Capítulo 3

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El caliente aire salado soplaba en la cara y pelo de Jungkook. Él sonrió y respiró hondo, disfrutando del fresco olor de estar fuera. No podía creer lo fuerte y revitalizado que estaba su cuerpo. Él decidió saborear el momento de sentirse sano y ser capaz de respirar sin jadear. 

La arena suave y cálida se sentía maravillosamente en la parte inferior de sus pies, y no pudo evitar una risa alegre que escapaba de sus labios.  

Era como ser parte de un hermoso sueño. Pero, cualquier cosa que Jungkook había fantaseado antes no hacía justicia al paraíso que le rodeaba. Por primera vez en años, quería correr, bailar, jugar, y simplemente caminar sin preocuparse por las consecuencias que podría traer. Él había estado prácticamente postrado en cama durante tantos años, por lo que la súbita sensación de libertad era de hecho embriagadora. 

Cuando Jungkook, miró hacia las suaves olas cayendo sobre la arena, un cuerpo caliente presionó contra su espalda. Fuertes brazos alrededor de su cintura tiraron de él hacia atrás contra un sólido pecho. Se apoyó duramente en el calor reconfortante y sonrió. Sabía que todos los segundos de su vida y por todo lo que había sufrido valieron la pena, al estar sostenido en el cariñoso abrazo de YoonGi.  

—Es hermoso, Jungkook. Me encanta estar aquí, — YoonGi, susurró profundamente con su lírica voz al oído—. ¿Cómo te sientes? —Su aliento cálido y húmedo en contra de su piel provocó que se le pusiera la piel de gallina y Jungkook disfrutó cada momento de ello.  

—Me siento increíble, Yoon. Puedo decir honestamente que nunca me he sentido tan yo mismo que en este momento, —afirmó con una gran sonrisa en su rostro.  

—Hmmm... bueno eso es maravilloso, Jungkook, pero esperemos que pronto sea capaz de hacer que te sientas mejor... fabuloso, incluso. —La voz sexy de YoonGi retumbaba detrás de él, y le dio un ligero apretón a Jungkook alrededor de la cintura. 

El calor llenaba su cuerpo y sabía que sus mejillas ardían debido a las sugestivas palabras del Ángel de la Muerte. A pesar de que no quería saber nada más que de hacer el amor con YoonGi, no pudo evitar sentir un poco de miedo. Él nunca había tenido relaciones íntimas con nadie antes, y aunque era algo que él deseaba, Jungkook no estaba seguro si debía dar el primer paso, y si lo hiciera, no sabía lo que debía hacer.  

¿Debería volverse del abrazo de YoonGi y besarlo? ¿Qué esperaría su recién amante de él?

 »Lo siento, cariño. Yo no tenía la intención de quedar mal. Quiero que sepas que no espero que hagas algo que no quieras hacer. Todo va a ser como tu digas... sin presión ninguna, ¿de acuerdo? —las suaves palabras de YoonGi fueron pronunciadas en voz baja, mientras apoyaba el mentón sobre el hombro de Jungkook dándole otro medio apretón tranquilizador.

 «Ahora o nunca» 

Con suavidad se desprendió de los brazos de YoonGi, se dio vuelta, y se puso frente al alto hombre. Se apartó de él y lo miró durante largo rato. No podía creer lo diferente que era el hombre.  

YoonGi se mantuvo de pie y se veía muy sexy en sus pantalones cortos. Era por lo menos cinco centímetros más alto que Jungkook y tenía el cuerpo de un atleta. Sus brazos y pectorales parecían muy bien musculados y tensos mientras su dorada piel brillaba con la caída del sol. Su pelo negro medianoche arrastrado por el viento tenía un look sexy que Jungkook adoraba en secreto. Los negros mechones como la tinta se curvaban ligeramente en torno a su cabeza y cara. Los oscuros ojos de YoonGi parecían a brillar desde dentro, cuando miró hacia él con una sexy media sonrisa sobre su hermoso rostro.  

Viendo así a YoonGi, tan relajado y contento, hizo a Jungkook revolotear el corazón de alegría dentro de su pecho. Había desaparecido el frío, pálido Ángel de la Muerte y en su lugar era el hombre más atractivo que había tenido el placer de poner sus ojos sobre él.  

Besado por la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora