Capitulo cuarenta y uno.

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"Vuelve y dime por qué siento que te he extrañado todo este tiempo. Y encuéntrate conmigo esta noche, y dime que no está todo en mi cabeza.."
- Everything Has Changed, Taylor Swift Ft. Ed Sheeran.


Narra Joanna


El día parecía un hermoso día de primavera, de aquellos que no son usuales en Inglaterra incluso en primavera; el cielo completamente despejado y una suave brisa acariciándote el rostro gentilmente, y los rayos del sol besándote la piel, calmando el vello erizado por el frío.
Tras diez minutos de viaje, llegamos al lugar donde se realizaría el evento, un espacio que, según me contaron, no era tan costoso como lucía, y por eso era necesario reservar con al menos un año de anticipación. Sin embargo, los dueños eran amigos de la familia, y habían logrado hacer una excepción por Gemma con apenas cinco meses de anticipación.

La ceremonia se realizó al aire libre, y la recepción en la antigua casa de campo localizada en el centro del vasto valle verde de cuatro hectáreas. Toda el área era rodeada por infinitos árboles que parecían tocar las nubes, flores silvestres de colores inimaginables y un largo y silencioso arroyo que circundaba el terreno en su totalidad. Era como un bosque sacado de un cuento de hadas.
Un área de parqué había sido colocada en el patio trasero de la casa -si es que en realidad se le podía llamar patio trasero-, en donde un pequeño altar y varias hileras de sillas a ambos lados del pasillo habían sido colocadas.

La ceremonia de la boda terminó siendo más entretenida y emotiva de lo que había pensado. Gemma estaba simplemente preciosa. Llevaba un largo vestido blanco de encaje con cola de sirena, y su cabello iba recogido informalmente, dejando un mechón de cabello castaño lacio al costado de su rostro, el cual lucía radiante y destilaba una felicidad casi infantil.
Su novio se llamaba Aiden, según me contó ansiosamente tan pronto como le aseguré que asistiría. Se habían conocido en la universidad (a pesar de que ambos eran de Holmes Chapel, jamás se habían cruzado), hacía ya un poco más de tres años, y se habían enamorado completamente de cada cualidad, valor, defecto y detalle del otro. En pocas palabras, me explicó, era el amor de su vida, y estaba dispuesta a soportar lo que fuera para pasar el resto de su vida con él. No pude haberla comprendido mejor.

-Vas Happenin'!- una voz familiar murmuró en mi oído, despertándome bruscamente de mi ensoñación. Me giré en mi asiento y vi a Zayn y Liam, a punto de tomar asiento en las sillas de la fila detrás mío, una gran sonrisa en el rostro de ambos. Llevaban trajes negros de aspecto extravagante y su cabello iba prolijamente arreglado.

-¡Hey, no sabía que vendrían!- me puse de pie inmediatamente y me acerqué a abrazar a ambos. Me devolvieron el gesto cariñosamente.

-¡Por supuesto que sí! Gemma siempre fue como nuestra hermana mayor, solía cuidar de nosotros tres cuando éramos pequeños... Harry y nosotros dos, quiero decir- explicó Liam, su rostro apagándose levemente ante el recuerdo. Acaricié su brazo amistosamente y sonreí débilmente.

-Está mejor, saben. Ha estado recordando un par de cosas...

-Sí, Anne nos contó por teléfono- se encogió de hombros. -Estuvimos con él hasta hace unos minutos...- Asentí levemente y carraspée tras un instante.

-¿Cómo están mi hermano y Niall? ¿Ya comenzaron a ir a clases?

-Sí, ya lograron adaptarse- dijo Zayn alegremente. -Les está yendo bastante bien y ambos te extrañan como mil demonios... Bueno, todos nosotros, incluso Jake.- hizo una mueca. Le pegué en el brazo juguetonamente y Liam rió.

-Lo sé, yo también los he extrañado- admití. -Pero volveré pronto, lo prometo..- Asintieron y prosiguieron a darse la vuelta, ya que una suave música había comenzado, indicando la entrada de Gemma. No era la típica marcha nupcial, sino una suave y cálida melodía tocada en piano por un hombre junto al altar. Fue cuando me percaté de que ya todos los invitados habían ocupado sus respectivos lugares, incluyendo a Anne y Harry, ubicados dos filas más adelante al otro lado del pasillo junto a diversos tíos y primos, todos mirando expectantes hacia el arco de flores al principio del pasillo por el cual la novia se suponía debía entrar. Dos chicas que aparentaban tener la misma edad de Gemma se encontraban junto al altar, en largos y elegantes vestidos de color lila, cada una con un pequeño bouquet de flores en sus manos; las damas de honor, supuse. Y junto a Aiden había otros dos muchachos, altos y musculosos; los padrinos de la boda.

Una vez escuché que la mejor parte de la boda, es mirar al novio parado en el altar mientras la novia camina hacia él de la mano de su padre. -O padrastro, en este caso, ya que Gemma había decidido otorgarle ese honor a Robin.- Jamás entendí el por qué, ya que en realidad nunca había asistido a una. Dicen que tiene algo que ver con la expresión de miseria que el novio tendrá. O la expresión de felicidad, dependiendo lo que cada uno logre ver. Pero los ojos color caramelo de Aiden lo decían todo; estaba dejando todo, ofreciendo todo y renunciando a todo; su corazón estaba expuesto al filo de la espada..y no le importaba en lo más mínimo, porque jamás había estado tan seguro de algo en toda su vida.

Mi mirada se cruzó con la de Harry, quien me observaba con ojos curiosos y a la vez preocupados. Pasé una mano por mi mejilla rápidamente en cuanto sentí la gota salada en contacto con mis labios, hasta ese momento ignorando el hecho de que había estado llorando mientras observaba a Aiden.
Tras susurrarle algo a su madre, Harry se abrió paso entre varios invitados, acercándose a donde yo me hallaba.

-¿Te encuentras bien? Te estuve buscando..-murmuró en cuanto estuvo a mi lado.

-Sí-carraspée. -Lo lamento, me entretuve recorriendo el lugar...

Asintió levemente, claramente ansioso por una respuesta más concreta, la cual de todos modos no exigió.

Gemma hizo su entrada entonces, caminando lenta pero decididamente del brazo de Robin, sonriendo como lo que sólo se podría catalogar en un diccionario bajo el significado más puro y tan desconocido por muchos de "felicidad". Los invitados la contemplaron con asombro hasta que llegó al altar y fue recibida con un beso en la mejilla de Aiden; muchas mujeres con lágrimas en sus ojos y muchos hombres con incómodos carraspeos y sonrisas forzadas, tratando de conservar lo poco de "dignidad masculina" que poseían. El cura dio comienzo a la ceremonia y todos nos sentamos casi de inmediato.

Fue entonces cuando sentí una cálida mano apoyarse en la mía, deshaciendo gentilmente el puño en el cual se encontraba y deslizando sus dedos entre los míos. Mi corazón se detuvo por un segundo, para luego empezar a latir alocadamente. Levanté la mirada, y vi que Harry observaba con atención nuestras manos unidas, como estudiándolas, su pulgar acariciando el dorso de mi mano distraídamente. Sus manos se sentían igual que como las recordaba; suaves y enormes en comparación con las mías, sus dedos delgados y con leves y casi imperceptibles callosidades en sus yemas.

-Tus manos son pequeñas-susurró sonriendo levemente, como leyéndome el pensamiento.

-¿Nunca se te ocurrió pensar que las tuyas tal vez sean anormalmente grandes?-bromeé.

-No-respondió simplemente. Reí y puse los ojos en blanco.

"Esta va a ser una noche interesante."



Narra Harry

<<Sus manos; sus manos en mi pelo, sus manos en mi cuello, sus manos en mi rostro, sus manos en las mías...>>

Empiné la copa de champagne, forzando el último trago de aquel líquido amargo hacia mi garganta.

Eran sus manos, las manos de Joanna; estaba seguro de ello. Del resto no tanto... En realidad no lo sabía con seguridad.

Pero se había sentido tan bien, tan... Correcto. Sí, esa era la palabra. Correcto, y agradable, y seguro. Como un refugio, un lugar al que te diriges cuando ya no estás seguro de absolutamente nada y ni siquiera confías en ti mismo. ¿Cómo era posible que se pudiera transmitir tanto con un gesto tan insignificante como tomar la mano de otra persona?



<< -¿Qué demonios haces aquí? ¿Creí que habías dejado los estudios?- susurré. Sonrió e hizo ademán de acercarse a mi rostro, ignorándo mi mal humor.

-No te me acerques- le advertí. -Contesta mi pregunta.

Sonrió y me observó inocentemente. -Te extraño amor. ¿Es tan difícil creerme?

-Sí-admití. -Lárgate, no te quiero ver. Aléjate de Joanna, ya no le hables, haz tu vida.>>

Tanya.

Mil y un recuerdos comenzaron a arremolinarse en mi mente, cada uno luchando individualmente por apoderarse de mi atención.

<<-¿Ronda de preguntas?- propuse.

-¿Es que hay algo más sobre mí que crees que te pueda interesar?- rió.

-¡Claro que sí! Aún no sé nada de tu infancia... Ni de tu hermano, me pregunto si es parecido a ti...

-Somos mellizos- admitió. -Lo siento, eso no te lo había dicho.

Reí. -Eso sí que no me lo esperaba. Ahora entiendo por qué son tan unidos..>>

Louis. Por supuesto, el chico de cabello castaño lacio y profundos ojos azules que estaba con ella en el hospital.

<<Se acercó a mí y me devolvió el abrazo, enterrando su rostro en mi pecho. Mis intentos por consolarla eran inútiles, necesitaba descargarse. Me recosté sobre el sofá para estar más cómodo, y dejé que llorara hasta el cansancio, mientras acariciaba y besaba su cabello.

-Tranquila, yo estoy aquí, siempre lo estaré...-susurré>>

Pero, ¿donde estábamos? ¿Qué era ese lugar y por qué lloraba tanto?

La música retumbaba ruidosamente contra las paredes de la casa, nublando mi mente e impidiéndome separar cada recuerdo y unirlo con lo poco que lograba recordar a raíz de los pequeños incentivos enviados por mi subconsciente.

Me paré de mi asiento, abriéndome paso entre los cuerpos de los invitados en la pista de baile, y me dirigí a los baños.

Afortunadamente, no lucía como un baño público, del estilo en el que caben veinte personas y de los cuales entran y salen desconocidos por doquier. Aunque así debí suponerlo, dado que, al fin y al cabo, aquel lugar no era más que una gran casa que se alquilaba para eventos.

Me acerqué al lavabo y abrí la canilla apresuradamente, echando agua helada sobre mi cara para luego apoyar mis manos en el frío mármol y sostener el peso de mi cuerpo por unos minutos con el objetivo de tranquilizarme.

-No puedes hacerme esto, no ahora. Dame un respiro- susurré, sin dirigirme a nadie en particular.




-¿Dónde has estado?- gritó Joanna por sobre la música, acercándose agitada hacia el sillón en el que me encontraba sentado.

Sonreí al verla cogear levemente, seguramente harta de caminar en esos tacones. -En ningún lugar en particular. Tan sólo... Recorriendo un poco.

Puso los ojos en blanco, tirando de mi mano para ponerme en pie y arrastrándome a la pista de baile.

-Se supone que eres mi cita-me regañó. -Así que ahora tendrás que bailar conmigo.

-No soy muy bueno bailando este tipo de cosas- hice una mueca, prestándole más atención a la melodía electrónica, confusa y desaforada que explotaba desde los parlantes. Sorprendentemente, se detuvo de sopetón, ganándole al DJ una serie de abucheos y comentarios molestos de los que se encontraban sumisos en sus rutinas de baile.

-Lo sé, ya cállense-bromeó una voz masculina por el parlante. -Nos tomaremos un descanso e iremos con algo más calmo para aquellos que aún no hayan tenido la oportunidad de unírsenos..

Dicho esto, una canción totalmente diferente a la anterior y desconocida para mí llenó el repentino silencio del cuarto. Una suave y calma voz guiaba la melodía, una silenciosa guitarra en el fondo. Muchos de los invitados se limitaron a retirarse cabizbajos a sus respectivas mesas o al patio, dejando a unas pocas parejas meciéndose lenta e íntimamente al compás de la música mientras conversaban en susurros.

"I was a quick wet boy, diving too deep for coins,
All of your street light eyes wide on my plastic toys.."

Suspiré dramáticamente y me giré hacia Joanna, ofreciéndo mi mano en gesto de rendición. Sonrió triunfante y la tomó, acercándose a mí con lentitud para luego enroscar ambos brazos alrededor de mi cuello en cuanto la tomé por la cintura.

"Then when the cops closed the fair
I cut my long, baby hair
Stole me a dog-eared map
Called for you everywhere.."

-¿Has conocido a alguien interesante?- pregunté, intentando romper el silencio entre nosotros.

-De hecho, sí-sonrió burlónamente. -Conocí a tu tía, Georgia..

-Oh no..-murmuré, enterrando mi rostro en su cabello, avergonzado. Su pelo emanaba un dulce perfume, algo extraño que no supe distinguir entre fruta o flores, pero que sí logre reconocer como familiar. -¿De qué hablaron?-exigí. Rió ante mi expresión de horror.

-Umm, no hablamos mucho en realidad. Con quien sí hablé fue con tu primo Riley..

Fruncí el ceño. El primo Riley era una de las personas más sosas y aburridas que jamás había conocido, y a pesar de no recordarlo, sólo habían hecho falta cinco minutos para darme cuenta de ello.

-¿Por qué?- pregunté extrañado.

-Bueno, tu tía andaba de casamentera... Y aparentemente creyó que su hijo y yo haríamos una linda pareja..-respondió sarcásticamente, una sonrisa fingida en su rostro como si la idea le pareciera adorable.

Reí. -Lo lamento.

-No, está bien.-se encogió de hombros. -Estaba comenzando a creer que era la única que poseía parientes algo... Inusuales.


<<-Creo que encontré apartamento.

-¿Tan pronto?- soné decepcionado.

-Um, supongo- frunció el ceño por un instante antes de continuar. -Es un muy lindo lugar, está cerca de la universidad y la renta es menor de lo que esperaba. Me gusta bastante..

Asentí distraídamente y repliqué de sopetón.

-No quiero que te mudes. >>

-Tú y yo vivíamos juntos- murmuré con cautela. Sus ojos, fijos en los míos pero vagamente distraídos, de repente parecieron percatarse de mi presencia. Asintió con lentitud, alentándome a continuar. -Yo te convencí de ello.- asintió nuevamente.

"Have I found you
Flightless bird, jealous, weeping
Or lost you, American mouth
Big pill looming.."

-¿Es eso todo lo que recuerdas de mí?- preguntó luego de unos segundos, sus ojos fijos en algún punto de mi camisa.

-No- admití, pellizcando distraídamente la seda de su vestido. -Pero es lo único relevante que he recordado recientemente. Al menos en lo que a ti respecta...-mentí.

-¿Y lo que no tiene que ver conmigo?

Lo pensé por un momento, más que nada decidiendo si contestarle o no, mordiendo el interior de mi mejilla nerviosamente.

"Now I'm a fat house cat
Nursing my sore blunt tongue
Watching the warm poinson rats
Curl through the wide fence cracks.."

-He recordado cosas que quizás tengan algo que ver contigo...-admití. Arqueó las cejas inquisitivamente. -Tanya- dije, y eso fue más que suficiente para que me entiendera, su expresión cambiando drásticamente y su cuerpo tensándose ante la mención de su nombre. -Sé que regresó pero no sé el por qué. Sólo recuerdo haberle dicho que se alejara de ti. Además de toda nuestra historia previa, por supuesto, pero eso ya no importa..

<<-Te pedí que la distrajeras, no que la llevaras en una cita- siseé.

-No es una cita romántica, Hazza, lo juro. Es algo meramente platónico, nada más. Sabes que no la quiero de esa forma...

-Eso dices ahora...-mascullé.

-¡¿Y eso qué se supone que significa?! Además, ¿cómo es que estás tan celoso? Al parecer eres lo suficientemente masoquista como para arrojarte a los brazos de alguien que te trató como si fueras basura.-escupió furioso. Fijé mi mirada en él, entornando mis ojos.

-No tienes idea, Zayn. >>


-¿Te encuentras bien? ¿Qué tienes?- preguntó Joanna nerviosamente al notar mi repentina quietud y mirada perturbada. Pero su voz sonaba lejana, como si ya no se encontrara junto a mí.

<<Luz, demasiada luz. Luz cegándome completamente. Ruido, metal. Metal abollándose y dolor. Dolor en todo mi cuerpo...Y la canción aún en el fondo, esta vez sonando clara e intacta.

Oh when I look back now
That summer seemed to last forever
And if I had the choice
Yeah - I'd always wanna be there>>

Pestañeé y volví a fijar mis ojos en ella. -Estoy bien...

-¿Qué recordaste?

-Quédate aquí..-dije, ignorando su pregunta y dejándola sola en la pista de baile.

-¿Adónde vas?- escuché su gritó a lo lejos.


Me alejé decidido, buscando con la mirada frenéticamente entre la muchedumbre, el ambiente oscuro dificultando la tarea aún más. Mis ojos finalmente encontraron el familiar cabello castaño y los refulgentes ojos verdes, distinguibles incluso en la penumbra. Me acerqué rápidamente a ella, tocando su hombro y apartándola del grupo de gente.

-¿Todo está bien, cariño?

-Um, no lo sé-admití, mordiendo mi labio inferior. -Recordé el accidente-dije finalmente. -Pero hay un par de cosas que aún no he logrado..."Unir".

Asintió y sonrió con compasión. -Escucha, si quieres podemos charlarlo en cuanto volvamos a casa. Sólo quedan un par de horas así que..

-No-la interrumpí. -Es decir, sí, quiero charlarlo pero primero hay algo que quiero aclarar con Joanna. ¿Crees que pueda llevarla a casa ahora y así... Poder hablar con ella a solas?

Pareció sorprendida por un instante pero se limitó a contestar. -Por supuesto, hay una llave de repuesto escondida bajo la maceta del jardín delantero... Um, dado que Gemma no se quedará en casa esta noche, yo me iré con Robin a casa de la tía Susan y pasaremos la noche allí.-me aseguró.

-¿Por qué?- pregunté confundido.

-Por... Ninguna razón en particular. Vamos, ya vete.-dio un beso en mi mejilla y comenzó a empujarme suavemente hacia la salida.

-¡Está bien, ya me voy!


Caminé rápidamente hasta donde había dejado a Joanna, quien ahora tenía una expresión algo disgustada y preocupada a la vez. La tomé del brazo, ignorando todas y cada una de sus preguntas y arrastrándola al coche de Robin.

-¿Acaso me dirás adónde me llevas?- inquirió molesta en cuanto puse el motor en marcha; gracias a Dios había dejado las llaves puestas, dado que el lugar era seguro y todos los asistentes a la fiesta eran conocidos de la familia.

-A casa- respondí secamente.

-¿Por qué? La fiesta aún no terminó. Es la boda de tu hermana, no puedes simplemente irte, es descortés.-insistió.

-Ella entenderá.

Bufó y se limitó a mirar por la ventanilla por el resto del trayecto. Eran cerca de la 1 de la madrugada y absolutamente todas las calles se hallaban completamente desiertas y oscuras, asemejándose a los típicos pueblos abandonados de las películas de terror. Traté de no pensar mucho en ello, concentrándome en el camino frente a mí.

Debido a la terriblemente arriesgada y completamente ilegal velocidad a la que conduje, la duración del viaje se redujo a la mitad.
Bajé del auto apresuradamente, esperando a Joanna hasta que me siguió, tomé la llave del lugar que me había indicado mamá e ingresamos a la casa. Una vez dentro, trabé la puerta, la guarde en el bolsillo de mi pantalón y me di la vuelta.

Joanna me observaba desde el umbral de la cocina a unos metros de donde yo me encontraba, brazos cruzados sobre su pecho y mirada reprochadora. Eché un vistazo rápido al living, aunque más que nada para seguir posponiendo el momento y pensar con claridad qué era lo que iba a decir concretamente; todo estaba tal y como lo habíamos dejado esa misma tarde.

-¿No me hablarás en toda la noche? ¿Sólo nos quedaremos encerrados aquí?

-No-respondí finalmente. -Pero tú serás la que hable. Yo haré las preguntas.

Arqueó una ceja. -Ahora se supone que debo seguir tus órdenes-dijo sarcásticamente.

-No es una orden,-traté de relajar mi expresión. -Es más bien una... Súplica.

Luego de pensarlo unos segundos, caminó dubitativamente hasta el sofá enfrente mío y tomó asiento. -Te escucho-dijo tranquilamente.

Suspiré y la miré a los ojos. -Estoy volviéndome loco. Literalmente...Ya ni siquiera sé qué recuerdo concretamente. La mayoría de las cosas que he recordado me han ayudado a reconstruir parte de mi infancia, entre otras cosas. Pero cada vez se vuelve más difícil conectar cada cabo con su rabo y siento que... Hay algo que me estoy perdiendo y nadie está dispuesto a decirme qué...Y tú...Tú eres un gigantesco signo de interrogación burlándose de mi frente a mi propia cara.

-Morgenstein nos aconsejó que..-

-¡Me importa un bledo lo que les haya dicho Morgenstein que hagan!-la interrumpí, su cuerpo sobresaltándose frente a mi repentino arranque. -¡No pasaré quien sabe cuánto tiempo hasta lograr recuperar cada pedazo de todo lo que he perdido!-respiré profundo varias veces, intentando calmarme, ya que noté a Joanna al borde de las lágrimas.

-No es tan simple, no son sólo recuerdos... No puedo meter sentimientos donde no están, Harry.-respondió tras un momento con completa calma. -Ojalá todo esto fuera más fácil, pero gran parte de todo esto tiene que ver conmigo..

Caminé hasta ella y me senté junto a ella en el sofá. Deliberadamente, puse una mano sobre su mejilla, rozando levemente la línea de su pómulo con mi pulgar, el hueso de su mandíbula, sus labios rosados y ligeramente hinchados de tanto que se los había mordido intentando mantener la compostura mientras yo no hacía más que gritarle.

<<Tiernos labios moldeándose con los míos, un leve gusto a bálsamo de frutilla, alientos cálidos entremezclándose..>>

-No será eso lo que hagas si ya están allí...-susurré. -Por favor. Todo lo que pido es que seas sincera conmigo y me digas que no estoy loco por creer lo que creo que alguna vez sentí...

Me quedé observándola con ojos suplicantes hasta que vi algo mínimo quebrarse en su expresión, toda fuerza de voluntad completamente destruída.

-De acuerdo-murmuró.

-¿De acuerdo?-repetí. Asintió.

-Te diré todo, sin mentiras ni omisiones...
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Bueno, wow.

Probablemente este sea el capitulo más largo que he publicado a lo largo de toda la fic...
Y por cierto, es el ante ultimo capitulo; este fin de semana voy a publicar el ultimo.
De verdad espero muchos comentarios en este capitulo ya que me tomo muchos días escribirlo. Necesito saber que piensan, por favor. Les agradezco mucho por votar pero por esta vez, solo por esta vez les pido que se tomen solo unos minutos y me digan que piensan de la fic y de este capitulo, por favor.

Gracias por leer, las amo hasta el cielo. xx

-S.

The only reason. | H.S |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora