Su cuerpo temblaba. Se sentía caliente, muy caliente. Podía sentir el frío del suelo contra la tibia piel de sus rodillas y palmas de sus manos. De sus labios salían pequeños jadeos y de vez en cuando, uno que otro gemido suave.
Esto no estaba bien.
-Muy bien, hyung- Un gemido un poco alto, que no pudo evitar, salió de su boca. El maldito enano, sentado en la cama, rozado su pie contra su ya dura erección. Iba a matarlo, pero después. -¿Que te dije de llamarme tierno, o lindo?- Las pequeñas, pero fuertes, manos del menor, se dirigieron a su nuca tomándola con algo de brusquedad, haciendo que su rostro se acercara al notable bulto entre sus pantalones.
-N-no lo hice a propósito... p-pero es que eres muy tierno...- Era un grandísimo tonto.
-Jinnie hyung, ¿aún piensas que lo soy?-
Iba a responder aquello, pero al abrir su boca, no pudo emitir ninguna palabra, más que un simple gemido al ver el enorme miembro del menor. Volvió a cerrarla para tragar un poco de saliva y morderse el labio inferior.
Eso no pasó por alto por el rubio.
-¿La quieres, baby?- Levantó la mirada, con los labios entre abiertos. Era más que obvio que quería tener la polla de JiMin en su boca. -Pasaré por alto lo que hiciste hoy. Pero queda como una advertencia- El rubio tomó su dura erección, moviéndola un poco para indicarle a Jin que ya podía meterla a su boca.
El más bajo tiró su cabeza para atrás al sentir la calidez de la boca de la boca de su hyung. Sus labios regordetes rodeando su miembro era algo que amaba.
-Recuerda bebé... no tendré piedad si vuelves a desobedecerme- Acarició el castaño cabello del mayor, soltando pequeños jadeos.
Jin movía su cabeza en un lento vaivén, levantando la mirada para poder disfrutar de las expresiones de JiMin.
Jin amaba hacerle esto a JiMin. JiMin amaba que Jin se lo hiciera.
Estuvieron así un par de minutos más. JiMin intentaba controlar su voz, después de todo, su familia aún se encontraba en casa. Aunque poco le importaba si los descubrían.
Mordió su labio inferior para evitar soltar un ronco gemido, mientras hacía su cabeza hacia atrás. Con una mano sostuvo la cabeza de Jin para evitar que se alejara, obligándolo a tragar lo más que podía de su semen. Aún así, Jin no pudo, y por la sorpresa se alejó, provocando que manchara un poco su rostro.
Después de que JiMin se recuperará un poco del orgasmo, dirigió su mirada hacia el mayor, sonriendo con superioridad al ver sus labios brillosos y algo hinchados. También unas pequeñas gotitas de su semen por sus mejillas y nariz.
-Daddy... A-aún me duele...- Bajó su mano hasta su miembro erecto, tocándolo sólo un poco. A JiMin no le gustaba que su baby se tocara sin su permiso.
-Bien... Pero recuerda, cuida tu voz. No querrás que tu novio te escuche gemir por la polla de otro, ¿o sí?-
Y eso a Jin, ya no le importaba.