Capítulo 5: (Destino)

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𝑵𝒂𝒓𝒓𝒂 𝑵𝒂𝒕𝒉𝒂𝒏

El destino, después de todo no hay nada más allá de él, porque nadie puede escapar de lo que se convertirá, no importa cuánto se esmere en creer lo contrario, el origen termina donde el final nace. No tuve una vida sana ni normal, pero nunca dejé de aferrarme a lo único que me quedaba, porque a veces me siento perdido entre todos mis problemas, una madre fúrica que no nos amaba, un padre que nos abandonó, un terremoto que se los llevó sin siquiera preguntar y ahora, la pérdida de mi hermano. 

Era como si estuviera atado a la oscuridad, me esmeraba tanto por salvar lo que alguna vez me hizo feliz sin saber que me destruía en el interior, porque el destino dictaba mi propio camino, mis propias acciones eran prueba de ello y ahora lo único que me preocupaba era saber que me quedaba algo de humanidad, mientras el mundo se conecta, se invierte y se repite de miles de maneras yo seré quién quizás nunca pueda cambiar nada.

Siempre supe mis límites, no obstante, el punto ahora y siempre fue buscar a Connor, porque no importaba cuánto intenté engañarme creyendo que estaba muerto, algo en mí me llamaba a ir a aquel sitio para confirmarlo con mis propios ojos. Después de no haberse encontrado evidencia de su cuerpo en ningún lado, estas ganas por averiguar la verdad detonaron sus propias sensaciones, ahora con todo el desastre que había causado no había forma de dar un paso atrás, nunca pude controlar el tiempo como pensaba y tenía una manera de averiguar su destino...

Esto se tornaba cada vez más interesante, observaba las tumbas en el cementerio de State In con poca impresión, a mi lado se encontraba mi opuesto, la chica rubia llamada Daisy quién además portaba un llamativo vestido y tenía su cabellera casi hasta los pies, con unas mejillas perfectamente matizadas, su mirada desfiguraba un mar de emociones encontradas, en mi piel se sentía una áspera sensación fría que junto al inmenso viento y la caída del atardecer hacían la escena perdurable, sus ojos viajaron hasta los míos provocándome cosquilleos en mi estómago y su silencio demostraba la complejidad de la vida misma.

¿Sabes? Hacía tanto tiempo que no venía a State In, mucha gente la odiaba por estar tan desolada y destruida, siempre les trajo recuerdos horrendos, pero yo... siempre deseé poder ver lo que alguna vez fue, antes del terremoto.— Sus labios se relamían mientras su voz se opacaba, dio unos pasos alejándose de la tumba de su madre. 

Creo que entiendo la sensación, de hecho lo fue.. Una ciudad demasiado perfecta para existir..— Me permití decir siguiendo sus pasos, necesitaba su ayuda.

Tal vez ese era su destino, porque los que quedamos entendimos que nada durará para siempre..— Susurró caminando hacia la salida y al seguir sus pasos escuchaba el viento revolotear en todas las direcciones.

Así que... ¿Aún estás buscando a tu hermano?— Preguntó de golpe, mi piel se erizó al escuchar esas palabras.

Siii... ¿Cómo es q..?— Me interrumpió deteniendo sus pasos, su rostro tenía una simetría tan ideal que me hizo mirarla por mucho.

Te escuché hace unos minutos, prácticamente tu hermano es todo lo que te queda, eso dijiste...— Asentí con delicadeza y perseguí mi vista hacia la ciudad destruida por el terremoto.

Es cierto, vine hasta aquí para poder llegar a la cabaña donde nos vimos por última vez, pero me quedé sin gasolina en mi vieja moto— Respondí, omití los detalles sobre robar o herir a gente solo por si acaso, igual no parecía reconocerme o ser de alguna ciudad cercana.

Y esa cabaña.. ¿Dónde se encuentra?— Descolgué mi mochila del hombro y le mostré el mapa de todas las ciudades que tenía.

Hmmm.. Tal vez podías haber llegado más cerca si te hubieras ido por esta ruta..— Negué apenas expresó y una gran ráfaga de aire azotó el cementerio con fuerza.

Signal (3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora