-Me gustas-
El silencio que se produjo en esas cuatro paredes ya había sobrepasado los cinco minutos, poniendo cada vez más nervioso al menor, aunque no desistia, no se quitaría de encima suyo. Por su parte, SeokJin no podía quedar más confundido de lo que ya estaba, era demasiado para él y esperaba que al menos ésta vez sea un juego.
-¿Hyung?-
El más alto parpadeo un par de veces para poder concentrarse, su mente no paraba de recordar aquellas dos simples palabras dichas por su pequeño, era molesto y lo avergonzaba. Pensó un par de segundos más hasta que una pequeña idea se le cruzó por la mente.
-Tú también me gustas-
Ahora el confundido era JiMin, ¿cómo era posible que Jin haya dicho algo como eso?. Frunció el ceño y ésta vez si se alejó, esperando que todo aquello no sea un mal sueño o un producto de su imaginación, pellizcó con algo de fuerza su brazo cayendo en cuenta de que no lo soñaba y no se lo había imaginado, era completamente real, su hyung le dijo que también le gustaba. ¿Al fin Dios lo escuchó?.
-¿Enserio?- Volvió a acercarse, ésta vez con una sonrisa de esperanza en sus labios, notando como el mayor se alejaba ligeramente. -¿Lo dices enserio Jin hyung?-
-Por supuesto cariño, eres como un hermanito pequeño, me gustas mucho-
Y toda su felicidad y esperanzas se fueron a la mierda, jamás fue rechazado de tal forma. Sintió como los dedos de Jin pellizcaban de manera cariñosa sus mejillas, elevando las para así formar una sonrisa, pero en esos momentos lo último que quería hacer, era sonreír, simplemente no había motivos. Los delgados brazos del mayor pasaron al rededor de su cuello, para poder abrazarlo, era un simple abrazo con mucho cariño y sin dobles intenciones, no quería expresar más que cariño a aquel chico. JiMin rápidamente aprovechó aquella acción y la posición en la que se encontraban para tomar con sus brazos las piernas de Jin y enredarlas en su cadera, levantándolo sin mucha dificultad, pues a pesar de que Jin parecía ser más grande debido a su estatura, era bastante delgado, para JiMin fue un poco fácil el poder cargarlo y caminar con él hacia el sillón de la sala, sin importarle que éste intentara patalear para que lo soltara; le demostraría que no era como su hermanito.
-¡Oye ¿qué haces?! ¡JiMin!- A pesar de que intentaba mover sus piernas, seguía aferrándose al cuello del menor con sus brazos por si caía. Dejó de mover sus pies al sentir como su espalda caía sobre una superficie blanda y suave, rápidamente se dio cuenta que se encontraban sobre el sillón, él abajo, mientras que JiMin estaba arriba entre sus piernas impidiendo que las cerrara. -¿Cariño?-
La mirada algo fría que el menor tenía no le inspiraba nada de confianza, y la posición en la que se encontraban lo estaba poniendo cada segundo más nervioso. Al notar como su pequeño se acercaba cada vez más a su rostro, intentó alejarse, casi fundiéndose en el sillón, incluso giró su cabeza cuando entendió las intenciones del contrario, son embargo JiMin lo tomó de las mejillas con algo de fuerza, rápidamente pegó sus gruesos labios con los del mayor.
Jin ahora estaba un poco más asustado, sus mejillas se pusieron rojas al sentir como los dulces labios del más bajo comenzaban a moverse contra los suyos. Intentó mantener su boca cerrada, sin embargo, una pequeña mordida y jalón en su labio inferior provocó que la abriera, dando paso a la traviesa lengua de JiMin; intentó empujarla con la suya, pero esto sólo hizo que el menor pensara que correspondía de la misma forma, apagando su cuerpo contra el del mayor. Por alguna razón aquel beso comenzaba a sentirse bien y eso lo estaba asustando, pero no podía hacer mucho. Otra vez quiso cerrar un poco sus piernas, pues sentía su pantalón un poco apretado y no quería que JiMin lo notase.