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Al fin tenía algo de paz. Se sentía tan bien con aquel silencio calmando cada parte de él, una taza caliente de té y una pequeña rebanada de pastel de limón que había preparado en la mañana, una pequeña revista en sus manos. Dio una respiración bastante profunda y luego soltó todo el aire contenido en sus pulmones, con una dulce sonrisa.

Al fin podría tener su pequeño momento a solas.

-¡Jin hyung!, ¡tengamos una cita!-

Dio un pequeño salto por la sorpresa y dirigió la vista hacia el dueño de la voz, cerrándo rápidamente la revista antes de que el pequeño, que se atrevió a interrumpir su momento a solas, la viera. Su pequeño JiMin había vuelto de quien sabe que fue a hacer.

-¿Por qué?-

-Porque yo quiero tener una cita contigo, y Nam hyung no vuelve hasta más tarde- El menor se cruzó de brazos, con una pequeña sonrisa en sus labios. -O podemos arreglar esto de otra forma- Se acercó hacia el rostro del mayor, tomándolo de la nuca al ver que comenzaba a alejarse, rápidamente le robó un pequeño beso, disfrutando del tierno sonrojo en las mejillas de Jin. -¿Como quieres arreglarlo, hyung?- Seok negó ligeramente con la cabeza, sin poder quitar la mirada de los "tiernos" ojitos de JiMin. -Eso pensé, ahora mueve ese lindo trasero, quiero disfrutar el día-

SeokJin se quedó allí sentado con las mejillas rojas, parpadeando un par de veces.

🍼🍼🍼

-¿Podrías quitar tu mano de mi trasero?-

Hacia ya varios minutos que intentaba comer ese algodón de azúcar de color amarillo en paz, pero la traviesa mano del menor se lo impedía acariciando su cintura, sus piernas, su mano libre y por último, su trasero, de vez en cuando apretándolo, causando que Jin diera varios saltitos por la sorpresa y las señoras del parque al que fueron lo vieran como si estuviera loco. Incluso tuvo que disculparse cuando JiMin le dio una palmada bastante fuerte en su trasero al momento en que se agachó para recoger algo que se le había caído, el pequeño saltó que dio causó que asustara a una de las mujeres que caminaban por ahí. Ese enano lo estaba molestando.

-Es que se siente muy bien-

Contuvo la respiración cuando sintió otro agarrón a su tierna carne sobre el pantalón.

-No me importa- Le dio un golpe, causando que el más bajo la retirara rápidamente. -Creí que sería una cita tranquila, no una excusa para manosearme en público-

-Es imposible no hacerlo cuando me estás provocando con esos pantalones tan ajustados-

-No era mi idea provocarte- Suspiró y tomó un poco del algodón de azúcar para llevárselo a la boca. De repente unos brazos rodearon su cintura, sintiendo también un peso en su hombro. Giró su cabeza, sólo un poco para saber de qué se trataba, pero rápidamente la alejó al ver que sus labios estaban casi tocando los del JiMin. -¿Qué?-

-Quiero algodón de azúcar-

-Pues compra uno-

-Pero yo quiero del tuyo-

Abrió la boca para decir algo que posiblemente molestaría al menor, pero simplemente volvió a cerrarla y tomó un poco del algodón con sus dedos y lo acercó hacia sus labios, viendo como éste abría la boca y recibía el pequeño dulce con una sonrisa.

Se quedó un par de segundos viendo como los gruesos y apetitosos labios de su JiMin se movían al masticar cada trozo de algodón de azúcar. Tragó un poco grueso al ver la rosada lengua salir de su boca y reclamar sus labios para quitar algún rastro de dulce, de seguro otra vez se había sonrojado, y ya no llevaba la cuenta de cuantas veces le había pasado, era vergonzoso, se estaba comportando como un adolescente.

-Ten- Le entregó el pequeño cono con el algodón y se levantó del lugar. -Iré a conseguir otro-

-¿Estás molesto?-

-Claro que no- Dirigió su mirada al sentir como el más bajo tomaba su mano, acariciándola con el pulgar. -¿Damos un paseo?-

Desde ese día en el que su pequeño niño, quien siempre creyó que era un angelito, se le declaró, no a podido dejar de pensar en ello, sobre todo porque esa maldita escena de repetía cada vez en la que pasaba tiempo con su novio, con NamJoon. Y ya no sabía que pensar, era la primera vez que estaba en una situación como ésta.

-Bien-

Ambos se levantaron y comenzaron a caminar por la acera con lentitud y calma. El silencio atormentaba ligeramente la cabeza del más alto, sin saber que hacer o que decir, simplemente limitándose a guardar silencio y soportar lo incómodo que era el ambiente, a comparación de todas aquellas veces en las que ambos hablaban sin problemas. De repente su respiración se cortó al sentir como una pequeña, pero fuerte, mano envolvió la suya, después entrelazó sus dedos con los suyos. Rápidamente vio al menor, avergonzándose al ver la preciosa sonrisa que tenía en sus labios, como sus ojitos se cerraban por sus mejillas, causando que se viera mucho más lindo de lo que ya era.

Un atrevido pensamiento pasó por su cabeza provocando que aferrara su mano a la del menor, para luego jalarlo lejos de toda la gente que estaba en aquel parque. JiMin por su parte sólo se limitó a seguirlo con mucha curiosidad sobre qué podría estar pensando su hyung.

Estuvieron un par de minutos caminando hasta que llegaron a una de las zonas con menos gente. Jin, aunque no quería parecer muy desesperado, estampó al menor contra uno de los árboles del parque, acercándose hasta sus labios para besarlo. Aquello había provocado que JiMin abriera con sorpresa los ojos, aún sin poder creerse que aquello estaba pasando. Su hyung lo estaba besando. Por primera vez él no había tomado la iniciativa.

Sin poder salir de su asombro, el mayor detuvo el ligero movimiento de sus labios para separarse, aunque sólo un par de centímetros, aún rozando sus rosados labios contra los de JiMin. Dirigió su mirada hacia los ojitos del contrario.

-¿Jin hyung?-

-Pensé que tú también querrías besarme-

Eso fue suficiente para que el pequeño JiMin se lanzara a los labios rosados y regordetes de su hermoso hyung, bajando sus manos hasta sus muslos y cargarlo sin mucha dificultad. Jin automáticamente enredó sus brazos en el cuello del más bajo, y sus piernas en su cintura para sostenerse, moviendo sus labios junto a él. Disfrutaba de la placentera sensación de ser besado de aquella manera, algo salvaje, jamás admitirá cuanto amaba ser besado por su pequeño, ni siquiera a él mismo.

Estuvieron un par de minutos así, besándose, rozándose y de vez en cuando separándose para decir un par de palabras que sólo ellos escucharían. El ambiente había cambiado de algo realmente incómodo a otro totalmente apasionado y placentero. De repente un par de ladridos y un pequeño jalón al pantalón del menor de los Kim, causó que ambos se despegaran algo agitados por el beso, y vieran a los dos pequeños perritos que parecían conocer perfectamente a JiMin.

-¡Oh!, esto si que no me lo esperaba-

Vieron algo sorprendidos, y Jin algo asustado, al dueño de la voz, acompañado de otro chico con cara de pocos amigos al reconocer al chico que JiMin llevaba en brazos.

"TaeHyung voy a matarte"

Tierno  |  minjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora