"Hasta que seas mío, debo encontrar una manera de llenar este vacío en mi interior. No puedo sobrevivir sin ti a mi lado. Hasta que seas mío, no voy a poder sentirme completa. No descansaré hasta que seas mío..."
Until You're Mine - Demi Lovato.
Narra Joanna
Tragué saliva y respiré profundo antes de comenzar, preparándome mentalmente para lo que estaba a punto de acontecer.
Supe que me arrepentiría en cuanto las palabras se escaparon de mis labios. Es decir, ¿en qué diablos pensaba? ¿Qué le diría? ¿"Estoy profundamente enamorada de tí y necesito que me recuerdes y vuelvas conmigo"? Ugh, esto era una mala idea, una muy mala idea..
-Bien- asintió Harry, aunque más para sí mismo. Su expresión había adquirido una luz extraña, como la de alguien entusiasmado esperando el comienzo de alguna competencia. Alejó su mano de mi rostro, e inmediatamente sentí una sensación de abandono, extrañando el contacto de su piel con la mía.
-¿Por dónde quieres que empiece?- pregunté, observando mis manos cerradas en puños sobre mi regazo.
-Por el comienzo... De lo nuestro- lo vi sonrojarse ante algo que no comprendí, pero que seguramente estaba viendo en su cabeza mientras hablaba.
-De acuerdo, umm- mi voz sonó temblorosa más que decidida. Carraspeé. -Nos conocimos hace un año. Yo... Solía salir con un chico llamado Dylan; habíamos estado juntos desde la secundaria y en verdad me gustaba.-dije sinceramente. Desde el rabillo del ojo, vi sus manos convertirse en puños, pero su rostro se mantuvo inexpresivo, su expresión concentrada y sus ojos fijos en los míos. Suspiré y continué.
-Una tarde, luego de la universidad, regresé al apartamento que ambos compartíamos y lo encontré con alguien más... Acababan de salir de la ducha,- sonreí sarcásticamente- así que creo que era bastante obvio lo que había sucedido.
-Lo lamento- murmuró, su expresión ablandándose de a poco.
-Ya no interesa- me encogí de hombros, y proseguí. -Me largué de allí y simplemente caminé sin rumbo bajo la lluvia... Recuerdo que estaba tan mal que lo único que me importaba era salir de allí; sólo arrojé lo que llevaba y corrí fuera del edificio, sin siquiera las llaves del bendito auto- reí amargamente. -Terminé hecha un ovillo sobre una banca junto..
-Al Thames- me interrumpió. Mi mirada se disparó a su rostro, sorprendida ante su intervención.
-¿Lo recuerdas?- susurré cautelosamente, mis ojos aguándose repentinamente. Sacudió su cabeza lentamente.
-Vagamente, pero sí recuerdo la lluvia y el río... Y a tí siendo un tanto grosera, debo admitir.
Reí silenciosamente. -Ni siquiera te conocía y ya estabas hurgando en mis asuntos como si fuera tu responsabilidad consolarme- me defendí.
-¡Lo hacía con buenas intenciones!- protestó.
-Lo sé, lo sé- sonreí débilmente. Se quitó sus lujosos zapatos y subió sus piernas al sofá, sentándose como indiecito y girándose hacia mí.
-Continúa-me alentó tras unos segundos.
-Está bien... Hablamos un rato y me ofreciste ir a tu apartamento ya que ambos estábamos empapados. Estuve a punto de llamar a mi hermano para que me recogiera ya que no quería volver a mi apartamento y tener que enfrentar a Dylan, y no tenía otro lugar a donde ir... Pero tú insististe en que me quedara. Y así lo hice..
-¿Desearías no haberlo hecho?-susurró. Su pregunta me tomó por sorpresa. Su expresión se había tornado seria; miedo y algo más que traduje como inseguridad impresos en sus ojos. Estiré mi brazo y acaricié su mejilla gentilmente, corriendo algunos rizos de su rostro.