la boca. Mamá tiende a ser muy expresiva.

—Lo lamento mucho señora pero perdí la memoria, y con todo el respeto que se merece quiero pedirle permiso para que su hija me acompañe al hospital. —hablo muy nervioso pero sin quitar la mirada de mamá.

—Pobre muchacho, eres tan respetuoso —mamá le ofreció una mirada de afecto— pero eso debes preguntarle a mi esposo.

—Escuche todo —miré a papá y luego al chico quien se puso aun más nervioso y tenso al escuchar la voz de mi papá—. Puedes ir Marinette parece un buen muchacho.

—Ah por cierto, ¿puedo llevar unos pastelillos para el camino?, tal vez nos demoremos.

—Claro, no veo por que no. —mencionó rápidamente papá—. Espera un momento los guardo en una fnta

Cuando cogí los pastelillos me despedí y salí con el chico en dirección al hospital pero entonces me entro una duda ¿cómo lo iba a llamar? y me daba vergüenza preguntarle.

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