14.Ésta no es la típica noche romántica.

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A mi nunca me gustaron las tonterías del amor.

Besos, corazones y adolescentes "incomprendidos".

Gilipolleces.

Si nadie te entiende no es culpa de tus padres es culpa de tu retraso.

Patrick me ha invitado a un restaurante y no tengo ni idea de que restaurante es.

Pasé todo el día intentando decidir que ponerme.

Al final decidí ir como soy:camiseta, vaqueros y vans.

La hora tan esperada llegó.

Parrick apareció en la puerta de micasa con unos vaqueros negros, camiseta gris y unas converse rojas.

Subímos a su coche, durante todo el camino seguí pensando en todo ese rollo del amor.

Odiaba que Patrick me hubiese invitado a cenar,¿qué clase de estupidez era esa?

Odiaba el amor, los corazones y las citas románticas.

Pero tal vez la noche no iba a ser como pensaba.

                            ***

La música estaba altísima cuando entramos, a pesar del rock, los camareros con piercings y tatuajes y las paredes pintadas de negro, el restaurante resultó ser un restaurante italiano.

Nos sentamos en una mesa blanca y un camarero con la cara repleta de piercings y los brazos llenos de tatuajes se acercó a nuestra mesa.

-¿Ya sabéis lo que vais a cenar?-dijo medio gritando intentando hacerse oír sobre la música a todo volumen.

-Si-dijo Patrick imitando el tono del camarero, que según ponía en su placa, se llamaba Satán, aunque no creo que ese fuera el nombre que sus padres le pusieron.

-Yo quiero unos espaguetis con nata.-mi comida favorita.

-Yo unos canalones de carne.-dijo Patrick.

-Enseguida os lo traigo.

El resto de la noche hablamos sobre nuestras familias y las clases.

Salimos del restaurante sobre las diez de la noche.

-Cierra los ojos.-me pidió.

Y lo hice.

Cuando los volví a abrir no podía creer lo que estaba viendo.

Estabamos frente a una tienda de tatuajes.

-Entremos.

No tengo dinero para pagarlo.-dije rapidamente.

Aunque hubiera tenido dinero no hubiese querido hacerlo.

-No te preocupes por el dinero.-dijo-Conozco al tipo que los hace, nos los hará gratis.

-Está bien.-dije titubeante.

Entramos en una pequeñísima tienda con las paredes llenas de distintos tipos y modelos de tatuajes.

Un chico alto y moreno esperaba al otro lado de un pequeño mostrador.

-¡Patrick ven aquí!-dijo dándole un abrazo.

-Quiero unos tatuajes.-dijo Patrick cuando se separaron.

-¿En serio?Yo que pensé que venías a comprar manzanas.

-Muy gracioso Davis.

Patrick y yo escogimos nuestros tatuajes.

Yo escogí uno pequeño, un triángulo invertido en el antebrazo izquierdo.

Me sente en una especie de sillón y Davis cogió una máquina.

-¿Estás lista?-me preguntó.

-Eso creo.

Entonces de improviso comenzó con el tatuaje.

Durante todo el proceso me intentó dar temas de conversación para no pensar en el dolor, pero lo cierto era que no me estaba doliendo.

                             ***

Patrick aparcó su coche en el camino de entrada a mi casa.

-Hasta mañana, Kate.

-Me lo he pasado muy bien, Patrick.Muchas gracias.

-Yo también me lo he pasado genial.

Y nos besamos.

Fue ese tipo de beso que te hace olvidar todo lo que hay a tu alrededor.

Ese tipo de beso que te hace pensar que no hay nada más, solo yo y él.

Solos.

Un camino de baldosas amarillas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora