Besado por la muerte

Capítulo 10

YoonGi vio a su joven amante echarse un par de palomitas de maíz en su boca y crujir ruidosamente. Se sentaron juntos en el sofá con el gran bol de palomitas en el regazo de YoonGi, mientras que Jungkook se acurrucaba con firmeza a su lado. Él se estaba acostumbrando a la naturaleza afectuosa de su amante y, sorprendentemente, desde que estaban juntos, empezó a desear el tacto de Jungkook cada vez más.

Jungkook había insistido en colocar la calabaza tallada de Jack sobre la mesa frente a ellos, con la sonrisa resplandeciente e irregular de la vela encendida en su interior. Se habían reído, mientras que su dulce amante, trató de sacar las desagradables entrañas de la calabaza. YoonGi sonrió, recordando a Jungkook deslizar cucharada tras cucharada para sacar las semillas y la masa pegajosa, con un entusiasmo que YoonGi estaba empezando a apreciar.

Esta era una de las muchas cosas que encontró fascinante de su joven amante. Jungkook pasó cada momento que tuvo con YoonGi como si apreciara cada segundo de ello. Mientras él lo miraba masticando las palomitas de maíz y viendo la película de terror que había insistido en ver, YoonGi se sintió contento. De alguna manera, este joven se había infiltrado firmemente en su protegido y egoísta corazón, y no estaba seguro de qué hacer ahora.

Jungkook tenía que ir a su gran recompensa, no le hacía falta permanecer alrededor de YoonGi y no cumplir con su destino. No era justo para él, y aunque el corazón de YoonGi probablemente se rompiera en mil pedazos, tendría que dejar a su bien amado amante ir.

Era su destino.

El cuerpo de Jungkook saltó y su amante se quedó sin aliento cuando el asesino enmascarado intentó entrar en el armario donde la única mujer estaba escondida. YoonGi puso los ojos en blanco ante la idea de que este tipo de películas fueran entretenidas, pero él estaba disfrutando del evidente amor de Jungkook por ellas. Colocó al chico más cerca de él y fue recompensado cuando su joven amante levantó su boca para besarlo. Él se inclinó y apretó sus labios con un suave beso, y Jungkook le guiñó un ojo y volvió a ver la película.

Pronto los créditos salieron y Jungkook roncaba tranquilamente a su lado. Cogió el cuenco de palomitas de maíz y lo puso sobre la mesa de café al lado de la parpadeante calabaza. A continuación, levantó a Jungkook de encima suyo, con cuidado lo cogió en brazos y lo llevó al dormitorio, poniéndolo en la cama y cubriéndolo suavemente con la sábana. El joven murmuró un poco, se acurrucó en la almohada, y empezó a roncar suavemente de nuevo.

-YoonGi. -Oyó una sosegada voz detrás de él. Se dio la vuelta y vio la silueta oscura de su hermano menor Némesis en la puerta.

Él ahogó un gemido y le indicó a su hermano que saliera de la habitación. YoonGi vio a Némesis guiñar antes de que él se diera la vuelta y se fuera, claramente esperando que le siguiera.

YoonGi suspiró y salió de la habitación, cerrando la puerta sin hacer ruido detrás de él.

¿Quién sabe por qué estaba su hermano aquí? Tenía la sensación de que su hermano menor estaba allí para satisfacer su propia curiosidad sobre el nuevo amante de YoonGi. Al menos, eso es lo que esperaba que Némesis estuviera haciendo aquí.

Él encendió la luz y vio a Némesis sentado en el sofá, mirando a la calabaza tallada con una expresión divertida en su hermoso rostro.

-Hola, Némesis, ¿qué te trae por aquí? -Trató de mantener la voz baja para no despertar a Jungkook.

Némesis lo miró con sus grandes ojos azul aciano y le dio una agradable sonrisa. -Creo que sabes por qué estoy aquí hermano mayor. Tan pronto como Hypnos llegó a mi fiesta, de inmediato nos habló acerca de tu nuevo amante.

Némesis se recostó cómodamente en el sofá y cruzó las piernas con recato delante de él, aparentado comodidad en sus caros pantalones blancos y su camisa de seda sin botones. Su piel pálida todavía se veía casi como la porcelana en la cruel luz del salón, mientras que unas finas y espolvoreadas pecas estaban rociadas en la nariz y mejillas. Némesis tenía unos rosados y brillantes labios, que siempre parecían estar brillantes, pero los que estaban más cerca de él sabían que eso era lo contrario. Su cara y el cuerpo de baja estatura eran delicadamente bellos y femeninos. Incluso su pelo era glorioso. Le llegaba más allá de su culo y caía en rizos suaves y exuberantes en torno a su rostro con aspecto de duendecillo. Esta noche, sin embargo, él lo había recogido en una trenza suelta que cayó del lado de su hombro, pero todavía había algunos rizos sueltos que enmarcaban su atractivo rostro.