Signal (3)

Capítulo 2: (Conexión)

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𝑵𝒂𝒓𝒓𝒂 𝑵𝒂𝒕𝒉𝒂𝒏

Nuestro destino está sellado, todo está perfectamente conectado para emerger y ocurrir en el momento perfecto, las personas que conocemos, los objetos que tocamos, los sitios que visitamos, todo nos une en un mismo destino, en una misma causa. Como si los mismos hilos del destino fueran guiándonos por senderos para que otros mueran y unos vivan, lo único seguro es lo que ocurrirá al final de nuestras vidas. Las conexiones existen, para que influenciemos en todos, logramos entender sus puntos de vista, manipulemos y forjemos las personalidades de otros, entendemos nuestra mente y nuestro cuerpo.

Un infinito círculo que viaja para siempre en la misma dirección, pero es unido por un punto en el centro, el choque de dos mundos, un espejo.. Ahí existe la causa y el efecto, yo y mi hermano, en la vida y la muerte, la luz y oscuridad, ambos somos una dualidad.

"¿Qué sucedió aquella noche en las cabañas?"

2 𝒎𝒆𝒔𝒆𝒔 𝒅𝒆𝒔𝒑𝒖𝒆𝒔...

Mi vista estaba puesta en la pared del restaurante con detenimiento, algunos chefs pasaban como si nada hacia todos lados, muchos vapores se desprendían en la cocina, el calor incrementaba, mi uniforme de mesero se estaba bañando en un horrible sudor. Algo me extrajo de mis pensamientos, la puerta del sitio se abrió con fuerza revelando a una Sally con prisa que portaba en sus manos una pequeña libreta.

—¡Nathaniel! ¡MALDICIÓN! ¿Qué estás esperando? ¡Hay demasiados clientes hambrientos del otro lado!— Su voz fue tan alta que llamó la atención de los cocineros de inmediato.

—Lo siento Sally, ya voy...— Me atreví a decir avanzando a toda prisa a la zona con mesas y personas.

Del otro lado de las puertas había un montón de gente sentada y aún sin platos, mi mente estaba muy presionada y apenas podía cargar con mi pequeña libreta.

A lo lejos vi a una mujer de cabello pelirrojo y rizado con gran estatura, sentada y golpeando sus uñas contra la mesa. Me acerqué un poco nervioso y me atreví a hablarle.

—Buenos días, ¿Qué tiene en mente ordenar?— Pregunté dirigiendo mi vista a sus ojos, ella sonrió bastante.

—¡Hola! Creo que llevaré el desayuno inglés, me fascina ese platillo— Arqueé mi ceja al escucharla, la he visto antes.

—De acuerdo y ¿algo de tomar?— Negó con la cabeza haciéndome dudar, asentí interpretando que no quería nada, estaba listo para entregar la orden al otro lado.

—¡Espera! ¿No eres de por aquí, o si?— Su voz me sonsacó un poco de mis pensamientos, su mirada se tornó impredecible.

—En realidad no.. ¿Y usted?— Intenté sacarle plática a pesar de notar la gran cantidad de personas esperando sus órdenes.

—Tampoco, yo vengo de Noon, pero de vez en cuando amo desayunar en Moonlight, sobre todo en este restaurante— Me guiñó el ojo con certeza, intenté no tomarlo de mala forma.

—A mi también me gusta esta ciudad, Moonlight tiene su encanto, a diferencia de State In— Revelé viendo a lo lejos a mi jefa, los nervios se hicieron presentes e intenté cortar la conversación.

—Es verdad.. Por cierto, es un gusto conocerte, Nathaniel— Su vista viajó hasta mi gafete colgando en mi pecho, asentí con una sonrisa.