All in the name of love [Sheith-Keitor]

16. Me against the world

I'm a nightmare, a disaster
That's what they always said
I'm a lost cause, not a hero
But I'll make it on my own
I've gotta prove them wrong
Me against the world

[Me against the world, Simple Plan]

Llegó a la estación de los leones más fácil de lo que creyó, y se dio cuenta que era porque nadie trataba de detenerlo.

Allura se lo perdonaría algún día, Shiro también.

Tiempo es lo único que necesitaba ahora.

Los leones estaban ubicados en circulo, mirándose entre ellos como fieras guardianas protectores del universo, y como era de esperarse black estaba en medio.

Se ubicó a escasos pasos del león, claramente sintiendo ese burbujeo en su estómago, ese que siempre había sentido antes de volar, no había sabido descifrar si era la adrenalina, el miedo de contenerla, Shiro lo había entendido cuando se lo había explicado años atrás. Pero esta sensación era diferente, porque el ultimo que había pilotado al león negro había sido Shiro, y ahora dudaba si volvería a aceptarlo.

Sería mucho más sencillo si no sintiera que un huracán emocional se estaba destapando dentro de él, de esa manera su mente estaría más clara para comunicarse con Black. Pero con Keith nada era sencillo.

Sencillo era creer que entraría al crucero imperial bajo la guardia de Lotor, sin morir en el intento.

Sencillo era convencerse de que podía hacer esto sin los paladines, sin la princesa.

Sencillo era cualquier cosa, menos hacer lo que iba a hacer, cuando la verdad era que la última vez que se subió al león negro Shiro aún estaba con él, también su madre...

Creyó que nunca llegaría el día en que Shiro volvería a retomar al león negro, pero lo había hecho, por él, para irlo a rescatar de las garras de Lotor.

Cerró los ojos a los pies del león intentando sentir si el vínculo seguía ahí.

Estaba muy estresado, muy disperso para que la serenidad lo inundara, pero si había un pensamiento que en todos sus sentidos lo canalizaba era el de salvar a Shiro, una vez más. Y sabía que, si se lo pedía, Black lo ayudaría.

—Por favor— susurró tocando una de sus gigantescas garras —Shiro nos necesita.

El solo pensamiento de Shiro abrazándolo esa noche, diciéndole que no estaba solo, bastó para que el león respondiera a él, abriendo la rampa invitándolo a pilotarlo como antes.

—Gracias— dijo en un suspiro y subió corriendo por la escotilla, justo cuando iba a cerrarse la entrada una ráfaga de escarcha de escarcha le alboroto la cabellera.

Keith se sobresaltó mirando a su espalda e instintivamente listo para atacar, no esperaba que Kosmo se le echara encima llenándolo le lambetones por el rostro.