Cap. 4.5

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Ocurrió un día, solo fue... Una casualidad.

Realmente no lo entiendo.












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Soy Dennis Stabolly Evans, tengo 10 años.

Soy un virmu, un doncel, un pequeño paso de la evolución humana, muy pequeño, no tengo ningún superpoder. Solo me desarrollé más rápido que otros bebés y niños, y seguramente lo seguiré haciendo. Esa es solo una de las dos cosas que me ayudó a adelantarme un año en la primaria. La otra cosa, fue un IQ un poco más alto que el promedio. No soy en niño sabelotodo que lo presume a medio mundo. Solo soy un poco, un muy poco, más listo. Probablemente no seré adelantado más que eso.

Soy el hijo mayor de mis padres, Alexis Evans y Dereck Stabolly, ellos solo tienen 29 años, me tuvieron muy jovenes. Aún con todo, son buenos padres, y los quiero mucho. Pero claro, no son perfectos.

A veces mamá se siente triste, porque sabe que se perdió muchas cosas cuando me tuvo. Siempre dice que no me cambiaría por nada, pero eso dicen muchas madres jóvenes. ¿Lo hace menos cierto? En realidad no lo sé. Lo que sí sé es que adoro que sea mi mamá. Me leía cuentos cuando era pequeño, me llevaba al parque, incluso hacíamos las tareas juntos (no la misma tarea, obvio, mamá estaba en la universidad y yo hacía dibujos coloridos para mí maestro de guardería), y por sobretodo, mamá es el mejor en patineta. No le debe nada a Tony Hock.

Papá no tuvo tantos problemas como mamá, él siempre fue un genio... Académicamente hablando, graduado de la universidad cuando solo tenía quince. No heredé todo eso, solo un poco. No es solo un genio lleno de dinero, también es el sujeto al que le gusta jugar caballeros y dragones por horas, el que siempre está dispuesto a limpiar la casa de arriba a abajo y al mismo tiempo hacerlo divertido y... Aunque a veces tiene que salir de la ciudad, nunca deja a su familia de lado.

Tengo dos hermanos, que llegaron cuando yo tenía dos años, Tulip y Darcy, mellizos. Aunque ambos son como la noche y el día. Darcy es energética, ruidosa, ama los deportes y es la niña más sociable que puedas encontrar. Tulip por otro lado... Es bajito, es tímido y a veces tengo que defenderlo; nunca tuve que llegar a los golpes, pero no me molestaría hacerlo, si puedo defender a mi hermano menor. Pocos lo saben, pero es bueno en química, y algún día, tendrá un premio Nobel a la ciencia o algo así, puedo verlo.

Quiero mucho a mi familia, y son lo más importante para mí.

Aunque... Hace unos días, quizás se añadió algo más.

En un momento estaba viendo a Darcy cometer varias faltas en su prueba para bádminton. Claro, ella no se rendiría hasta entrar a al menos tres equipos de deportes, siempre ha sido así, mi hermana la deportista de la familia, yo en cambio solo deseaba esa ración grande de papas fritas con queso, tocino, salsa picante y kétchup, junto con un gran vaso de limonada mineral.

Lo había deseado por semanas, sin embargo, el sueño duró... Unos cuantos minutos después de acabar la limonada.

No quería molestar a mamá y papá con eso, podía recordar perfectamente donde estaban los baños. Me escabullí de las bancas, mi escape era perfecto, hasta que mi pequeño hermano me miró confundido, me llevé el índice a los labios.

-No tardo. -El asintió y regresó la mirada al campo.

El camino hacia el baño no fue el problema. Fue el regreso a las gradas.

No sé cuántas vueltas di, ni cuántas veces me topé con diferentes salones. De algún modo, llegué hasta las canchas de fútbol. Un deporte que nunca me interesó y solo veía cuando Darcy tenía partido. Porque sí, también estaba en el equipo de fútbol. Creía recordar que las canchas no estaban tan lejos de las de Bádminton, sería más rápido ir por los árboles que por el laberinto azul. No caminé mucho tiempo, hasta que escuché risas. Con un poco de curiosidad, me asomé sobre un árbol.

Una Persona Especial (Mpreg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora